VI

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—Aquel que ha perdido su rostro y es tentado por la locura y los demonios, recorrerá el mundo en busca de aquello que le fue arrebatado. Aquel que ha perdido su rostro y logra mantenerse firme ante la adversidad, recorrerá el mundo creando y cediendo aquello que le fue arrebatado.

La criatura humanoide de piel pálida se dedicó a recrear un rostro humano. Sus manos eran delicadas, le dedicaba su completa atención y paciencia. Sus dedos eran alargados y delgados, sus uñas parecían ser solo la punta de aquellas agujas que se hacían pasar como manos, mientras que él, lleno de adoración y amor, creaba esa máscara para otro pobre iluso que cayó ante la seducción del Ladrón de Rostros.

Dirigió su mirada hacia el pobre muchacho que parecía desear llorar aunque no podía hacerlo, sintió el deseo de suspirar y solo se concentró en crearle el rostro más bello que podría existir.

Con los años se había perfeccionado, había aprendido a crear las más bellas máscaras, las más realistas, las que nunca harían que un Sin Rostro quisiera robárselo a alguien más.

—No caigas en la locura y la desesperación, niño. Lucha, vive, crea...

El Ladrón de RostrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora