Lily y James

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Disclaimer: Todos los derechosreservados para mi escritora británica favorita: J.K Rowling.Warner Bross & Salamandra. La historia es de mi completo terreno.

Aviso:Este fanfiction salió espontáneamente al ver una imagen de Harry/Hermione. Es al final del libro sexto. Obviamente el Trío de Oro no se ha ido de Hogwarts por razones de seguridad decretadas por el Ministerio Mágico. Por en ese lapso suceden muchas cosas. Está un poco raro, pero se entiende. Lo puse desde la vista de Harry, porque obviamente Hermione tomaría atención estrictamente en cada una de las clases y bueno, no los quiero aburrir y no quiero redactar tanto. Mejor, quedémonos con Harry.

"Si me permites intentarlo"

Capitulo III

Ya habían pasado dos semanas desde mi rompimiento oficial y definitivo con Ginny. Ella se comporta de una manera muy neutral y simpática conmigo y sinceramente no puedo estar más agradecido con ella. Eso sí, nos hemos distanciado un poco y era de esperarse. Hoy es nuestra última clase de pociones y Snape será el aplicador de la prueba. Perfecto, ¿no? Por más que me esfuerce durante la prueba y por mucho que haya estado practicando él buscará un motivo para sacarme del aula y llamarme "perdedor engreído".

—Harry, ¿sigues preocupado por las pruebas de pociones? —es Hermione quien me saca de mi ensoñación, veo hacia mi alrededor. Estamos en el Gran Comedor y Hermione que está a mi lado, me sacude el hombro para que le haga caso. Ya no está enojada conmigo, desde que nos peleamos esa vez ninguno de los dos lo ha mencionado. Pero muero internamente porque ella saque al tema a relucir, porque yo soy muy cobarde. Es la única que se da cuenta de mi estado de ánimo, no sé cómo le hace. —Mira, Harry, —continúa al ver que yo no respondo—el profesor Horace va a calificar resultados, ¿de acuerdo? Snape sólo estará ahí de guardia, asustarnos un poco. Sólo quieren ponernos nerviosos, es todo.

—Sí, Hermione. Pero ese "guardia" me odia y si estornudo o me acomodo los lentes, lo verá como una infracción a las reglas y ¡adiós a la oportunidad de ser Auror! —digo en un tono muy pesimista. Hermione entrecierra los ojos, irritada.

—Snape no tiene derecho alguno a reprobar o sacar del aula a algún alumno, Harry. —me dice, visiblemente molesta. Suspiro, no tiene caso pelearme de nuevo con ella. Aparte que no me gusta estar sin ella, aunque nunca lo admitiría en voz alta. —Come algo, ¿quieres? —me dice pasados unos segundos, en su ya particular tono mandón.

Asiento sin mirarla y veo qué tengo en el plato: huevos con tocino y jugo de calabaza y en otro plato –más grande y de plata- hay muchos panes dulces, de diferentes sabores y tamaños. Tomo un poco de jugo y pico un poco de tocino, no me apetece comer huevo. Termino comiendo dos panecillos azucarados y dos vasos de juego de calabaza. Al parecer a Hermione le satisface lo que he comido porque no escucho ninguna queja por parte de ella. Suspiro aliviado.

En el único momento en el que Ron no besa a Lavender Brown eso sólo puede significar una cosa: está abarrotado hasta no poder con la comida. Como ahora, río en silencio mientras lo miro comer. Por suerte de Lavender está muy lejos de nosotros como para ver como su "Won-won" se ensucia de chocolate y otros alimentos. Hermione no para de reñirlo y decirle que esa no es una forma de comer. Ron la ignora, como siempre.

—Es hora de irnos. —le digo a Hermione, ella asiente y se para al mismo tiempo que yo para dirigirnos a Pociones, mi peor pesadilla nuevamente.

—Es sólo por hoy, Harry. —me dice, acercándose a mí y tomándome de la mano y con la otra posada en mi hombro, lo cual deja su rostro muy cerca del mío. Inmediatamente me pongo tenso, tenerla tan cerca me hace perder la cabeza, aunque siempre la tengo cerca, ahora es diferente, ¿cuándo cambió todo? No sé por qué, pero entrelazo mis dedos con los de ella y le doy un apretón cariñoso. Así caminamos un lapso del pasillo y luego ella se suelta delicadamente de mi, fingiendo que la mochila le molesta. Gruño por lo bajo, su calidez es buena para mí. La miro de reojo y parece nerviosa, ¿eso es bueno? Falta un poco para llegar a las mazmorras y no hay nadie que pueda vernos. Es mi turno de acercarme a ella y tomarla delicadamente de la mano otra vez, por nuestras largas túnicas nuestras manos entrelazadas pasarán desapercibidas, perfecto. Ella no me rechaza y eso es maravilloso.

Si me permites intentarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora