Metáfora.

34 3 1
                                    

A veces creo que hay aquí más de mi misma que lo que realmente soy, o al menos de lo que muestro.

Sea de lo que sea que están hechas las almas, estoy segura que la mía esta hecha de palabras y que debo dejarlas salir, pero no pronunciarlas en voz alta, escribirlas. Nunca fui buena hablando con la gente o expresándome, a no ser que fuese por escrito, eso siempre me ha ayudado a poner orden en mi cabeza.


Vivo encerrada en palabras, las nunca dichas, las que desearía haber dicho, las que borraría de mi boca, las que escribo, las que leo y las que nunca saldrán de mi cabeza. Somos palabras que toman forma, en cierta forma todos somos poesía, llenos de metáforas y secretos, significados ocultos en las apariencias. Nunca me gustaron mucho las metáforas, me gustaba ir directa, pero tú, tu fuiste la mayor metáfora que he conocido, el poema más difícil de descifrar y no se si lo conseguí, estoy segura de que no lo logré.


Desde el primer día fue así, desde el primer día me fije en ti, tus ojos grises que parecían una tormenta a punto de desatarse y eso fue lo que paso. La tormenta estalló y diste una paliza al chico que te molestó... éramos novatos, eran las novatadas, pero no lo pensaste, sólo actuaste, por suerte no paso nada, nadie te dijo nada, estabas borracho, luego aprendí que eso era bastante común.

La segunda vez que te vi estabas parado al lado de la puerta, tenías un ojo morado y un cigarro en tu mano hinchada, ya te habías ganado una reputación... y no era muy buena, ese día pase sin mirarte, me dabas miedo, tu sonrisa me asustaba.Era una de las más enigmáticas que había visto nunca, y por algún motivo me llamaba.


La tercera vez que te tuve cerca fue por que te sentaste detrás de mi, querías saber que escribía todos los días en clase, pero no te enseñé mi poesía. No paraste de preguntar, eras un misterio, venías y me pedías que te dejase leer, la respuesta siempre era la misma, no, pero gracias a eso empezamos a hablar más, a conocernos, bueno me conociste tu a mí, sobre ti no lo tengo tan claro.


La gente se sorprendió mucho cuando empezamos a salir, era normal, yo era un poema de Bukowski, era clara, decía lo que pensaba, no había segundas interpretaciones y tu eras un poema de Rimbaud , lleno de metáforas, de interpretaciones, nadie sabía a que atenerse contigo, yo jamás aprendí.


Muchas veces decías que yo te clamaba y durante un tiempo fue así, funcionabamos, dejaste muchos de tus malos hábitos. Eso fue bueno, fuimos felices, recuerdo que reíamos juntos, dejaste de salir hasta el amanecer y nos quedábamos muchas noches juntos.

Pero sólo fue un tiempo, recaiste en ellos, volviste a beber, a fumar, a meterte en peleas, no aparecías por clase y yo no sabía que hacer ni como contactarte.
En el fondo lo sabía, que me estabas engañando, pero cuando me lo dijiste fue peor. Me llamaste, estabas borracho y lo confesaste todo, al final dijiste que me querías, no te creí y corté la llamada, ¿puede alguien culparme por eso?


Recuerdo que esa noche lloré como nunca, también recuerdo que al día siguiente fuiste a clase pidiendo perdón, pero yo no podía perdonarte. Recibí un mensaje tuyo, te ibas de la ciudad, no te volví a ver o saber nada de ti, al menos hasta ahora, dijiste que no querías seguir haciéndome daño, tampoco te creí.

Sin embargo es gracioso te fuiste, pero sigues conmigo, me acabaste transformando en tu metáfora, me acabaste pegando tus malas manías, me retorciste y me llenaste de secretos. Ahora soy yo la que bebe y baila hasta el amanecer y ahora eres tu el que escribe poesía. Recibí el que me enviaste, era malo, pero mejor que los míos que sólo aprenden de demonios, el tuyo hablaba de esperanza, espero que seas feliz con la esperanza y el amor que me quitaste, yo me quedaré tu tristeza, ya no se quién soy sin ella.

Y sobre los poemas que siempre me pedias, supongo que eso no cambió, ya que los has vuelto a hacer en tu carta, pero la respuesta tampoco ha cambiado.

Tampoco vas a recibir una respuesta pues no pienso mandártela, si quieres algo de mí deberás de buscarme, hablarme, quiero explicaciones no tus poemas.

Inconexas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora