Camille

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-¿Hija? -mi madre me saca de mis pensamientos. Esta ahí, como siempre, con su cara de "preocupación" por mi-. ¿Ya decidiste que hacer con tus solicitudes?

Lo único que logra con sus preguntas insistentes acerca de la universidad es que me irrite mas, pero no debo demostrarlo. Debo ser perfecta y por eso debo saber que hacer con mis solicitudes.

-Aun no estoy segura mamá -digo algo cortante- y no quiero hablarlo tampoco...

-Hija falta muy poco, debes saber que hacer con tu vida -su mirada es dura como siempre que la contradigo-. No pienso ver como mi hija se queda en la nada como una hippie sucia por una tonta indesicion.

Hay puro veneno en cada una de sus palabras y duele. Quiero gritarle y decirle que no soy su maldito títere de perfección, pero me recuerdo que hay gente a nuestro alrededor y que estamos en un café.

-Mira lo que haces -apunta a mi mano izquierda.

La galleta de coco esta disuelta en mi mano y las venas de mi muñeca parecen a punto de explotar a causa de la tensión. No aguantare esto por mucho mas, lo sé.

Me limpio las manos con la servilleta de tela y la apoyo demasiado fuerte contra la mesa haciendo que la vajilla choque entre si, lo suficiente como para que mi madre se cabree mas.

-¿No puedes comportarte? -susurra en un grito, y veo como sus ojos verdes están por salirse de lugar.

-Lo hago madre, todos los días de mi vida me comporto como tu quieres -me inclino lo suficiente como para que vea que no juego esta vez.

-No se nota, Camille -dice mi nombre con enojo y un dejo de desprecio-. Kristen no hubier...

Y eso fue el colmo.

Me pare bruscamente haciendo que la silla chille contra el suelo y los cubiertos caigan a este mismo.

-Jamas, nunca jamas vuelvas a nombrar a Kristen -murmuro y dejo que una lágrima salga y ruede por mi mejilla- cuando yo este presente.

La gente dejo sus alegres conversaciones y asuntos para mirar a la madre y a su hija pelear a causa de una muerta.

-Camille, soy tu madre y estoy harta de que me faltes el respeto de esta manera -ella sigue susurrando, como si pudiera pasar desapercibida en todo este lío.

-Eres mi madre si, pero no mi dueña y me canse de que quieras hacer mi vida por mi.

Agarro mi bolso e ignorando los gritos de mi madre salgo del cafe como si un rayo me siguiera.

De a poco seco las lagrimas que amenazan por salir todas juntas de una vez...

Camino por las calles atestadas de Boston con la esperanza de hallar un lugar para ahogar mis penas o algo así.

Siento un golpe fuerte en mi hombro lo que hace que caiga de bruces contra el suelo. No espero ayuda de nadie porque aqui es asi. Nadie te ayudara, todos construyen su camino a donde sea que quieren ir y no pueden parar a ayudar a nadie que no pueda encontrar los matetiales para construir el suyo.

Me levanto y sacudo la parte trasera de mis jeans y sigo caminando.

No se como ni cuando entre a un mercado y salí con una botella de vodka en una mano y con una bolsa de papitas en la otra, pero si, así es, ahora camino hacia el único lugar donde me encontrare a salvo por siempre.

La casa del arbol. Nuestra casa del arbol.

   
Ella es Camille.

    Ella es Camille

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