1:"Retraso extremo."

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Observé como las gotas caían y caían, una tras otra, parecía que no terminaría nunca. Escuché el sonido de mi despertador al otro lado de la habitación, ya eran las 5:30 AM, y si quería no llegar tarde a la escuela, tendría que apurarme. Me quedé otros 10 minutos observando como las gotas de la lluvia caían, parecía que estaba apunto de terminar, pero aun así no quería despegarme de la ventana. Observé el cielo gris oscuro que se expandía ante mi, era hermoso y casi imposible que luciera así, parecía tan irreal.
Escuché unos cuantos golpeteos que venían del cuarto de a lado, estaba segura de que sería Trevor, mi hermano menor, seguramente el también estaba alistándose para la escuela. Me levanté del pequeño sillón que estaba junto a mi ventana y me acerqué a mi closet para sacar el uniforme que se suponía tenía que llevar puesto, me gustaba el uniforme, ni muy provocativo ni muy acatado, una falda dos dedos arriba de la rodilla, cuadriculada con verde y azul, junto con unas zapatillas de tacón bajo y calcetas blancas hasta medio muslo, junto con una blusa tipo polo y un pequeño listón que se suponía tenía que ponerme en mi cabello, tomé mi bata y unas sandalias y salí de mi habitación.
Me dirigí al cuarto de Eric, mi hermano mayor. Toqué a la puerta unas cuantas veces, pero el no respondía -se a quedado dormido- pensé. Abrí la puerta y entré, sentí el olor a cigarro y a podrido, observé la habitación de mi hermano por un momento, a ver, empecemos:

-Dos cajas de pizza debajo de la cama.
-Latas de cerveza por doquier.
-Ropa sucia esparcida en el suelo.
-Suelo todo pegajoso por la cerveza.

Sip, el cuarto de mi hermano era un chiquero, me acerqué a la cama para ver si aún seguía vivo, miré su rostro, no sabía porque, pero aunque mis hermanos fueran unos idiotas, eran atractivos.
Eric era de complexión alta y delagada, pero no delgado hasta los huesos, delgado de que iba al GYM y se cuidaba como si su vida dependiera de ello, además de que tenía un muy brilloso y lindo cabello rizado color oscuro, casi negro, y una sonrisa por la que a cualquier chica se le caerían las bragas. -¿Qué ocurría en la mente de esas tipas?- Si era guapo y todo, pero cerebro mata carita, y mi hermano no le da mucho uso al suyo. Tomé una lata de Red Bull semi-llena que tenía en su buro, probablemente me golpearía por esto, pero yo no tenía tiempo.

-Despierta dormilón-le dije con la voz tierna más falsa que pude hacer, después de eso, le esparcí la cerveza en toda la cara. Me alejé unos dos metros de la cama antes de hacer otra cosa.
-¡AAAAAAAAAAAAAAH!- escuché el grito de mi hermano, y de un salto, ya estaba listo de pie junto a la cama, preparado para golpear cualquier cosa. Sus ojos comenzaron a analizar la habitación con muchos detenimiento, hasta que se posaron en mí, vi como comenzaba a ponerse rojo, pero no de la vergüenza, sino de la furia. Pensé en salir corriendo, pero no podía ponerme a jugar justo ahora, así que solo me mantuve tranquila.

-Son las 5:45, si no te mueves, te dejo.

Y me dirigí a la puerta antes de que pudiera decir pio, no fue necesario que yo cerrara la puerta, ya que cuando puse mis dos pies afuera, sentí el portazo detrás de mi.
Me dirigí al cuarto de Trevor, mi otro hermano, toqué antes de escuchar un -Pase-. Observé el cuarto de mi hermano y a mi hermano, Trevor también era bastante delgado, aunque él no iba al GYM ni se cuidaba mucho, lucía bien para ser una persona tan joven. Él y Eric eran idénticos, excepto en el cabello, el de Eric era rizado y el de él era lacio, en todo lo demás eran iguales. Aunque también se podía notar la gran diferencia entre uno y otro, Eric era un bueno para nada que amaba vivir entre la mierda, Trevor no, Trevor era más organizado que Erick en muchos aspectos, pero eso no significaba que fuera un hijo ejemplar.

Habían corrido a Trevor de 3 escuelas por indisciplina, la primera porque lo cacharon tomando cerveza en el baño de chicas y con compañía, la segunda porque le dejo un lindo recuerdo al auto de uno de sus maestros, y el tercero por pelear con un compañero. La única razón por la que no lo habían corrido antes, era porque era extremadamente inteligente, además de que era un muy buen jugador de soccer.
Amaba a mis hermanos, pero eran unas bestias.

-Oye, me iré en 30 minutos, si no estas listo para cuando baje, te dejaré, vale?
-¿Dónde esta ese "Buenos días hermano, como amaneciste? Tuviste frío en la noche"?-dijo con tono burlón. No pude evitar sonreír, los chistes de Trevor y sus comentarios sarcásticos siempre podían o hacerme enojar o matarme de la risa.
-Ya ya, lo capto, solo no tardes mucho.- y le di una última mirada a su habitación ultramegasuper desinfectada antes de salir.

Me dirigí al cuarto de baño que se encontraba al final del pasillo, hice mis necesidades y le puse seguro a la puerta, odiaba que entraran mientras me duchaba, abrí la llave caliente y la fría, y espere a que consiguiera tener una temperatura agradable, me quité mi pijama de zorritos anaranjados y entré a la regadera. Dejé que el agua se llevara mi mal humor y mis preocupaciones, todo saldría bien, era imposible arruinarlo, además de que no podía arruinarlo. Nadie nos conocía, nadie sabía quienes eramos, nadie conocía a mi familia, era imposible que los chismes llegaran hasta aquí.

I Love You, But Not In That Way.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora