La noche llego, ya habían pasado 3 días desde que regrese, y aun no tenemos un lugar donde estar, pensé en la casa de mis padres, pero pienso que André no estara comodo, además no creo que nos dejen, y luego llego a mí la idea de irnos al departamento, al fin y al cabo también es mío, se que será un problema estar bajo el mismo techo con Justin y André, pero solo serán estos días, planeo regresarme a Francia.
-Jeremy, iremos a mi departamento para descansar un poco- Dije mirándolo con un tono serio.
-Claro, yo los llamo si pasa algo- Nos dijo con un tono tranquilo.
No pude evitar ver el rostro de Justin al escuchar que iríamos a nuestro departamento, me extraño que no dijera nada, tomamos nuestras cosas y salimos del hospital, estaba por decirle a André que llamara a un Taxista cuando escuche que alguien nos llamaba.
-Esperen, no es necesario que llamen a un Taxista, yo los llevo- Dijo corriendo.
-No, gracias, nosotros nos iremos solos, pero muchas gracias- Le dije con un tono serio.
-Vamos, nos ahorraremos un Taxi- Me dijo André con una sonrisa encantadora.
-De acuerdo, solo porque lo dices tú- Mire a André con cariño.
-Síganme- Dijo Justin caminando hasta su camioneta negra.
Los 3 subimos a la camioneta, Justin condujo hasta el departamento, al entrar al él, no pude evitar recordar todo lo que pasamos en este lugar, desde momentos que marcaran mi vida para siempre hasta momentos que quisiera que nunca hubieran pasado, Justin me miraba con ojos de desesperación, como queriendo decirme algo con la mirada, sabía que era, pero no quería hacerle caso a sus miradas, que sacan el lado más incontrolable de mi.
-André, ven conmigo, te enseñare mi habitación para que nos relajemos un poco- Tome su mano y empecé a caminar.
-¿No quieres que le enseñe el cuarto de huéspedes?- Dijo Justin desde la sala.
-No hace falta, se quedara conmigo- Le dije sonriendo con un poco de travesura a la vez.
Mire como Justin apretó los puños, estaba enojado, pero no podría decir nada, estaba atado con miles de sogas a un tronco de madera firme.
Cuando entramos a mi cuarto, cerré con seguro, sabía que Justin entraría de la nada para ver que estábamos haciendo, aunque no lo crea, no planeo tener sexo con el ahí.
-Iré a darme una ducha, si quieres comer algo, no duces en bajar- Le dije tomando mi ropa.
-De acuerdo- Dijo con una sonrisa en su cara.
En cierta forma, me sentía triste por regresar a este departamento y recordar ese día, pero no puedo evitar recordar todo lo que pasamos en su habitación, en la mía, en la sala, en la cocina, en las escaleras, en todos lados, puede que sea una chica reservada y educada, pero una vez que Justin me toma, dejo de ser lo que soy, sus besos y acaricias son de las peores drogas que puedes probar, una vez que los pruebas nunca puedes dejarlas.
