Hoy soñé que él estaba aquí, conmigo. Tuve el sueño más hermoso jamás. Ese sueño que quieres que nunca termine. Hoy soñé que detrás mío estabas tú. Llegaste, te acercaste a mi espalda y me besaste por detrás. Sentí hermoso, sentí como mi estómago se llenaba de mariposas y se inundaba de felicidad. Sentí ese beso, que fue el más real, a pesar de haber sido un sueño. Escuché tus dulces palabras, tu voz diciendo "Te amo más de lo que jamás creerías, porque tenemos una conexión que nos une a pesar de todo, a pesar de la marea, a pesar de la tempestad. Te amo y jamás he estado tan seguro de algo como lo estoy de amarte." Sentí como tú completabas mi ser. Como tus dulces besos me tocaban, y a pesar de que sólo fue un sueño, lo sentí. Lo sentí, sentí ese amor fugaz que jamás me tuviste, pero que mi tonta mente malinterpretó.
Jamás sentí ésto que siento por ti por nadie más, por nadie, absolutamente. A pesar de que jamás te hablé, jamás te toqué, jamás fuiste mío, pero siempre te vi. Siempre te anhelé, como un deseo imposible, como cuando un ciego se aferra a la idea de que algún día podrá ver. A pesar de que jamás tuve el valor de hablarte y viví entre las sombras mirándote, viendo tu dulce sonrisa, a pesar de eso, yo te amé de verdad. Y dudo que eso me pase con alguien más. Dudo que alguien me haga sentir de la manera en la que tú me hiciste sentir hace mucho, no me tocaste, no me hablaste, nos miramos, coincidíamos, simplemente eso. Coincidíamos. A dónde quiera que yo fuera ahí estabas tú, y yo me aferraba a que era el destino que nos quería juntos, pero era el mismo destino quién nos alejó. Fue el mismo destino que hizo que yo tuviera la cobardía de jamás hablarte, y tú la cobardía de jamás acercarte.
Ahora simplemente me queda escribir éstos pequeños, pero significativos párrafos para alguien que jamás los leerá. Para alguien que jamás me tendrá, y alguien a quién jamás yo tendré.
-Un escrito para ese amor fugaz que alguna vez hemos sentido.-