Hotline [2/2]

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No formaba parte de los planes de BaekHyun para ese sábado que sus mejores amigos, JongDae y KyungSoo, se aparecieran en su departamento a las ocho de la mañana con la excusa de querer ayudarlo para que su cita fuera un éxito rotundo.

—No deberías estar tan nervioso, Baek —Fue JongDae quien interrumpió los diálogos de la película que se reproducía en su televisor. — Ya te besó, lo que tendrán hoy no será más que una formalidad antes de someter tu hermoso culo.

—¿Podrías dejar de hablar del trasero de BaekHyun? Algunos queremos ver la película tranquilos. — KyungSoo habló sin apartar la mirada del gran televisor.

JongDae pintó una sonrisa en sus labios.

—¿Debería darte también de esa hot-line? Tal vez puedas tener la misma suerte de BaekHyun y encontrarte a un tipo guapo que te folle tan duro como para olvidar tu nombre.

BaekHyun habría reído sin parar por ese certero golpe que KyungSoo le propinó a JongDae, pero simplemente no dejaba de darle vueltas a las palabras del chico que ahora se retorcía de dolor por la patada en sus bajos.

No mentía, él también había considerado la posibilidad de que ese encuentro no fuera más que un formalismo antes de tener sexo con ChanYeol, y de hecho la idea no le desagradaba porque el tipo parecía un jodido dios aún con esas piernas torcidas y delgadas. El punto era que BaekHyun ya no se imaginaba así, en una relación basada en sexo porque él mejor que nadie conocía a la perfección cómo terminaban, y no planeaba pasar por la misma situación dos veces. ChangMin había marcado mucho su vida como para permitirse sufrir por el mismo motivo.

—¿Debería cancelar la cita?

Lo que parecía una batalla entre los otros dos intrusos se detuvo tan pronto como BaekHyun lanzó la pregunta al aire.

—¿Qué mierda estás diciendo, BaekHyun?

—Piénsalo, Soo. Nos reuniríamos para conocernos por primera vez pero él. . . él me beso en ese ascensor.

—Sí sabes que eso no tiene sentido, ¿no?

El pelinegro frunció el ceño y giró sobre sus talones, ignorando la voz de JongDae tanto como podía. En completo silencio caminó hasta su habitación y cerró la puerta provocando un golpe sonoro como advertencia para que ninguno de sus amigos se atreviera a ingresar. A ojos cerrados se acercó a su cama y dejó que todo su cuerpo e hundiera en la superficie suave, removiéndose cual niño con rabieta porque no sabía qué mierda hacer.

Lo que parecieron horas para BaekHyun, fueron interrumpidas por la melodía de su teléfono móvil. Sin ánimos de nada lo sacó del bolsillo de su pantalón de pijama, dispuesto a no contestar hasta que en un flash reconoció el número que le marcaba.

—¿BaekHyun?

—Sí, ¿quién habla?

Apoyó todo su peso en un brazo y se impulsó hasta llegar a sentarse en estilo indio sobre la cama con el corazón en la garganta.

—No hay forma que te olvides de mí, Baek.

—Park ChanYeol, eres un completo idiota.

Y como hacía menos de un mes, BaekHyun pudo sentir cómo los labios del alto se curvaban en una sonrisa ladina, hijo de puta.

—¿Qué tal si nos vemos hoy en mi departamento? Realmente no quiero salir, ya sabes.

El pelinegro bufó.

—Que vaya a tu departamento no significa que folle contigo, ¿entendido?

—No haré nada que tú no quieras, bebé.

Hotline | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora