-Uau... --pronuncié.
Una palabra onomatopéyica monosilábica fue lo único que mis labios y mi lengua fueron capaces de vocalizar, pues me había quedado literalmente sin palabras al contemplar lo que se encontraba ante mi. ¿Dije casita? En realidad me quería referir a la inesperada mansión de madera que se erigía justo en mis narices.
-¿A-Aquí es donde pasaremos nuestras vacaciones? --alcancé a pronunciar, señalando con mi dedo índice a través de la ventana el edificio.
-Me temo que sí. ¿No te gusta? --comentó con tono de preocupación fingida, haciendo parecer que estaba seguro de que el (edificio) me tenía que gustar.
-¡C-Claro que me gusta! ¿Qué te hace pensar...? --¿Qué si me gusta? Me faltarían sufijos de adjetivos superlativos para demostrar cuanto me gustaba aquel lugar.
-Ya veo. ¿Y si te digo que esto es creación mía? -comentó de nuevo, pero con tono orgulloso, confiado.
-¿C-Creación TUYA? --abrí tanto la boca que mi mandíbula casi podía tocar el suelo. Mi vista se alternó entre creador y creación, pues no podía creer lo que había acabado de oir y lo que estaba viendo.
Permanecí igual de asombrado por un buen rato bien grande, y más tarde,después de un intensivo interrogatorio a base de preguntas: "¿De verdad que has hecho TÚ eso?", hartos ya de aquel vehículo, finalmente nos apeamos. Nos repartimos equitativamente las tareas después de bajar: Mientras Dell se encargaba de bajar y colocar el equipaje, Mundy se iría a explorar a los alrededores. Un trato justo... ¿No?
Llevé mi mano a la espalda, hurgué en mi mochila y muy pronto ya tenía el objeto deseado y buscado en mi mano. Antes de partir, me despedí de mi amigo por un rato, a la par que lanzaba el extremo del garfio arrojadizo a la parte superior del tronco del árbol más cercano, lo que me permitió, después de accionar el mecanismo del garfio, acceder a las ramas más altas de aquella planta. Después de reunir el valor necesario, me lancé al suelo, enganchándome a la rama de otro árbol sin llegar a tocar el suelo. No se me daba nada mal el manejo del gancho, ya tenía práctica de su uso en las batallas, además de utilizarlo para otras cosas como esta.
Tomando como centro la casa/mansión de mi amigo, tracé en un plano mental una circunferencia con un radio de 2Km. Esa sería el área a explorar, pues no me gustaba la idea de descubrir todos los posibles secretos de aquel bosque en un día, y más teniendo en cuenta la duración de las vacaciones. Inspeccioné todo ese sector circular, aunque por el motivo mencionado anteriormente, no puse mucho cuidado en el trabajo, que en apenas media hora, estaba terminado. Fui capaz de regresar con facilidad al punto central de la circunferencia: La cabaña del ingeniero, que pude divisar detrás de los árboles una vez estuve lo bastante cerca para ello. Salté desde lo alto del último arbol, el que me separaba de la estructura de madera y realizando una impresionante pirueta hacia delante, aterricé justo delante de la puerta, con la ayuda del gancho. La puerta estaba abierta, como invitándome a entrar, acción que hice sin dudar.
-¿Dell? --nombré, para llamar la atención del tejano a la par que lo buscaba con la mirada, pero mi vista se dedicó a inspeccionar el más mínimo detalle de la gran sala en la que había acabado de entrar, repitiendo para mis adentros la palabra que pronuncié nada más llegar.
-¿Sí? --su cabeza asomó por encima del mueble que separaba la cocina del salón en aquel espacio. [Disculpa, aún estoy colocando las cosas.
-Oh, ya veo. Simplemente quería avisarte de que he llegado. --¿Cosas? ¿Qué cosas? No me suena haber comprado más comida que aquellos dulces. Pero si no recuerdo mal, nos los comimos por el camino.
-Me gustaría oír la historia de tus aventuras de este corto periodo de tiempo, pero primero deberías darte una ducha. --ordenó, como si de Soldier se tratase [La puerta que está justo al bajar las escaleras es el baño.
-Sí señor. --obedecí, accediendo a la puerta indicada por el contrario. Me quité la ropa antes de entrar, avisando al contrario de esta acción. [¡Te dejo aquí la ropa!
Una ventana a la derecha permitía el paso de los últimos rayos del sol, por lo que no me molesté en pulsar el interruptor de la entrada para encender la luz. Hecho esto, entré al baño, cuyo tamaño era proporcional al de la casa. Otro "uau" interno resonó en mi cabeza. Una vez allí, me encontré con dos opciones. Seguir a rajatabla las palabras de Engineer y darme una ducha, o desobedecerle y caer en la tentación del llamado del jacuzzi que ocupaba gran parte del baño, aunque ya sabía perfectamente cual iba a ser mi respuesta. Atendiendo de nuevo al factor del tiempo de estancia, lo mejor era tomarme una ducha y dejarme de rodeos.
Abrí el grifo, dejando que el agua cayese desde la ducha, colgada arriba, hacia mi cabeza. El notar como las gotitas de agua resbalaban a lo largo de mi cuerpo me producían una extrema relajación, un pequeño detalle que hacía que todo aquel viaje valiese la pena. Hubiese disfrutado eternamente de aquel momento, sin embargo, no podía pasarme todas las vacaciones en la ducha, por lo que después de enjabonarme y aclararme el pelo, acabé la tarea. Tomé una toalla del toallero, estratégicamente colocado al lado de la ducha, lo que me parecía una buena idea y me sequé el pelo con ella, acto seguido, enrollé aquel trozo de tela rojo a mi cintura, tapando la parte inferior de mi cuerpo, aunque solo lo justo, pues aquella toalla era algo pequeña a mi parecer. Casi desnudo, salí a recoger la ropa que dejé en el suelo, junto a la puerta, sin embargo, allí no había ninguna prenda de vestir de las que yo me había desprendido previamente.
-Dell... ¿Dónde está mi ropa...?
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Trucks n Vans.
RandomCompañeros en trabajo, compañeros en vacaciones. ¿Quién sabe si el compañerismo entre dos hombres quizá pueda llegar a algo más? "Los polos opuestos se atraen" Historia basada en el juego Team Fortress 2. MalexMale. Don't like, don't read.