Capitulo 5: EL ENIGMA

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Había pasado el tiempo, para entonces yo ya había retomado mi rutina de trabajo y ya había resuelto la cuestión de Hilbert y los alebrijes.
Hilbert, un viejo gruñón que se sienta todos los días en la entrada de su casa y critica desde ahí al que se le acerque. No se tomó muy bien el obsequio plateado que le di lo más amable y cortes posible.
-"¿Qué es esto? Un pedazo de plata esculpida, Ja. Es un dragón muy deforme. ¿Acaso me veo tan pequeño como para tener juguetitos?"- había dicho. Aun así lo conservo.
Catherine por otro lado, se tomó muy bien el obsequio.

Como años anteriores, comenzaba a soñar con Denisse otra vez. Esta vez ya no se veía como un muerto. Susurraba mi nombre, pero jamás parecía poder terminarlo. Me desconcertaba.
Cuando desperté, vi sobre el Buró un dije. La imagen de Denisse me vino a la cabeza. Era de ella. Salí disparado a mi auto y dejé el dije la comisaría.
-Kevin O'Brian. Tengo algo que puede ayudarles a encontrarla. Tengo esto- dije mostrando el collar.
-¿Dónde encontró este dijecillo de oro?-preguntó el policía al que se lo di.
Le respondí con la verdad y volví lentamente a mi casa.
Me serví un café, me senté en el sofá y me pregunté:
>>¿como es que llego el dije hasta mi buró así como la nota en el piso, la mesa y todos esos alebrijes al baúl?<<
En ese momento, alguien llamó a la puerta. Era Catherine.
-Kevin- dijo muy nerviosa
-¡Catherine! Disculpa lo de el otro día. Pasa por favor.
Balbuceaba y repetía cosas con voz inaudible.
Lucía muy nerviosa, pálida asustada...
-¿Qué pasa?
-Kevin, Denisse, Denisse... Bueno, ella falleció hace tres años y medio en un accidente. Murió en la entrada de tu casa. Estaba lloviendo, se resbaló y se golpeó la cabeza con una piedra.
Tiré la taza y me negué a creer lo que escuchaba
-No no es cierto- dije muy molesto- hace tres años y medio el anuncio tenía medio año anunciado ahí. No pudo morir antes- sentencié totalmente desorientado.
-Kevin, sé que no me crees, es ilógico e incomprensible pero es verdad. Al ver que Denisse no aparecía y al ver que al policía no movía ni un dedo, decidí actuar por mi cuenta. Llama. -me tendió un papel arrugado- Ese número (por si no me crees) es la prueba de lo que te digo. Eres el primero en saberlo. Se lo mucho que te agradaba Denisse y a mi juicio, es justo que lo sepas primero que nadie. Tampoco lo saben las autoridades. Iré a decirles.
Catherine solo sonrió forzadamente y salió de mi casa.
No pude dormir, ni yo ni Catherine. Termine por llamar al número que Catherine me había dado. Era en verdad, una sorpresa.
Una voz que parecía provenir de una mujer de avanzada edad.
-¿Quién habla?
Algo en mí se sacudió con fuerza. Me tranquilicé y continué.
-Mi nombre es Kevin O'Brian. Estoy buscando a la señorita Denisse De Corven.- la voz de dicha mujer soñó entre cortada, extrañada y apagada.
-Joven, ya no vive aquí. ¿Qué no le han dicho? La señorita murió hace tres años y medio.
Mi corazón se detuvo por un momento pero no dejé que eso me parara.
-Gracias- dije sin más.
Eso era todo. Muerta
No había más explicaciones.
Las cartas, los alebrijes, los extraños sueños y todo lo demás que viví después de conocerla. Pero aquí no acababa mi suerte. Necesitaba un testamento firmado por Denisse si quería quedarme con la casa, pues resulta que la casa no formaba parte de el terreno. La casa,mera otra cosa y venía en otro testamento, testamento que no tenía.
Así que... ¿Denisse me engañó?
¿Por qué?
Estaba completamente confundido.

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