Prólogo (o algo así)

112 7 6
                                    


Primer día, primer maldito día, siempre lo he odiado y más en nuevo colegio, recuerdo como discutí con mi madre sobre un nuevo ingreso, de alguna manera a ella le parecía genial, yo no quería separarme de mis amigos y tener que conocer nuevas personas.

No pensábamos igual, no esa vez y ni la mayoría realmente.

Se podría decir que quería quedarme en el pasado, todo era más sencillo cuando estaba pequeña, más pequeña.

En primaria me molestaban por ser tan sensible, al parecer a los niños les parecía estúpido que llevara mochilas de perrito y que extrañara mucho a mi mami cuando me dejaba en el colegio. A veces odiaba ir a ese sitio, sentía que nadie quería ser mi amigo, que a todos les parecía incorrecto que llorara cada vez que me decían algo.

Mi madre nunca se dio cuenta de esto, yo era muy buena disimulándolo, además ella trabajaba todo el día junto a mi padre, prácticamente no nos veíamos, pero cuando lograba estar a su lado, sentía que era la niña más feliz del mundo y que nada más importaba. Aunque tuviera muchos defectos es la mejor madre, a veces simplemente le extraño cuando no está y me emociono cuando regresa a casa junto a mi padre.

Hablando de mi padre, él es un hombre multifunción por decirlo así, sabe un poco de todo, su único problema es que nunca supo que quería hacer de su vida, se dio cuenta muy tarde que tenía un sueño por cumplir.

Por lo menos él tenía un sueño, lo mío más bien era una vida sin rumbo, tratando de seguir mi corazón pero sin entender lo que éste me decía, yo solo quería ser feliz como todos.

Y un día sin darme cuenta, ya lo era...

Puntos cardinalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora