Capítulo 7: DENISSE DE CORVEN DESCANSE EN PAZ

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Claro, claro que si. ¡Lo tenía!
Por completo.
Excelente, maravilloso, brillante.
Llevaría todas las notas de Denisse ante el juez y el baúl justo como lo encontré.
Di media vuelta y volvía casa lo más rápido y veloz que pude.
Tomé de mi cajón la nota del piso, la del comedor y la del trinchador de la cocina. El baúl por supuesto pesaba, era de madera tallada y gruesa con incrustaciones de oro puro, y la cerradura era de un hierro pesado y frío. Aun así, lo logré acomodar detrás del auto y volé hasta donde estaba el juez.
Con tranquilidad, expliqué todas las cosas que habían acontecido por los últimos meses, le mostré la llave, las notas y por último cedí el honor de abrir ese hermoso baúl donde vio por supuesto los alebrijes y el truco del fondo falso.
Después de no tener más pruebas contra a mi, me dejó libre con mucho trabajo. Y lo único que me dijo después de un desmayo fue:
-Eres un hombre de estrella O'Brian.
Mis preocupaciones habían terminado por completo. Denisse por fin era libre del mundo y podía ir hacia dónde quisiese.
Se despidió de mí casi en persona. Desde mi cuarto, divisé su silueta en la puerta. Distinguí su sonrisa y sus labios profesando palabras de agradecimiento.
Era libre, yo era libre. Todos los éramos. Ella me sacó de la miseria, gracias a ella soy
Kevin O'Brian.

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