Hora de irnos.

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Me encontraba en la celda de máxima seguridad sentada en la cama de forma que mis pies no tocaban el piso mirándolos mientras los mecía lentamente y tenia la mente en otro mundo, una melodía pegajosa se cruzaba por mi mente.

La tranquilidad en este lugar era abrumadora, las voces querian hablar todas a la vez y terminaban aturdiendo me asi que aumente el ritmo de la canción tarareandola también,  pero seguian hablando, tape mis oidos con las manos. "Hablen de a una... por favor" susurre con un punzante dolor de cabeza.

Segundos mas tarde decidieron callarse dejando hablar a la mas gruesa y ronca de todas, destape mis oidos, la escuche atentamente fijando mi vista en una de las paredes blancas y vacias del "cuarto" y ladee mi cabeza un poco. 

"ESCAPA." Gruño y todas desaparecieron dejando la habitación en completo silencio.

El silencio no duro, escuche como la puerta se abrió,  me levante de mi cama y me pare al frente de esta mirando con atención al enfermero que había entrado con cuatro de esos estúpidos gorilas atras suyo, solo había habido cinco incidentes con los susodichos, exageraban con tantos guardias.

El enfermero entro a paso firme con una jeringa sobre una bandeja tratando de ocultar sus nervios, dos de los guardias se adelantaron y me agarraron por los brazos bruscamente, el tercero me hizo a un lado la cabeza dejando al descubierto mi cuello y el cuarto se quedo vigilando, el flacucho de chaqueta azul avanzó con la jeringa mientras lo miraba con puro odio.

Me movi un poco y fallo cuando intento ponerla en mi cuello."Quédate quieta niña." Susurro tratando de sonar firme, apreté la mandíbula y exhale el aire con fuerza, volvió a acercarse con el objeto que tenia un liquido amarillento y pincho en la sensible piel.

Una alarma resonó en todo el lugar y saco rápidamente la jeringa de mi cuello sin haber vertido casi nada de ella en mis venas, el enfermero volteo alarmado y salio a paso apresurado del lugar, los guardias lo siguieron despues de dejarme en mi cama y cerraron con fuerza la puerta, disparos y gritos se escucharon.

Me asome por la ventanilla que daba al pasillo y escuche el peso del cuerpo de uno de los guardias caer despues de unos disparo.

Ahora el pasillo estaba silencioso, me aleje de la puerta y ladee la cabeza confundida.

Escuche una risa ronca que termino desvaneciéndose en el aire y entendí todo.

Las llaves sonaron contra la cerradura y se abrieron dejando ver su extraña sonrisa y sus frios ojos.

Sonreí de lado. Jerome..

-Tú... -susurre-
-Hola preciosa -me giño un ojo y extendió una mano hacia mi- hora de irnos...

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Control- Jerome V.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora