Abrí los ojos a causa de la cantidad de sonidos y contaminación auditiva que se encontraba a mí alrededor. Maldita sea. Asomé mi cara por la ventana, vi grandes edificios y letreros que cubrían todo el centro de la ciudad; un trancón nos tenía inmóviles los pitos me ensordecían, tan solo se escuchaban avisos de shows y revendedores del sector. No podía creer que estuviera en otro lugar y en otro país. Apenas recordaba el día anterior cuando cerraba la puerta de mi casa en Bogotá y subía las maletas al auto.
-Isa, roncabas como oso!-Escuche hablar a mi madre
-Lo siento. ¿Ya vamos a llegar?, no me siento muy bien.-Dije sintiendo como mis tripas se retorcían al parecer las lombrices tenían hambre o querían salir. En conclusión, tarde o temprano vomitaría.
Y así fue. Llegando en una sector con las calles algo inclinadas, sentí como avanzada el vómito atreves de mi garganta .Por suerte mi madre se detuvo gracias a un semáforo, en ese instante aproveché para tomar la cosa más cercana y así depositar los desechos de mi estómago. Mi madre me observo, refunfuñaba sobre que debía lavar su bolso con mucho jabón o probablemente darle uno nuevo. Y si, su bolso fue la estación de parada de mí del almuerzo del día anterior.
Levemente levante mi rostro y al ver por la ventana pude ver a un chico de cejas tupidas y linda sonrisa observándome con una expresión poco matutina en el autobús del costado derecho, nuestras mirandas se cruzaron y él sonrió. Sentí como el calor subía hasta mi rostro, el arrugo su frente y me dio un vistazo que parecía decir: lamento que estés enferma. Yo solo baje la miranda, me sentí tan avergonzada era un poco gracioso que en mi primer día allí, un chico guapo me viera expulsar trozos de alimentos.
¡Que idiota!
Avanzamos cuatro o cinco cuadras más y estacionamos en un lugar pintoresco, las casas eran nuevas pero con un toque vitage y bohemio esperaba con ansias que una de estas fuera nuestra casa pero mi madre solo bajo del auto para recoger algunas cosas de una pequeña boutique.
Por un momento caí con una pisca de decepción, pero al rotar una cuadra hacia la derecha mi madre dijo: "es allí", mis ojos se abrieron como platos y pude notar la cara de satisfacción de la mujer al observar que me había gustado nuestro nuevo hogar.
-Baja tus cosas, cuidado con la caja de la cinta rosa es un regalo para tu tía Daniela.
Yo solo afirme con uno de mis movimientos de cabeza, tome mis cosas y corrí hacia la nueva casa. Era simplemente maravillosa, con techos altos y arañas colgantes, era al estilo victoriano. Mi mayor sorpresa fue al observar el patio trasero, un árbol gigante hacía sombra a unas pequeñas bancas color blanco, con una graciosa mesa en el centro que al parecer era para tomar el té.
***
El sol entro por mi ventana y mi teléfono sonó un poco alto con la canción "Paradise" de cold play, esta era mi alarma. (¡Qué por cierto me estaba volviendo loca!). El día anterior fue muy agotador sacamos las cajas del camión y pusimos cada cosa en su lugar, nuestra morada quedo hermosa. Este día era mi entrevista en la universidad de Barcelona, me asustaba la idea de ser rechazada y tener que buscar otro lugar que me aceptara o se acomodara a mi "nivel".
Tome mi ropaje y me duche rápidamente agregue un poco de maquillaje, cepille mi cabello, corrí escaleras abajo y tome una pera mientras revisaba el reloj que estaba sobre la lacena de la cocina.
Mierda, se hizo tarde.-reaccione con rapidez.
Mi madre estaba pegada a la bocina de auto, tan pronto cerré la puerta acelero...
Mis rodillas dolían al subir las putas escaleras que me dirigían hacia la habitación de entrevistas, Rosa se había quedado parqueando el auto. Al llegar a la recepción una graciosa y arrugada dama me atendió.
-Buenos días, en que te puedo colaborar- sus ojos caídos eran un poco somnolientos solo con verle mi mente gritaba: "duerme".
Bostecé.
-Vengo a la entrevista de admisión.
-¿Para qué programa?-preguntó la mujer mientras digitaba letras en su computador.
-Para artes plásticas.-dije mientras acomodaba mis documentos en la desordenada carpeta que sostenía en mis temblorosas manos.
-Sigue por ahí- señalo la mujer con siquiera alzar su mirada.
-Gracias.
Camine hasta la entrada, un hombre de unos 50 años me realizo las típicas preguntas: ¿Cuál es tu nombre?,¿De dónde vienes?,¿Por qué vas a estudiar esto? ...Mi mente que esta vez no estaba en blanco respondía a cada una de estas, me sentía confiada.
Me aceptaran -pensé mientras me despedía de un estrechón de manos con el profesor Rodríguez.
Mi madre y yo aún que sonara totalmente ridículo habíamos practicado como seria la entrevista, desde tener las repuesta preparadas hasta el estrechar las manos con "seguridad".
Solo queda esperar...
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Hola, se que no tengo muchos lectore tal vez ni 5, (lo feo de ser nueva xD) ; pero dibido a que estoy feliz de poder compartir mis escritos con ustedes, decidi subir este capitulo :). Espero que les guste . ! seria genial si pudieran recomendar esta historia con sus amigas o amigos . :)
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La polaridad del amor.
Novela JuvenilAlguna vez te has preguntado ¿por qué la gente es tan igual?, a veces pienso que son clones unidos por un solo objetivo E N C A J A R. ¿Por qué fingir ser alguien más y no ser cómo quieres? ¿Por qué cambiar tu esencia por observar la expresión y...