Capítulo 19

831 59 26
                                    



Narra Lysandro.

Han pasado tres meses desde que Castiel y yo no cruzamos palabra alguna, la verdad es que exageró con su reacción por mi forma de actuar, quizás fui posesivo... No lo sé, solo sé que arruiné una gran relación que llevaba años, y lo que más me sorprende es que a pesar de todos estos años juntos como compañeros inseparables Castiel no sea capaz de hablar conmigo, se acercarse a mi... Es increíblemente triste, no sé qué ha hecho de su vida, no sé qué será de su actual estado amoroso, no sé si seguirá amándome... Esto me está matando, no sé cómo reaccionar ante la clara situación en dónde si ninguno actúa nos perderemos el uno al otro.

Tengo miedo de perder, de manera definitiva, a la persona que me ha acompañado en todo y apoyado en cada momento de mi vida... Es difícil aceptar esta triste realidad... No quiero, no quiero perderlo... No es algo que aceptaré.

Llevo días en dónde mi creatividad va de mal en peor... No he escrito nada, no sé nada de él, no sé cuándo nuestra banda volverá... O quizás no vuelva, ¡Dios no sé qué hacer!

Algo en mi interior me dice que algo malo está ocurriendo... O no sé si es malo, la verdad es que es completamente desesperante estar en esta situación... Lo único que deseo es verlo.

Basta de palabrería Lysandro, será mejor que muevas tu humanidad y vayas a enfrentarle, después de todo, solo hablamos de Castiel.

Ese es el problema, hablamos de él...

-Permiso Lysandro -era Leigh, venía con dos tazas de café en una bandeja -, ¿cuándo piensas salir a tomar sol?

-... Lo siento, tengo la mente en blanco.

-Eso no es verdad, tu mente está pensando en él, aunque no lo quieras admitir.

-Odio que me conozcas tanto -dije esbozando una sonrisa.

-Por lo mismo debes tomar este café e ir con él a aclarar todo esto y si no vas tu iré yo, así que decide hermanito -Leigh, cuando se trata de mí siempre es un poco sobreprotector, aunque no lo parezca.

-Está bien, iré.

Luego de tomar mi café me fui a dar una ducha, mientras el agua corría por mi cuerpo me dedicaba a pensar en que le iría a decir una vez que lo encuentre allá... ¿ "Sé que no quieres verme, pero quiero hablar contigo..." ? No, demasiado extraño, bien, ahí veré que ocurrirá, sólo debo estar calmado o haré alguna estupidez.

Salí de la ducha para vestirme, no me tomó mucho tiempo. Ahora llegaba el momento de salir, momento de "enfrentar" mi realidad... Vaya, es más duro de lo que creía y le estoy dando demasiadas vueltas al asunto.

Cada paso que daba para estar llegar a su casa era un paso donde más nervioso me sentía, ¿Qué pasaría si no está?, ¿y si está con otra persona?... Al pensar en eso paré en seco, ¿y si realmente está con otra persona?, ¿Qué haré yo ahí?

Retomé mi caminata, pero ahora traté de no pensar en nada, mientras mi mente más tiempo me blanco se mantuviera mejor.

Finalmente, llegué.

-¿Lysandro? -antes de tocar la puerta me topé con Castiel que salía de su casa, al parecer iba a juntarse con alguien.

-Bien, esto resultó más incómodo de lo que pensé... -Al decir esto agaché mi cabeza, al levantarla pude ver su rostro con más atención, hace mucho que no veía sus facciones... - Hola -dije finalmente sonriendo.

-¿Qué quieres? -dijo manteniendo su cara seria.

-Hablar, ¿Qué otra cosa?

-Pues será otro día, hoy voy a... -antes de terminar lo que iba a decir se frenó y cambió de tema-, ¿por qué quieres hablar ahora?

-... Créeme que sacar el valor para venir y verte no fue fácil, agradecería que seas un poco más amable.

-¿Amable? -me miró indignado, vaya, no me lo esperaba, nótese el sarcasmo.

-Quiero que hablemos, y será hoy quieras o no -dije tomando su brazo y llevándolo hacia dentro de la casa.

-¡Suéltame! -dijo mientras trató de quitar mi mano de su brazo.

-No, hasta que conversemos -dije acorándolo en la puerta.

-Quítate, no tengo tiempo para esto ahora.

-Lo tienes ahora -dije haciéndole callar con un beso, sé que mi reacción fue espontánea, pero fue lo primero que pensé hacer.

-¡Quítate te digo! -dijo empujándome y golpeándome en el ojo, vaya golpe -, ahora no, Lysandro -dijo finalmente yéndose y dejándome en el piso.

-Vaya que es insensible... -dije levantándome.

Decidí seguirle, quiero saber qué cosa es tan importante para que me dejase así... Para mi sorpresa estaba con alguien, alguien que realmente no esperaría, Kentin.

En mi mente con calzaba en que momento Castiel decidió ir a por él... Esto es demasiada información para mí, mil sentimientos encontrados, odio, pena, ira... No sé qué hacer.

Narra Castiel

Lysandro... No creí que me perturbaría tanto verle, además ese beso que me dio me descolocó por completo. Pero ahora no es momento de pensar en él.

Dentro de un par de días Kentin y yo cumpliremos tres meses de salir juntos, quiero hacerle algo especial... Aunque es difícil, casi no hay cosas que no hayamos hecho juntos, me pregunto si le importará que el resto sepa de nuestra relación, aunque personalmente no lo creo, sólo creo que es mejor que mantenga en secreto.

Con Kentin nos encontraríamos en la plaza para comer juntos algo.

-Te tardaste un poco -dijo Kentin mirándome con los brazos cruzados.

-Lo siento, tuve un percance -le tomé de la cintura y lo acerqué a mí.

-¡No hagas esta clase de cosas en público! -sonreí al verle sonrojado, vaya que es adorable.

-¿Por qué no? -me acerqué a sus labios -, si ni te resistes.

-Eres cruel -dijo sonriendo tímidamente y besándome.

-¿Te parece si vamos a comer helados?

-¡Me parece una gran idea!, ¡¿qué tal si al helado le agregan galletas?!

-Sí que te emocionan las galletas Ken jajaja

-... No me llames así, sabes que lo detesto.

-Pff, a mí no me puedes reclamar nada, después de todo podría castigarte -esto último lo dije susurrando en su oído.

-¡Eres un pervertido!

Kentin se sonrojó y comenzamos a caminar hacia el puesto de los helados, pero al caminar no podía quitarme de la cabeza el suceso anterior con Lysandro, ¿realmente vale la pena hablar? Siento que ha pasado tanto tiempo que somos unos completos desconocidos, esto es mucho para mí, no sé cómo reaccionar.

-¡Castiel! -miré a Kentin, al parecer estuve pensando mucho tiempo.

-Lo siento, tenía mi cabeza en otro lado.

-Así parece, ¿qué tal si nos vamos a sentar de aquel lado de la pileta?

-Me parece una gran idea, vamos.

Kentin llevaba su helado en la boca caminando feliz, yo atrás con mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

-Creo que debemos hablar -dije mientras Kentin comía su helado.

-Claro, ¿de qué?

-Hoy, vino Lysandro a verme...

Una agradable tarde se transformó en un silencio incómodo.

Me perteneces... [YAOI, Lysandro & Castiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora