Nervios. Eso es lo que se siente cuando estás frente a toda una clase de simios y rubias vacías. Y ahí estaba yo, frente a todos sin pronunciar palabra mientras que las rubias y alguna que otra con el cabello oscuro, murmuraban cosas sin sentido.
-Señorita Collins, —el profesor Bowers llamó mi atención —preséntese.
Asentí y comencé a andar hasta llegar al centro del aula.
-Eh...hola, —enroscaba un mechón de mi cabello castaño oscuro por el nerviosismo —mi nombre es Lauren Collins, vengo de San Francisco y ahora estoy aquí, en Los Ángeles, por el trabajo de mi padre. Y...ya está, supongo.
Algunos chicos y las rubias comenzaron a reír y arrugué la nariz.
-Ya, cállense —advirtió el profesor frunciendo el ceño—. Bien, Collins, tome asiento.Divisé un hueco vacío al lado de un chico al que no había visto al entrar al aula. Era moreno de piel, con el pelo oscuro y llevaba unas gafas con el borde negro. Me encaminé hacía allí y todo el aula me seguía con la mirada. Tomé asiento al lado del chico que siguiera me miró. Se le veía tímido, pero, quería hacer un amigo al menos y con curiosidad, hablé :
-Hola, —me miró sorprendido y le sonreí con la boca cerrada— ¿cómo te llamas?
-Ho-hola —pude ver sus ojos, eran color azul intenso que me miraban con timidez—, so-soy Ethan —me devolvió la sonrisa mostrando sus dientes blancos.
-Me caes bien —ahora le sonreí mostrando mis dientes.Comenzó la clase, no tenía los libros ni los cuadernos. Miré a Ethan.
-¿Podrías dejarme una hoja, por favor? —dije soltando una risita tonta.
-Claro —arrancó una hoja de cuadrados.
-Gracias.Él solo sonrió.
Una bola de papel acabó en mi mesa. La cogí y voltée mirando a todos. Escuché la risita chillona de una chica rubia, como no, que me miraba con indiferencia y que reía por el comentario que le hizo su amiga. Otra que critica sin conocer ; pensé.
Leí el contenido de la nota :
" No te acerques a ninguno de nosotros o acabarás mal. Solo aviso. Que seas la nueva, no quiere decir que vayamos a querer ser tus amigos\as ".La miré mal y volví a arrugar el papel.
***
No hubo más lanzamientos de bolitas el resto de la clase. Guardé el bolígrafo y hoja. Hora de la cafetería. Dios...
-Ethan, ¿puedo ir contigo a la cafetería?
-Eh...claro.Sonreí y comenzamos a caminar juntos hacia la cafetería.
Al entrar, volví a sentir miradas en mi espalda al pasar por las mesas.-Lauren, ven —dijo tirando de mí—, voy a presentarte a unos amigos.
Llegamos a una mesa donde se encontraban dos chicas exactamente igual, piel clara, cabello castaño; pero en cambio, una tenía los ojos color café y la otra color verde. También había un chico todo lo contrario a ellas; piel morena, cabello claro y ojos azules oscuro. Ethan se sentó y yo me quedé ahí, de pie. Me miró extrañado y luego sonrió.
-No tengas vergüenza —el rojo empezó a subir por mis mejillas. Tiene una bonita sonrisa—. Siéntate a mi lado, ven.
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Holaa.
Espero que les guste.Att: María❌
Pd: Soy nuevaa.