Dani se sentía confuso. Aquella mañana parecía como cualquier otra cuando entró en clase somnoliento y se sentó en su mesa llena de dibujos aleatorios que hacía cuando intentaba atender y su cerebro se negaba a procesar la aburrida información. Pero de pronto le hicieron llamar al despacho del director. Comenzó a repasar sus últimos actos en clase, pero no recordó nada digno de mención que pudiera haberle traído problemas. Así pues se sorprendió más todavía cuando le dijeron que tenía que hablar con la psicóloga del colegio, aquella mujer de rostro perpetuamente sonriente que nunca le había inspirado confianza alguna. Ahora piensan que estas loco, chavalote. Le dijo la voz de sus pensamientos que frecuentemente sentía ajena a sí mismo. Dani había tendido siempre a relacionar la palabra psicología a los locos y, basándose en lo que todos saben gracias a la televisión, respondió para sí: Pero yo no dibujo cosas inquietantes, no me quedo mirando a la gente con expresión ausente. Ni siquiera mato gatitos jaja... Sonrió al recordar que, en efecto, sabía de chicos que sí lo hacían "Lo que pasa en el pueblo, se queda en el pueblo" decían. Esos si que estaban locos.
*
-Daniel, cariño ¿Tienes idea de porqué estás aquí?- preguntó la psicóloga en un tono dulce.
-Ni la más remota idea... señora.- respondió Dani reprimiendo las ganas de devolverle la desfachatez de llamarle "cariño"
-¿No se te ocurre nada?
-¿Que pensais que soy un psicópata, asesino y un peligro para la integridad de la escuela?- Dijo después de decidir que no iba a tomarse en serio aquel sinsentido.
-Por supuesto que no, Dani.- aclaró aquella mujer en un tono amable esta vez tan forzado que Dani pensó que se le iba a saltar un empaste.- Mira, tus profesores han notado que últimamente estás más distraído y que no muestras interés por las asignaturas. ¿Eres consciente de ello?
-Si.
-¿Y a qué crees que es debido?
-Supongo que a que, en verdad, no me interesan en absoluto.
-Pero ¿Por qué este cambio tan repentino?
-¿La adolescencia?
La mujer consiguió forzar una sonrisa que a Dani se le antojó grotesca.
-¿Tienes problemas con tus compañeros?
-No.
-¿Y en casa? ¿Va todo bien?
Uy... caliente caliente. ¿Que vas a decir Danielillo? ¿Va todo bien en casita?
-Si, va todo bien.
jajajajaja... mentiroso, cobarde.
¡Cállate!
cariño, no te enfades, yo solo digo la verdad...
-¿Estás seguro?
-Segurísimo ¿Puedo irme ya? llego tarde al comedor.
-Esta bien.
-Gracias, adiós.
-¡Pero si sigues así nos volveremos a ver y no te dejaré escapar tan fácilmente!- se apresuró a advertir la infeliz psicóloga.
*
Después del entrenamiento de fútbol Dani llegó a casa y, como de costumbre, se aseguró de que el coche de su padrastro no estuviera en la calle. Tras dar un breve suspiro de alivio cruzó el umbral de la puerta para ser recibido, como de costumbre, por su hermano pequeño, Javi.
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El Infierno es Tu Mente
Short StoryHistoria en tres partes más un epílogo, que narra tres días de la vida de Daniel, un muchacho al que le obsesiona pagar por un "pecado" que cometió tres años atrás y que vive en una espiral de miedo, odio e irrealidad.