6.NUEVAS INFLUENCIAS

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Al conocer gente como Bruno, Carlos y Cristian, fue lo mejor que me paso. Porque esos muchachos me enseñaron que la vida no es llorar si no luchar. Esos meses de mi vida con ellos, fueron raros porque mi padre no me hacía caso. Y mi madre no podía impedirme nada, eran gente que fumaba y que se drogaba me intentaron engancharme a la droga pero no podían solo al tabaco. Al pasar los meses nos dijo mi padre a mí y a mi madre: -No hay dinero, solo pagare los gastos de casa y la comida.- Yo sorprendido le dije: -¿Por qué hay poco dinero?- Mi padre como siempre no me daba explicaciones. Al pasar los días justo se me rompieron las deportivas para salir a la calle. Le pregunte a mi padre si me podía comprar unas deportivas nuevas, pero él se negó. A la noche veía como mi padre se iba en silencio decidí seguirlo, hasta que llegamos a un prostíbulo y entro allí. Desde ese día no le volví hablar, ni él a mí, me di cuenta que necesitaba dinero. Le pedí consejo a Bruno y me dijo que me escara a pedir dinero por la noche a la gente con ellos, y entonces decidí irme con ellos y ganar dinero. Al pasar la noche había gente que si nos daba dinero y otra que nos decía: -Bastardos de mierda.-  Yo después de conseguir el dinero, me quede en casa de Cristian a dormir si permiso, al amanecer me fui a comprar zapatillas, y entre en casa con miedo de que me pegara mi padre. Pero el no se dio cuenta parecía que no existía para él. Al pasar los meses comprendí que mi padre era mas malo con nosotros empezó a pegar a mi madre y yo me veía incapaz de hacer nada. Hasta que un día me mando a comprar el pan, mientras el pegaba a mi madre. Pero yo fui a por el pan y a por un palo de hierro, para darle en la cabeza y ayudar a mi madre. Mi padre enfadado intento darme pero yo me defendí en vano, me pego tan fuerte que en el colegio se veían las heridas mucho que llamaron a la policía para que investigara.  Y al pasar los meses  con un hombre asqueroso como mi padre, vino mi hermano Eduardo a recogernos y vender la casa para volver a España con ellos, y mi padre antes me dijo de irme: -Hijo perdón, algún día nos volveremos haber.- No se porque en el avión de regreso a España me quede rallado pensando, ¿seré como mi padre de mayor o no?

RECUERDOS COMPRIMIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora