Corrí rápidamente a su salón y lo encontré vacío, su clase acabó hace 30 minutos y estoy casi seguro de que está almorzando así que tengo la esperanza de encontrarla por los pasillos
Caminaba desesperadamente mirando a todos lados, me mantuve más de 4 minutos observando desde la azotea a todos y no podía encontrarla.
En el trayecto un par de chicas se acercaron a mi un poco nerviosas, pensé en preguntarles por Hanna pero seguramente ellas no la conocían.
- Lian... - Habló una mientras me agarraba el brazo. -¿Podemos hablar? -
Me sonrió algo tímida
- Lo siento, ahora mismo estoy buscando a alguien. - Respondí caminando un poco.
- Solo sera un minuto, pues veras... mi mejor amiga quiere platicar contigo. - Me detuvo parándose frente a mi.
No quería ser grosero con ellas y la verdad no podía ignorarlas y salir corriendo así que era más fácil acabar rápido con esto.
- ¿Solo sera un minuto? - Ella asintió. - Bien. - Suspiré
- ¡Espectacular! - Se emocionó.
- Ven, vamos al patio trasero. - Habló la segunda chica.
Me sujetó de la mano y casi corriendo llegamos a el jardín trasero de la universidad donde su amiga estaba sentada, ella se fue y nos dejó solos
- ¡H-Hola! - Casi gritó la chica rubia.
- Hola - Le saludé con la mano. - Tu amiga dijo que querías hablar conmigo. ¿Sobre que? -
Su cara comenzó a ponerse roja y de inmediato deduje que era una confesión, iba a decirme que siente algo por mi.
La chica era muy mona la verdad, pero no podía darle falsas esperanzas.
Desde hace mucho solo tengo ojos para Hanna, por esa razón nunca quise salir con otra chica.
- Mira... - se tensó rápidamente. - Eres muy guapa, enserio, pero lamentablemente estoy interesado en una chica, lo siento mucho. -
La chica guardó silencio y luego de unos minutos suspiró y se fue sin despedirse.
Caminé nuevamente por los pasillos dónde vi a Hanna pasar por mi delante. Otra vez.
- ¡Hanna! - Me paré frente a ella. - Lo lamento me quedé dormido. - Me acerque a ella.
- No es como si te necesitará para respirar. - Respondió borde, estaba enojada.
- Dicho eso, quieres decir que no importa ¿Verdad? -
- Lo que sea -
Metí mis manos en mis bolsillos delanteros y caminé a su lado sin problemas.
- Lo de ahora... - Señaló el jardín. - ¿Fue una confesión? -preguntó interesada.
- Creo que si, pero no la conozco. -
- Ya veo. -
Luego de esa charla, Hanna fue a clases y yo igual.
La tarde transcurrió normalmente, no pasó nada interesante el resto del día.Ya en la salida me encontré con silvernis, me despedí con un beso como siempre y le dije que esperaría a Hanna, la cual vi que se acercaba tranquilamente.
Cuando silvernis se alejó, me acerqué a Hanna que tenía puesto los audífonos y me respondía desinteresadamente cuando estaba de mal humor.
- ¿Que tal tus clases hoy? - Pregunté
- Hace un momento te vi besar en la mejilla a una chica con lentes. - Dijo.
- Su nombre es silvernis. -
- Bonito nombre... - agregó.
-Es mi mejor amiga y mi vecina. - Expliqué.
- Creó que le gustas. -
- Para nada, somos como hermanos. -
Ella bufó tranquilamente y siguió caminando a la salida.
Llegando al momento más duro del día: La despedida.
- Bueno, hasta mañana Hanna. - Me paré mientras acomodaba mi mochila.
- Seguro... Hasta mañana. - Respondió mientras se quedaba parada, supongo que esperaba que la acompañe a casa así que opté por preguntarle
- ¿Puedo acompañarte a tu casa? -
-No. -
- Por favor. - Insistí acercándome.
Puse la cara más triste que podía poner o eso estaba tratando de hacer para que aceptara.
- Bien. Haz lo que quieras. - Respondió.
Asentí con la cabeza y comencé a caminar cuando alguien me sujeto del hombro, me voltee y era silvernis
- ¿Sucede Algo? - Pregunté confundido
- ¿Podrías... Acompañarme a casa? - habló bajo, casi no pude escuchar.
Tardé un minuto en descifrar sus palabras y de inmediato hablé.
- ¡Claro! - sonreí.
Me voltee a Hanna rápidamente
- Lo siento Hanna, te veo mañana. -
- Bien... - se volteó.
Vi como se alejaba y empecé a caminar a lado de silvernis
Si silvernis me pedía un favor era algo que realmente necesitaba, nunca lo hacía pero cuando podía dejaba lo que estaba haciendo por ayudarla ya que ha estado siempre cuando la necesito.
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SOLO ABRAZOS
RomanceSiempre me dijeron el amor era precioso, como el oro y como el agua cristalina. Nunca me dijeron que era contagioso. Un chico con popularidad inquebrantable se enamora de una chica con mal carácter y enferma en muchos aspectos, ellos tendrán muchas...