La Chica De Ojos Azules. |Naruto|

Capítulo 2

- Que lindos se ven. - Se logró oír por todo el autobús el grito del rubio.

La joven comenzó a despertar encontrándose entre los brazos del que iba su lado. Al parecer este la estaba abrazando aunque para ser sinceros hacia frío a esas horas de la madrugada donde recién salía el sol. El castaño estaba levemente sonrojado por el comentario del rubio pero de todas formas lo miró mal.

- Pe-perdón, no quería incomodarte. - La chica se movió con cuidado bajando la mirada con un leve sonrojo.

- No... no te preocupes.

- Debí grabar eso, pero bueno, saque muchas fotos para mostrarse las a todos.

- ¡Naruto!

- Neji y Ayame hacen linda pareja, no crees Shikamaru.

- Que dices, Naruto. - Sus palabras fueron un alivio para el castaño pero este siguió -. De la manera en la que estaban abrazados me dice que de aquí va a salir una pareja.

- Los voy a golpear a los dos.

- Pero Neji yo te amo-ttebayo.

- Entiende Naruto. No te va a corresponder, no ves que esta enamorado de Ayame.

- No estoy enamorado de Ayame.

- Entonces me amas a mi.

- No, no te amo.

La chica rió tímidamente por la escena que tenían ellos en el lugar. Esos chicos le hicieron, de verdad jamás había visto a personas que actuarán así.

- ¡Ayame! ¿Tu me amas, verdad?

- Naruto a ti nadie te ama.

- Neji celos modo on.

- No estoy celoso.

- Ayame, sólo ignoralo. Ahora dime, ¿me amas?

- Por supuesto que te amo, Naruto. - La chica le quizo seguir el juego para ver que pasaba.

- Ven, ella me ama. - Se levantó para empujar a Neji de su puesto y él sentarse ahí. - Alejate. Ella sólo me ama a mi.

- Naruto, mueve tu trasero. Ese es mi puesto.

- Estamos por llegar así que no reclames.

Neji sólo se resignó sentándose donde había estado el rubio que en esos momentos estaba a su lado. La chica se dispuso a ver el paisaje viendo como amanecía.

Su mente divagaba en que decisiones iba a tomar de ahora en adelante. No conocía ningún familiar para poder vivir con ellos y encontrar un lugar donde subsistir sería muy difícil. Cerro los ojos dando un suspiro sintiendo como el autobús se detenía.

El que iba a su lado y ella se levantaron para bajar. Tomó sus cosas que sólo consistía en su mochila y sacó un cepillo para arreglar su cabello. Comenzó a caminar dispuesta a irse pero fue detenida porque la tomaron de su brazo.

- Ayame te vas y no te despides.

- Oh, perdón. Me olvide. - Se dio inclinándose al trio de amigos-. Adiós, chicos. Fue un gusto conocerlos.

- Tranquila y bueno esperó que podamos volver a verte.

- Igualmente, Naruto. Que lleguen bien a su hogar.

- Bien, si necesitas algo estamos aquí.

- Naruto no se suponía que tus padres nos iban a venir a buscar y no los veo.

- ¿Qué? Pero Shikamaru, yo tenía entendido que Hinata nos iba a venir a buscar.

- Hinata no esta aquí, ve y llama a tus padres idiota.

- ¿Qué? ¿Quieres que me maten?

- Llamalos ahora.

- Bien, bien. ¿Tienes cambio?

- Eres un estupido. - Lo comenzó arrastrar hasta un local para hacer sencillo mientras dejaba a la chica ahí con el castaño.

- Ayame, por lo que ocurrió tu puedes confiar en mi.

- Tranquilo, ya te dije estoy bien.

- ¿Quieres que te acompañe a tu casa?

- Preferiría que no, debe de estar muy desordenado pero nos podemos juntar donde quieras.

- Bien, pero dame tu número para así llamarte.

- Claro. - El chico anotó el número de celular de la joven en su celular para luego dedicarle una leve sonrisa.

- Te llamaré luego. - Se dedicaron la última sonrisa-. Ayame, nos vemos.

- Lo mismo digo, Neji.

La chica comenzó a caminar con el bolso en su hombro, sin antes sacar su su gorro junto el abrigo porque el clima al parecer no la acompañaba. Camino viendo como cada persona iba a sus trabajo con apuro o como pasaban a recoger a cada persona.

Se dirigió a una cafetería para desayunar. Compró un café y un --. Se sentó pensando en que iba hacer, no tenía muchas opsiones y una de ellas es encontrar donde dormí.

Quizás Neji me pueda invitar a quedarme por unos... Que piensas, idiota. Lo conociste recién y le quieres pedir alojamiento. Apoyo su frente en la mesa tratando de pensar en algo.

No tenía ninguna idea por el momento. Que podía hacer, quizás volver y enfrentarse a el asesino de su madre, mas también podía hacerle algo. ¿Algún familiar? Bueno, ellos se alejaron después de que mi madre comenzó a salir en su padrastro. ¿Alguna amistad? La verdad siempre se preocupó por sus estudio, dejando su vida social de lado. Aunque si tenía unos "amigos" pero ella no habla muchos con ellos.

* * *

La noche ya había caído, la chica no se salto ninguna comida en el día. No tenía donde quedarse por lo que comenzó a caminar. Estuvo toda la tarde en un parque y lo único que hacia era evitar gente y pensar.

Se notaban que eran más de media noche, por el simple hecho de que ya había prostitutas en las esquinas, bares abiertos y lugares de mala muerte. Ella decido salir de ese lugar para ir a un puente.

Comenzó a mirar el paisaje para luego comenzar a ver la profundidad del puente. Era muy alto a decir verdad. ¿Qué tal si me suicidó? De todas formas nadie me extrañaría. Pensaba hasta que levanto la vista al cielo.

Gotas comenzaron a caer empapándola. Las cosas no podían ir peor. Todo le salía mal esos días.

El agua dejó se empaparla, no entendida que pasaba hasta que sintió que la tomaban del mentón obligando besar a un desconocido. Ella abrió los ojos sorprendida tratando de averiguar quien era.

No podía aplicar fuerza después de todo era más fuerte que ella. Estaba con un paraguas para que no los mojarás a ninguno de los dos. Se logró oír una patrulla de policías detrás de ellos mas pasaron de largo pensando que era una simple pareja. El chico se separó mirando por donde se había dio la patrulla para luego mirar a la chica.

- No besas tan mal. - Dijo en un tono burlón sin soltarla por ningún motivo.

- ¿Por qué hiciste eso? - Fue lo único que logro salir de ella a lo que el chico sólo dio una sonrisa.

- Vamos, se que te gusto.

- Puedes soltarme.

El chico la solto sin más, la chica limpio sus labios con la manga mientras tomaba su mochila para seguí su camino sin dirección alguna. Mas el chico sólo quedó ahí parado, se sorprendió ya que normalmente se le tiraban encima para poder hacer más que eso, la tomó de brazo para detenerla a lo que ella se dio vuelta para mirar al que la había detenido.

- ¿Qué haces?

- ...