La fiesta

8 0 0
                                    




No sé porqué razón el chico nuevo siente tanta confianza por mi cuando ni siquiera pude presentarme formalmente, él, simplemente, ya me conocía. Baje corriendo a avisarle a mi madre que esta noche iba a salir con mi queridísima hermana a esa estúpida fiesta; claro está que no me expresé con esas palabras.

-Má, voy a ir a la fiesta con Nina esta noche, no te molestes en cocinar para mi.- al terminar mi frase, ella se dio vuelta como si le hubiera dicho algún chisme de barrio.

-¿Vas a ir?- preguntó incrédula.- Digo... Por mi está bien, pero pensé que no te gustaban ese tipo de fiestas, y mucho menos un lunes por la noche.

-Bueno, cambié de opinión, supongo- le dije y me retiré derecho al baño para bañarme y aprontarme para esa fiesta del demonio.

...

Media hora más tarde me encontraba frente al espejo, maquillandome cuando alguien entra como un tornado a mi habitación.

-Así que vas a ir a la fiesta conmigo, ¿eh?- comentó mi hermana con tono irónico.- ¿Pensabas decírmelo o ibas a esperar a que te viera bajar para que me diera cuenta sola?- Seguí maquillandome sin responder- Bien, pero para tu información me viene buscar mi novio con sus amigos y no hay espacio en su camioneta- dijo airosa, como si envidiara a su novio, o a ella.

-No importa, voy a ir con el vecino en mi auto. Así si me quiero ir antes no dependo de tu estúpido novio, y menos de ti.- Me lanzó una de esas miradas asesinas, típicas de ella, cuando alguien la molesta.

Dejó la habitación de la misma forma en la que ingresó a ella. Unos minutos después ya había terminado, me calcé con unas chatitas, no planeaba bailar ni nada pero tampoco iba ahí a estrangularme los pies. Solo quiero "conversar" con ese tal Maverick a ver que información puedo sacar de él. Cuando él vino a mi mente, enseguida miré hacia la ventana. En ese momento veo que el enciende la luz y me acerco. Está sin remera y parece que recién salió de la ducha- o de una revista- pensó la parte más sucia de mi conciencia. Hay que admitir que el chico tiene buen cuerpo, ya me veo a todas las zorras de mi instituto babeandose por este satrapas. Un muy lindo sátrapa.

Abrí mi ventana y arrojé una bola de papel que había en mi papelera hacia su ventana para que mirara a mi dirección. No hizo ningún sonido estrepitoso pero fue lo suficientemente fuerte para que él lo notara, ya que miró hacia mi ventana. Sonrió y se acercó a su ventana para abrirla.

-Hola, ¿lista para la fiesta?- preguntó

-Si sobre eso...- empecé a decir pero no me dejó terminar.

-¿No me digas que ahora no vas a ir? ¿Te acobardaste Price?- dijo con toda la confianza del mundo, como si nos conocieramos desde hace años.

-No nada de eso- contesté, ignorando sus insinuaciones- sólo quería preguntarte si querías que te llevara, ya que tu auto esta en el taller y eso...- dije cautelosa, esperando cualquier señal de rechazo en su rostro.

Me sonrió en cámara lenta, según yo, y luego añadió:-Claro, pero ¿Por qué no llamaste?

-No tengo tu celular- dije- creo que no te dio tiempo de dármelo cuando irrumpiste en mi auto como un salvaje. Se te olvidó- dije sarcásticamente.

-Claro que te lo dí, está anotado en el papel que te di hoy en clase.

-¿Así que esas cifras son tu número de celular? ¿Y porqué antes no aparecieron?- dije incriminándolo.

Se puso nervioso por un instante. Se miró el reloj y se fue, dejando mi duda en el aire.

Cinco segundos después alguien tocó timbre y siento que mi madre atiende. Cuando bajo, Maverick me estaba esperando en la puerta mi casa, mientras mi madre lo ahogaba en preguntas, que él respondía amablemente. Carraspeé para obtener su atención. Ninguno se mutó. Me acerqué a ellos y dije:

-¿Listo?- él me miró, inspeccionando mi atuendo, de abajo hacia arriba, al final se posó en mis ojos. Mi madre nos despidió desde la puerta mientras nos subíamos a mi auto.

Rompí el silencio.-¿Y bien? ¿Vas a contestar a mi pregunta?

- Creo que utilicé una lapicera con tinta invisible, que no se ve hasta que recibe calor. ¿Lo tenías en algún lado apretado?

-Sí, en en el bolsillo de mi pantalón.- dije dubitativa

- Ah, claro, el calor corporal debe de haber hecho que aparezca.

Lo miré, incrédula a sus palabras, pero era la única explicación razonable, si se puede decir así, para esta situación.

Arranqué hacia la fiesta, mi hermana ya se había ido hace rato así que ella ya no estaba en mi mente. Cuando buscábamos un lugar para estacionar en la larga calle llena de coches, me di cuenta de que lo que quería saber de él esta noche ya lo había descubierto, así que venir a la fiesta era un malgasto de tiempo. Pero ya estábamos aquí, así que era mi oportunidad de sacarle información. Su semblante misterioso me intrigaba.

Al estacionar, veo que él empezó a mirar para todos lados como un loco. ¿Qué le pasa? Cuando se dio cuenta que lo estaba mirando raro, me dijo: -No sabía que la fiesta iba a ser aquí, ¡mierda!- su cara adoptó un color carmesí intenso.

-¿Hay algún problema?

-Sí, si lo hay. Varios.

-¿Que sucede?- dije. Al cabo de unos segundos, que parecieron eternos, me contestó.

-No creo que me entiendas, pero esta casa esta llena de monstruos, y de humanos- agregó.

Siempre sabe como dejarme sin palabras. O sin aliento.

Afraid.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora