Prólogo

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No hay cosa más linda -Nótese el sarcasmo- que tener un hermano menor que para levantarte te golpeé.

Sí, así inicia mi día.

-Nane, levantate ya es hora y papá nos espera -dice mi hermano empujando mi hombro, mientras yo le digo que me deje en paz, pero él sigue insistiendo, así que para evitar un grito de parte de mi padre, me arrastró por la cama y camino hacía la habitación de mis padres, con los brazos extendidos, para no caer porque es complicado caminar con los ojos cerrados.
-Nane, abre los ojos- dice mi madre al verme entrar a la habitación, Supongo.
-¿Para qué los abro? Es sábado y son las cinco de la mañana, ¿qué ganó yo con...
Y claro me tropiezo con aquella piedra que mi padre me dijo que recogiera anoche.

-Para evitar tropezar con la piedra- dice mi madre y escuchó la carcajada de mi única y maravillosa familia -Nane, sarcandeando- compuesta por mi padre, un señor con varios añitos, algo gruñón, celoso, pero vamos por menos siempre está dispuesto a escuchar a sus hijos, mi madre una loca, mandona, algo sobre protectora, pero en conclusión al igual que mi padre son los mejores padres, incluso con sus fallas y defectos son la razón de mi vida y ese motor, mi hermano un niño extremadamente cansón, totalmente insoportable, fastidioso y puedo continuar, pero vamos sin esa pesadilla mi vida sería totalmente aburrida y ahí estoy yo hija de dos psicólogos, hermana de un futuro artista, pero ¿Quién soy yo? Sólo soy una chica de trece años que no sabe que hará con su vida al terminar la escuela, que no tiene nada que la haga especial, sólo es una chica más, no resalta ante los demás - bueno sí- a decir verdad si resaltó, con miles de confusiones, secretos, que prefiere omitir, una chica que hace un tiempo entró a un nuevo colegio, que tiene unas amigas maravillosas que extraña mucho, con las cuales no habla muy seguido, en fin soy tan particular, pero lo extraño es que amo que mi vida sea así, bueno no siempre.

-Nane, levantate ¿acaso amas al piso?- dice mi hermano haciéndome volver al lugar, había olvidado el hecho de que estaba en el piso, así que me levanté y me acerqué a mi hermano.
-No, pero a ti sí- dije y comencé a llenarle la cara de besos, haciendo que él se retorciera y se limpiará, mientras gritaba que lo dejara en paz, me aleje lo suficiente para que me vieran.

- No quiero ir- dije haciendo un puchero, sabía que me veía ridícula, pero ¿qué le hacemos? Todos comenzaron a reír, provocando la ira y un bufido de mi parte, así que me alejé y me fue a bañar.

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-¿Te sientes bien?- preguntó mi madre, así que levante la cabeza para contestar y encontré a mi madre hablando con la piedra con la que había tropezado, entonces rodé los ojos y nuevamente rieron, si esto sigue así no responderé porque algo que me caracteriza es que no soy muy paciente, sino que lo digan aquellos cercanos.

-Nane, es tu culpa yo te dije anoche que quitarás esa piedra.- dice mi padre, creeme sé que es mi culpa que me hubiera caído, pero por favor callense.
-Sí padre, ya lo sé -conteste de mala gana, rodando los ojos mientras desayunaba.

-Nane, deja tu grosería, así no te eduqué- dice mi madre, reprendiéndome, pero vamos a ¿quién le agrada el hecho de que se burlen de ti? Así que doy un gran suspiro e intento salir de allí.
-Madre, Sabes que no me agrada que se andén burlando de Mí y que reparten el chisme de que me caí en todo el barrio- digo enojada.

-¿A quién crees que le hablas así? te recuerdo que soy tu madre y merezco respeto.
-¿Cómo quieres respeto, si ni siquiera eres capaz de mantener algo en secreto?
-Ah con que así son las cosas, pues ahora vas a ir a esa fiesta quieras o no.
Y seguido de un Ush, de mi parte me levanté de la mesa y salí de casa.
Después de esa corta discusión con mi señora madre, lo único que quería era dormir, en realidad eso era lo que quería siempre, el psicólogo decía que era porque estaba viviendo un duelo, que duelo, ni porque hubiera salido corriendo -Literal- de mi pueblo por una tonta calumnia en contra de mi padre.
¡Oh verdad que fue así!

-Hola Nane- dice mi odioso e irritante vecino, que me miraba con aquella sonrisa tan odiosa como él, lo peor del caso es que no era tan guapo que digamos.
-Smith para usted- dije con los brazos cruzados.
-Ok, me contaron que andas chocando con piedras.
¡Se la ganó! Y como una loca histérica, caminé rápido hacía él, con la única intención de "Descalabrarle los cachetes" pero todo esto fue interrumpido por causa de mi padre quien me llamaba, muy enojado, así que toda esa ira la expulsé, dando pisoteadas en el suelo, mientras me acercaba al señor que me crió.

-¿Acaso te enseñé a golpear a tus vecinos?- dice con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
-No, pero yo no voy a dejar que ese sujeto, venga a molestarme, ahora ¿desde cuándo tu defiendes a mis vecinos? Siempre dices que...
-No los estoy defendiendo, te estoy educando y es muy diferente- dice interrumpiendo.
-Pero...
-Nada, Ve y le pides disculpas a tu vecino y hablas con tu madre.
-¿Y si no Hago ninguna de las cosas pedidas?
-Lavas la ropa, las ollas, barres, trapeas, vas al cumpleaños, no te doy el dinero para comprar el extraño libro que quieres, te quedan prohibidas las salidas a patinar, y a la biblioteca ¿continúo?- dice y el poco orgullo que me quedaba se va al suelo.
-Ok padre, hablaré con mi vecino y arreglaré las cosas con mi madre, pero no respondó por como salgan las cosas.
Dicho esto salí de casa y en un pequeño intento de pedir disculpas, terminé lavando la ropa, pero vamos no haré el resto de cosas, así que hablaré con mi madre, a lo cual si le tengo miedo, subo las escaleras y entró al cuarto donde mi madre, esta ordenando la habitación, Mi madre una morena, de ojos cafés, usualmente lleva una sonrisa, pero hoy no, gracias a esta Hermosura, ¡Que orgullo!- Nótese el uso exagerado de sarcasmo-

-¿Que haces aquí?- dice mi madre, sin siquiera mirarme, dudo unos segundos lo que voy a decir.
-Papá me mando- digo con la voz algo nerviosa.
-Si estas aquí porque él te mando mejor vete- dice fría y cortante, mientras sigue guardando ropa.

¡Oh ya sé a quien le herede el mal genio!

-Tienes razón, ni siquiera quiero estar acá.-Digo igual de cortante a ella y salgo de la habitación, mientras ella da gritos, todo gracias a mi actitud, al no tolerar el hecho de que sea así conmigo, pienso en si debo ir y disculparme, no estoy segura de nada últimamente, así que decido entrar a mi habitación y con lo que escuchó me desmoronó.
-Entonces mejor me muero, con eso eres feliz- dice mi madre y escuchó como comienza a llorar, me gustaría acercarme, decirle que la necesito, pero mi orgullo no me deja, me encierro en mi cuarto y las lágrimas me inundan, mi vida parece estar de cabeza, cada vez la situación es peor, más discusiones con mi madre, cada vez más hirientes y no cesa, todo el dolor que ahora siente ella es por mi causa, creó que todó sería mejor si no estuviera, si mis padres no me hubieran tenido, serían felices, no tendrían tantas preocupaciones, pero como no es así, como existo suceden cosas como estas, ojalá el orgullo no me dominará, ojalá tuviera el valor para decir que lo siento, pero no es así, no tengo ese valor, en realidad no tengo el valor para nada. No soy más que una orgullosa cobarde, que arruina la vida de su familia.

•••
Sé que las cosas pueden cambiar de un momento a otro, lo sé porque lo he vivido, pero eso no importa ahora, a lo que quiero llegar es que si la vida, cambiar en un momento, ¿por qué no puede cambiar en cien días?, no es fácil escribir lo que sientes, sabiendo que otras personas, quizás personas que no conoces leerán esto, cosas que hasta hoy son privadas, ya que muchas de mi vida serán conocidas aquí, lógicamente no todo, porque hay cosas que prefiero reservar para mí.
Quizás a algunos les parezca ridículo, absurdo, pero la verdad lo voy a hacer porque quiero, y digan lo que digan, piensen lo que piensen si Dios lo permite esto continuará.

Desde mi clase de biología, donde la profesora habla de cáncer de próstata y le dice a los hombres que no vayan a dejar muchachas embarazadas, los dejó que tengan un lindo resto de día.

Smith Barragán📖

Hundred Days Of My LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora