Tic-tack Tic-tack
Las clases de Lord Richard parecían interminables, solamente quería que estás llegarán a su fin para ver la sorpresa que me tenía mi madre.
La Vizcondesa solía ser muy fría, distante y rigida pero daba las mejores sorpresas que alguien se pudiese imaginar. Ella es el tipo de persona que podría operar a un sujeto a sangre fría sin inmutarse ni un momento.
Recuerdo que en mi décimo cumpleaños una de nuestras yeguas dio a luz a un hermoso potrillo negro, por casualidades de la vida me tocó estar ahí en el parto, me enamoréde ese caballo en cuanto lo vi, no sé como ella lo supo pero me lo regalo, lo llamé Hades, y desde ese momento él y yo fuimos inseparables. Gracias a Hades no me he sentido tan sola en los días que necesitaba un amigo. No se que haría sin él.
Si la Vizcondesa me diera algún presente me gustaría que fuese un perrito, me sentía algo sola en la casa y Hades ahí no era bienvenido. Me quedé divagando un poco sobre los regalos que podría darme.
Me reí ante mis pensamientos y Lord Richard me miro con desaprobación mientras cerraba su libro.
Me sumergí demasiado en mis pensamientos y había olvidado que aún estaba en clases.-Y con esto concluyen sus lecciones del día de hoy señorita Alice -me miró aún con el ceño fruncido.
-Muchas gracias Lord Richard -hice un movimiento de cabeza para dar énfasis a mi agradecimiento.
-Voy a informarle a su madre de su avance y me retiro.
Ajá de "mi avance".
***
-Señorita, la Vizcondesa de Preston la requiere - me avisó una de las mucamas personales de mi madre.
-Si, enseguida voy - me levanté y me puse en marcha.
Que raro, usualmente ellos "platican" por horas. Ya era sabido por toda la servidumbre que la Vizcondesa mantenía una relación furtiva con Lord Richard. Pero realmente eso no era de mi incumbencia.
Ya casi en la estancia vi algo que me dejó extasiada, mi madre estaba de un lado para otro, desaliñada y pálida, nada que ver con la que yo conocía. Un sentimiento raro se instaló en mi estómago y sentí un sabor amargo en mi boca
-Madre ¿me solicitaba? -hablé cuando ya estaba cerca de ella pero con un tono muy bajo para no alterarla más de lo que ya estaba.
-Si Alice, te voy a informar tus planes a futuro, pero no me cuestiones- dijo intentando retener la poca compostura que aún le quedaba.
-Como usted ordene madre -mi madre me miró, tomó una bocanada de aire pareciendo aburrida, se sentó y me ordenó a imitarla.
-Alice, vas a pasar esta temporada con la Condesa de Williams, así que empaca tus cosas por que partes mañana temprano.
-Pero madre...
Con una seña de superioridad me calló en unos instantes sin siquiera haber dicho tres palabras.
-¡No estoy para tus preguntas impertinentes en este momento!-muy irritada mi madre se froto la cien, eso era una mala señal, trague saliva, me fulmino con la mirada y sin más palabras me retiré a mi alcoba mientras escuchaba a mi madre gritar histérica por un té.
Debería alegrarme, por fin saldría de estás cuatro paredes al mundo exterior, pero lo nuevo me aterraba, ¿y si no estaba lista para dar ese gran paso? Nada me aseguraba que yo fuera a ser grata para las demás personas, tal vez por algo mi madre no me dejaba conocer gente nueva.
Pero si yo me iba ¿qué iba a ser de Hades? Yo no pensaba dejarlo aquí, ni soñarlo, no me importaba llevarme la reprimenda de mi vida con tal de no dejar aquí a mi más fiel confidente.Baje de prisa por las escaleras, mi corazón latía demasiado rápido por el miedo que me causaba retar a mi madre, lo más seguro es que no me pusiera tan fácil llevarme a Hades.
Conforme bajaba las escaleras comencé a escuchar la voz de mi madre.-No, si no es molestia para mi querida cuñada- la tensión se podía escuchar a kilómetros- ¿A quién en su sano juicio le va molestar que la amenacen para sacar a su hija de su hogar?
¿De qué está hablando?
-No creo que sea correcto hacer acusaciones sin pruebas querida- podría imaginar la sonrisa fingida de mi madre pintada en su rostro- Si, si, un placer conversar contigo -se escuchaba su voz llena de sarcasmo.
Me daba un poco de miedo salir mientras mi mamá estaba así, pero si no lo hacía ahora nunca lo haría.
Con todo el valor que tenía en ese momento salí de mi escondite detrás de la pared y camine hacía mi madre.-Madre - dije con una voz firme pero en realidad me estaba muriendo del miedo.
-Alice...¿Cuánto llevas ahí? - movió los ojos nerviosa.
-Acabo de bajar
-Está bien ¿Qué quieres? - no importa la situación el tono hostil de mi madre siempre estaba ahí presente.
-Recuerdas lo que acabamos de hablar, eso de irme con la Condesa...
-Creí haberte dicho que no quería que me cuestionarás acerca de ese tema Alice- su tono amenazante me puso la piel de gallina.
-N-no es nada de e-eso madre -maldición ya estaba tartamudeando como una idiota - Es sobre Hades, me preguntaba si me podría permitir llevarlo conmigo.
Me miró como si fuera la más tontas de las preguntas, por un momento temí que dijera que no, de ser así ¿qué podría hacer? ¿Rebelarme?
-Has lo que quieras, pero desaparece de mi vista - me quede en shock, nunca me había dicho algo así. - ¡AHORA!
Corrí como un gatito asustado a donde Hades y me large a llorar mientras lo cepillaba para que mañana luciera presentable frente a la Condesa.
Mi compañero fiel a lo mejor sintió mi tristeza y con su cabeza intentó animarme pero no surgía efecto en mi.
A pesar de ser hostil conmigo mi madre nunca me había hablado de esa forma jamás, aunque no pareciera yo si la quería, como no si es mi madre, y albergaba aún la esperanza de que cambiaría esa actitud tan fría hacia mi.
Ese pensamiento sólo me hizo llorar más, pero de pronto Hades comenzó a hacer un baile que le enseñe cuando era niña, siempre le sale fatal.-¿Qué estás haciendo? - dije mientras me reía a carcajadas, pero eso sólo hizo que su baile se intensificará y fuera más tonto aún - Ya entendí que no quieres que lloré, está bien - me sequé las lágrimas, lo acaricie y al final abracé su cabeza - te quiero mucho Hades.
***
Ya había guardado la mayor parte de mis cosas, ya estaba harta de sólo guardar prendas.
Mi madre se estaba comportando muy rara, a ella le encanta ver los viajes con meses de anticipación, es demasiado perfeccionista, creo que esa palabra le queda corta, todo acerca de ella lo demostraba, su casa, su cuarto, su ropa, hasta su cara, no le ves ni una sola arruga a pesar de su edad. Sin mencionar que ayer había sido más hostil que nunca conmigo, eso aún me dolía.-¿Alice ya tienes tus maletas?
Como siempre, mi madre entró sin tocar, ella decía que como era su casa podía entrar a cualquier habitaciónde esta.
-Si madre - mi tono era más cortante de lo usual, seguía algo resentida con ella por lo de hace rato.
-Termina rápido, sabes que no me gusta que duermas tarde, me molesta la luz.
-Por supuesto madre.
Cuando se fue noté que había algo en el suelo, tal vez se le había caído a mi madre, revisé si no estaba por regresar y tome lo que parecía una carta y la abrí, casi toda estaba en blanco, excepto un extremo de ella;
Buen día Vizcondesa
El secreto sobre tú "hijita" muy pronto saldrá a la luz.
Una amiga.¿Qué es esto? ¿Una broma de mal gusto?
Esta persona ¿que quiere decir con "el secreto sobre tú hijita"?
Tantas preguntas pasaban por mi mente y ningúna respuesta lógica.
Tampoco podría preguntarle a mi madre, quien sabe cual sería su reacción. Tal vez tiene algo que ver con la llamada que escuché hace unas horas, si mis sospechas son ciertas entonces las respuestas a todas mis preguntas se encontrarían en la casa de la Condesa de Williams.¡Toc-toc!
¡Me descubrieron!
ESTÁS LEYENDO
Un copo en Invierno
RomanceSiglo XVIII La Vizcondesa de Preston por motivos desconocidos manda a su única hija Alice, una temporada a la mansión de los Williams encontrándose así a un Conde encantadoramente narcisista y exasperante que pondrá su pequeño mundo de cabeza. *** ...