CONVIENDO JUNTOS

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Una semana, una semana había pasado de tortuosas miradas entre ambos a la hora de comer, de azotazos en las puertas de la mansión de Minho, aún peor, lo que más odiaba el pequeño Choi era ser arrastrado en las interminables compras de la rubia, porque para Minho Kibum era una niña, se vestía rosa como niña, usaba maquillaje de niña, hablaba como niña y compraba como niña, lo que más le molestaba a Minho era que teniendo a todos los empleados a disposición de la pequeña diva, Kibum se encaprichaba en que Minho lo acompañe, y aunque el tenia sus excusas una fulminante mirada de su padre y no podía replicar nada, "que asco ser un niño" era lo que pensaba Minho constantemente.

-apura bobo! Aun no vi esa tienda! – ordenaba Kibum mientras Minho lo seguía molesto y el sequito de empleados cargaban sus bolsas

-no entiendo, porque tengo que venir? – preguntaba molesto Minho

-por que yo lo quiero así – respondía Kibum parando a ver un estante donde se exhibían diferentes joyas

-son hermosas! – susurraba Kibum entrando a la tienda haciendo que Minho suelte un largo suspiro

-me puede mostrar esa pulsera que tiene llaves – pedía Kibum al empleado que atendía la tienda

-niño deja de jugar y regresa con tu mama! – respondía cansado el vendedor

-lo comprare, muéstremelo! – decía Kibum en un tono autoritario

-deja de jugar niño, vete o llamare a seguridad para que te saquen! - indicaba el el vendedor mientras Kibum se preparaba para hacerle un escándalo lo que no espero que el aburrido vendedor literalmente lo arrastra hacia afuera

-idiota!, me lastimaste – se quejaba Kibum fuera de la tienda mientras Minho en días soltaba una carcajada

-que te ríes imbécil! – hablaba molesto Kibum

-ya no quiero nada! Vámonos! – dijo Key haciéndole una seña a uno de los empleados de Minho

En el auto Minho observo como Kibum miraba algo abstraído un collar con una llave, al parecer el desplante en el centro comercial lo había afectado terriblemente y ahora se había puesto a llorar viendo un tonto collar, lejos de la molestia que Minho podía sentir hacia Kibum, odiaba ver a las personas llorar así que se decidió a hablarle.

-oye deja de llorar, enserio pareces más una niña si lo haces – decía Minho

-cállate, déjame en paz! – respondía Kibum

-solo te lo digo por tu bien y por el mío no quiero ser regañado por que piensen que te hice llorar cuando no tengo nada que ver! – alegaba Minho mientras Kibum secaba sus lagrimas con sus mangas y lo miraba intimidante

-no diré nada, estas feliz, ahora déjame en paz! – decía Kibum volviendo su vista a ese collar de llave que era de su madre.

-después no te quejes – susurraba Minho viendo algo "casi nada" preocupado a Kibum

Al llegar a la mansión nuevamente el azote de las puertas alertaba a los padres de ambos niños que habían regresado de su paseo, daban un suspiro de incredulidad y continuaban haciendo sus cuentas.

Ese día Minho escucho sollozar toda la noche a Kibum, por que habían puesto a la Diva en su piso, si el tercer piso era de Minho, estaba su habitación, su habitación de juegos, su habitación de deportes, y el resto de habitaciones no las usaba pero eran de él a su egoísta entendimiento, habían un montón en el segundo piso, por que no pudieron darle una ahí a Kibum?, sin embargo escucharlo llorar había matado todo su buen humor de ver algunos videos que no eran tan aptos para niños de su edad, así que frustrado se acostó pensando en el rostro bonito de Kibum llorando.

Amor InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora