Nuestro lugar favorito.

13 1 1
                                    

Solíamos encontrarnos en el fondo de cada botella, era nuestro lugar favorito, nos gustaba beber hasta vomitar, beber para olvidar o simplemente beber por beber, nunca bebíamos para celebrar, nunca había nada que celebrar, tu y yo no éramos de esa clase de personas que pasan por cosas buenas o son felices por completo, de hecho tu y yo sólo nos sentíamos completos y felices cuando el alcohol recorría nuestras venas e intoxicaba nuestro cerebro, nos gustaba estar juntos a todas horas con cualquier licor barato que encontrasemos, pero Emma lo que sucedió esa noche jamás podremos olvidarlo.

Lo intentamos una y otra vez olvidarlo, aunque fuese unos segundos, íbamos botella tras botella hasta que nos desvaneciamos, pero el día siguiente todo volvía y mi último recuerdo siempre era tu cara llena de lágrimas mientras decías que una y otra vez que habíamos matado a alguien, no hacía falta que me lo rocordases, siempre lo tenía en cuenta.

Estaba claro que nunca lo superariamos, nos consumía, nos quemaba, cada vez íbamos probando cosas nuevas para intentar olvidarlo, recuerdo cuando tomamos LSD, de verdad pensé que era mi fin, por tus gritos tu viaje no fue mucho mejor, jamás hablamos de eso, pero todavía tengo pesadillas con ello, cada mota de polvo, cada sombra parecía él, el hombre que atropellamos, y todos ellos gritaban asesino; con la heroína fue mejor nos calmaba, casi no podíamos sentir nada, de golpe todo el dinero del alcohol lo destinamos a ello, pero poco a poco íbamos necesitando más y más para no pensar en la familia de ese hombre y cada vez el dolor era peor, no había forma de huir de él.

Lo peor fue cuando te fuiste, en ese instante me rompí por completo, dejaste una nota dijiste que ibas a averiguar quien era ese hombre, que al menos teníamos que saber su nombre, pero te callaste que no pensabas volver a mi lado, me dejaste sólo Emma, me abandonaste y jamás regraste, fue entonces cuando el verdadero infierno comenzó, me volví loco yo sólo. Sin saber que hacer, perdido en las drogas, sin saber de ti, sin saber de mí. Llegue al momento de rotura pequeña y fue como si vomitase hasta mi alma, todo lo que fui, todo lo que podría haber sido... en ese momento me deshice de todo, de mi y de ti.

Pero salió algo bueno volví a casa, regrese llorando donde mis padres, ellos me pagaron la rehabilitación, la vida seguía apestando, atropelle a un hombre y debía hacerme responsable por ello.Pero primero debía encontrarte, saber que estabas bien, saber que habías salido de esto y ayudarte si no lo habías hecho.

Te busqué por todas partes, pero habías escondido muy bien tus huellas, tardé años, para cuando te encontré ya teníamos 30 y algo y nuestra tragedia empezó antes de los 20.
Por el camino descrubí quién era el hombre y les enviaba dinero mensualmente, se que no era nada comparado con lo les quitamos, pero me ayuda a llevar la carga, pensé que te alegrarías, pero eso jamás te interesó.

Te encontré vendiendo tu cuerpo en un antro, por el brillo de tus ojos supe que jamás dejaste la heroína, tu cuerpo también lo demostraba, siempre fuiste preciosa, pero habías perdido mucho. Esa noche me gritaste, me llamaste de todo, me quedó claro que me odiabas, pero no tanto como te odiabas a ti misma, también dijiste algo que jamás olvidaré esa noche no conducía yo, al contrario de lo que me hiciste creer todo este tiempo, esa noche conducidas tú, también dijiste que ese era tu castigo; me fui llorando de aquel lugar. Hacia años que no lloraba como un niño pequeño, en fue parte de alivio, a pesar de que era tan culpable como tu, en parte por pena, pena hacia ti, pero dejé el destino en tus manos,  deje la tarjeta de la clínica de rehabilitación y si decidais ir ya estaba todo pagado.

Esa noche llamé a mis padres, les dije que te había visto, que me iba a entregar, pasé por su casa y me despedí de ellos, no los he visto mucho desde entonces.
Supongo que sabes que te escribo desde la cárcel, jamás te mencione en la investigación ni en el juicio, te quería y te quiero libre. Debo confesar que pedí al detective que contraté para encontrarte me dijese como estas, me alegra saber que fuiste a rehabilitación, que encontraste a alguien, se que has tenido hace poco una niña preciosa. ¿Sabes? voy a salir pronto de aquí, el sistema judicial es un chiste, posiblemente si nos hubiésemos entregado ese mismo día no nos habría pasado nada, pero todo lo que hemos sufrido lo merecíamos, era nuestra forma de expirar la culpa, pero no hay forma de hacer eso, siempre vamos a ser culpables de ese crimen Emma.

Esta carta iba a ser más corta sólo quería decirte que iba a salir, pero creo necesitaba contartelo, todo, creo que necesitaba decirte todo esto, tal vez deberíamos haberlo hablado antes, pero ya no hay tiempo por que creo que es mejor que nuestras vidas no se vuelvan a cruzar.

Se como va a pasar, encontrarás esta carta en una mesa del lugar donde trabajas como camarera, un pequeño restaurante familiar, y me odiarás un poco por recordarte todo esto, pero creo que me lo debes.

Siempre seré tuyo Emma, pero tu y yo sólo sabíamos estar juntos en el fondo de cada botella, sólo nos juntamos por eso, te deseo todo lo mejor en la vida, te deseo la felicidad y buena suerte.

Inconexas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora