Capitulo 1.El principio de todo

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P.O.V. Andrea
Era el chico perfecto, guapo, estudioso, algo macarra y venia de Estados Unidos, pero para mí era perfecto, sus ojos eran de un verde claro vidrioso, su pelo era cenizo, ondulado y se lo peinaba en tupé, su nariz era algo pequeña, sus labios gruesos y pequeños, en lo que era físico iba sobrado, todos los días iba al gimnasio una hora, por lo cual estaba marcado pero no llegaba a ser un Hulk, tenía 15 años cuando me invitó al concierto de los rolling stones en 1991, todo fue alegría y fiesta, no podía estar más contenta, estaba escuchando a mi grupo de música favorito y estaba con el chico que me gustaba, pero la noche estuvo llena de sorpresas, me pidió que fuéramos novios, un año después de eso celebramos nuestro aniversario llendo a otro concierto de la misma banda, pero con la diferencia de que esta noche no me pidió que fuéramos novios, si no que tuviéramos una "noche loca". Es así como me quedé embarazada de un niño al que nueve meses después bautizaríamos con un nombre principalmente estadounidense: Nicholas Geoffrey Jefferson González. Antes de que él se enterara nos fuimos a Estados Unidos donde allí podíamos vivir juntos ya que en un estado yo tenía la mayoría de edad, al llegar allí justo cuando ya teníamos todo listo y yo ya estaba embarazada de un mes y medio decidí decírselo, al contárselo se quedó atónito, no sé si de alegría o de miedo.
Las cosas fueron normales hasta que pasaron ya los mueve meses, sus ojos verdes claros y vidriosos se volvieron oscuros y tenebrosos, su pelo castizo, ondulado y en tupé  se volvió negro, rizado, revuelto y se le estaba cayendo poco a poco, dejó de ir al gimnasio y hacer deporte y se volvió gordo y vago, le creció una barba descuidada, larga y canosa cuando antes casi todos los días se afeitaba y cuando se le veía un pelo , aún así le seguía queriendo, pero cuando nació el bebé se prestó para el nombre, solo para eso, no le daba de comer, no le cambiaba el pañal, no lo arrullaba en las noches en vela, no le compraba ni unos putos calcetines, ni siquiera del chino, lo único que hacía era decirme cada noche cuando el bebé se dormía:
-Que, ¿quieres marcha?
A lo que yo respondía:
-No, estoy muy cansada.
La cosa fue así por mucho tiempo, hasta que un día me agarro a media noche e hizo lo que quiso conmigo. Al igual que antes seguimos así durante 3 años, justo en el cumpleaños de Nick, el pequeño le dijo a su padre:
-Papa, va vamos a gugar al parque.
-¡Anda cállate, niñato analfabeto, déjame ver el rugby!
En ese momento Nick rompió a llorar, no sabía lo que le dijo su padre, pero su mirada y su tono fueron suficientes para hacerlo llorar a él, y a mí por dentro, a partir de ese momento todo mi amor por él se esfumó, le comencé a tratar como él trato al niño aquel día, pero justo cuando Nick cumplió 10, ese hombre se esfumó, al igual que mi cariño por él, desapareció, a pesar de que yo no le trataba muy bien le seguía haciendo la comida, me dejo sola con Nick, así que decidí volverme a España con él.
P.O.V. Nick
No recuerdo nada de mi padre, lo único que recuerdo es una sombra atemorizante gritándome, lo único que sé de él es que me abandonó cuando tenía 10 años, su cara me es borrosa, pero ese día me resultó muy difícil, a la semana siguiente fui a España con mi madre, de donde ella venía, me pareció un lugar bonito en el que viví, los edificios no eran tan altos como en Nueva York y no había tanto trafico era muy tranquilo, pero los problemas empezaron cuando comencé el colegio, no sabía hablar el idioma, y los demás se reían de mí nombre, el tiempo fue pasando y vi que mi madre no paraba de abrir cartas y estresarse al verlas pero siempre me decía:
-No pasa nada cariño, mamá solo está algo triste, pero no va a pasar nada.
Palabras que cuando tenía 10 años me tranquilizaban, pero mientras iban pasando las semanas notaba que mama estaba menos en casa, me dejaba la comida para calentar con una nota que ponía.

Que aproveche, cariño mío, un beso, te quiero, volveré pronto.

Aunque era verdad que volvía, cada vez tardaba más, al principio me preparaba la cena, y al final solo me daba el beso de buenas noches y yo ni me enteraba por qué estaba dormido.
En el colegio mientras más aprendía el idioma más me molestaban los otros niños, más entendía los insultos que me soltaban, pero... Un día todo cambio, mediante el paso del tiempo mi odio o tristeza por el abandono por parte de mi padre era cada vez mayor, al igual por el de mi madre, que a pesar de que estaba conmigo, nunca estaba en casa, todo esto me llevó a que un día, con quince años, un niño en el recreo mientras yo estaba en una esquina sentado mientras escuchaba música en el viejo walkman de mi madre, cuando llegó uno de los matones.
-Oye tú, ¿en serio estas escuchando música en esa antigualla?, ¿qué eres?, ¿un prehistórico? Hu ji ha ha- dijo mientras imitaba a un mono y lanzaba mi walkman lejos- ups, he lanzado tu inteligencia al suelo, a no que no tienes- dijo en un tono burlón mientras yo me agachaba a recoger el walkman- o vaya tu madre te ha enseñado a ponerte a perrito, venga abre el culo como ella.
-¡¿Qué acabas de decir?!- dije aún en el suelo.
-Básicamente que sois unas perras, ¿o es que tengo que hablar en tu idioma? Guau, guau, guau.
En ese instante la ira me dominó, sin que se lo esperara, le pegue una patada en sus partes bajas y luego un puñetazo en la boca, cuando cayó al suelo mientras se intentaba levantar yo le pegaba patadas impidiendo que se levantara, pero sus esbirros me apartaron y me sujetaron permitiendo que me diera un puñetazo en la cara, en ese momento llegó el director, y nos apartó a todos, además de ¿porque no? ponernos un parte a todos.
Mi madre tuvo que salir antes del trabajo y dar una charla con el directo mientras yo al lado me pasaba la mano por la boca para ver si me había sacado sangre. Después de ese infierno llegaba otro, este sobre ruedas, mientras íbamos en el coche mi madre me daba la charla otra vez:
-¿Sabes todo lo que trabajo para que estudies, y me haces esto?
-Llevo ya mucho tiempo aguantando a ese gilipollas- dije mientras desviaba la mirada por la ventanilla
-No me vengas con ese vocabulario, te he intentado educar lo mejor que he podido.
-Huy si, me has abandonado en casa mientras tú estás por ahí de juerga.
-¡¿De juerga?! Lo que hago es trabajar y trabajar para poder darte un techo, una cama, un instituto al que ir, comida y así me lo pagas, repitiendo y metiéndote en peleas.
Después de esa corta pero intensa escena todo el camino estuvimos callados, yo al llegar a casa hice lo que todo adolescente hace cuando se enfada, cerrar la puerta de un portazo y sumergirme en mi mundo.

Blood Of Skater #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora