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Lo que no debería haber pasado

¡ATENCIÓN! Este fanfic es un supuesto final alternativo para el capítulo 17 de Miraculous LadyBug. Tened cuidado con los posibles spoilers del mismo. Una vez entendido esto... ¡Allá vamos!

Aquello no podía estar pasando, sus ojos no daban crédito a lo que estaba viendo... ¿Acaso...? No, era imposible, su LadyBug jamás fallaría en algo así. Jamás se dejaría vencer por alguien así. Y aún así... 

Todo estaba ocurriendo demasiado deprisa. Él estaba tranquilo, observando como tanto su LadyBug como la absurda copia que se hacía llamar "AntiBug", intercambiaban feroces golpes con sus yoyos. Por el momento no parecía que él debiera intervenir, tampoco que ninguna de las dos tomara ventaja... Hasta el momento en el que LadyBug decidió realizar su ataque especial.

  — ¡Lucky Charm! —  escuchó el característico grito que hacia la heroína cuando utilizaba aquel poder.

— ¡Anti Charm! — gritó su enemiga. ¿Era posible? ¿Hasta en eso podía copiarla?

Sus ojos felinos se centraron en la silueta del traje negro con puntos rojos para ver si era aquello posible... ¿Una espada? Perdón, ¿UNA ESPADA GIGANTESCA? ¡¿Estaba eso bien?! Cruzó la vista alarmado, esperando que LadyBug sosteniera entre sus manos un arma de igual tamaño o al menos algo que la ayudara a protegerse, pero...

El rostro ceniciento del objeto de su amor lo decía todo. Sus manos estaban vacías. ¿Qué estaba pasando allí? ¿El "Lucky Charm" no había funcionado? ¿Es que no había nada que pudiera ayudarles a luchar contra aquel akuma? ¿O AntiBug había neutralizado el Lucky Charm con su Anti Charm?

Fuera lo que fuese, perdió demasiados segundos atónito ante la mirada de la chica, que parecía tener una corriente de sentimientos imparable: asombro, decepción, miedo, dolor...

Por un momento, se había quedado congelado justo a su lado. Sus instintos felinos mientras estaba transformado en Chat Noir le habían fallado en el momento más importante. No había llegado a tiempo de apartarla, de ponerse delante, de hacer cualquier cosa que hubiera salvado a la razón de su vida...

Su visión se tiñó de rojo, pero no del rojo del traje de la chica que sujetaba entre sus brazos, si no de la sangre que empezaba a borbotar del tajo que le había abierto aquella horripilante criatura en el mismísimo pecho.

  — Gatito... Ni se... te ocu... rra... — su voz iba convirtiéndose en un susurro. No podía soportarlo, sentía como si aquella enorme herida la tuviera él mismo en el corazón.

  — Shh... M'Lady... No malgastes energía... — no sabía si podría contener las lágrimas mucho más.— Yo me encargo a partir de aquí, y te pondrás bien...

Ella le sonrió. Sabía que le estaba costando hacer aquel gesto y por eso no podía disfrutarlo como quisiera... 

Todo por culpa de aquel ser. Quería desgarrarla, hacerla sufrir, convertirla en millones de partículas para luego quemarla en un fuego purificador... Pero algo en el fondo de su mente le decía que no era culpa de ella, era culpa suya por no haber protegido a su amada, a quien quería mutilar era a sí mismo.

La risa de "AntiBug" resonaba en sus orejas de forma estridente, casi le hacía daño. Pero no podía matarla, no era el estilo de LadyBug. ella querría que salvara incluso a aquel ser monstruoso en el que se había convertido Chloe. Y todo, ¿por qué? ¿Porque por un momento no había sido el centro de atención? ¿Porque LadyBug no la había ayudado? No quería odiarla, pero no sabía si podría evitarlo...

  — ¡Cataclism!

 Si hubiera podido, esa mano habría ido directa a su corazón, pero se repetía una y otra vez que no debía, que lo importante era romper el objeto que había poseído el akuma y llevar directamente a LadyBug a un hospital.

Posó la mano en el techo de plástico que cubría la piscina e hizo que AntiBug quedara encerrada en un hueco. Entonces corrió hacia ella, que al ver la ferocidad en sus movimientos, se encogió asustada. Le pegó una patada a aquella arma del demonio y la lanzó tan lejos que no pudo seguirla con la mirada. Miró a Antibug, la cual volvió a encogerse bajo el peso de su mirada incriminatoria pero que segundos después intentó deshacerse de él.

  — Estate quieta porque lo que podría hacerte no tiene nombre. — Masculló entre dientes. Agarró los pendientes y los destrozó, sacando al akuma de allí. 

¿Qué hacía ahora? Esa parte siempre era de LadyBug...

— Chat... — escuchó el leve murmullo de ella y se giró para verla. En las manos tenía su yoyo abierto, esperando ser utilizado para atrapar al akuma.

— De acuerdo. — No hizo comentario alguno más, tomó el yoyo e hizo lo que debía lo más rápido posible.

Volvió al lado de LadyBug, se arrodilló a su lado y pasó uno de sus brazos por debajo de ella para alzar su cuerpo.

— Bien... he... — Tenía la mano hecha un puño, y él el corazón en el mismo.

— LadyBug... No puedes dejarme... No puedo perderte a ti también... — en aquel momento dejó libertad a sus sentimientos, tanto los dolorosos como los amorosos. — Te amo, LadyBug... No quiero perderte... — Ya había roto en llanto, el cuál humedecía la máscara que aún llevaba, su voz era un lamento inconsolable. Empezó a temblar, convulsionando y doblándose sobre su cuerpo a causa del dolor insoportable que sentía. La abrazaba con todas sus fuerzas, como si así pudiera reunir las piezas de su cuerpo roto. — Te quiero, Marinette.

Sintió cómo la transformación se deshacía, y con los ojos cerrados, sin siquiera haberla visto, su corazón había sentido claramente que debía ser ella. ¿Tanto tiempo junto a ella, tan cerca, y a la vez había estado tan lejos? ¿Por qué había sido tan estúpido y no se había dado cuenta antes? Quizás, como él mismo y no como Chat Noir podría haber tenido alguna oportunidad... Chat Noir había fracasado por completo, en todo.

  — ¿A-Adrien...?

Su propia transformación se había deshecho y ni siquiera le importaba. Chloe estaba estupefacta observando aquella escena, en un principio sin siquiera ser capaz de reaccionar. Pero el dolor de Chat Noir, ahora reflejado en Adrien... No podía soportarlo. 

Chloe se levantó, llamó a la ambulancia, no sabía si era demasiado tarde, pero algo debía hacer. No podía acercarse a aquella burbuja que habían creado ambos. Era su intimidad y ella no podía inmiscuirse, lo entendía, era algo solo entre ellos dos.

Miró a su alrededor y encontró la espada con la que había derrotado a LadyBug. ¿No había desaparecido junto con su traje? Cayó en la cuenta justo en aquel momento, había visto muchas veces a LadyBug hacer lo mismo... ¿Sería capaz ella de hacerlo?

  — ¡An...! No... ¡Lucky Charm!