El Jefe 2

Capitulo 5

Capitulo 5

Suspiré y tiré las llaves al jarrón de vidrio. Caminé hasta mi cuarto y me tiré a la cama, cerré mis ojos. Recordé que Jullie tendría que estar aquí pero todo se encontraba en absoluto silencio. Me levanté y exploré por todos los pasillos donde ella podría estar, pero me encontraba sola. Fruncí el ceño, tal vez salió. Me senté en el sofá y encendí la televisión, el canal abc se encontraba en transmisión. El ruido de unas llaves hicieron que la puerta se abriera dejando ver a Jullie del otro lado.

–Vaya, pensé que no saldrías –solté sin despegar la vista del televisor.

–Lo siento...no lo iba a hacer pero... –se acercó y se sentó a la par mía. La miré– mira... –elevó sonriente el libro delirium, abrí mi boca emocionada y lo tomé.

–¿Cómo lo compraste? 

–Bueno, aquí reciben dólares Chelsea. –dijo– Salí solo para comprarlo, pero luego me quedé en un parque para empezar a leerlo. Voy por el capítulo diez.

La miré con mis ojos abiertos. Apenas lo compró hoy, y va muy avanzada. Dejé el libro en la mesa frente a mi.

–Y eso no es todo... –dijo. La miré con el ceño fruncido, Jullie me miraba con una sonrisa. Se acercó de nuevo en la puerta y la abrió. Me puse de pie con mis ojos bien abiertos. Un perro, grande y negro entró al departamento moviendo su cola– ¿no es hermoso?

–Pero...como...¿como lo conseguiste? –pregunté. El perro se acercó a mi moviendo su cola esperando una caricia mía. 

–Lo encontré en el parque, estaba solo. Y puedo asegurarte que no era callejero, creo que se perdió. Pero ahora ya es nuestro. –dijo sonriente– Su nombre es Sam. 

Sonreí. Toda mi vida me han encantada los perros. No me molestaría que se quedará aquí. Le acaricié la cabeza.

–Es hermoso. –solté– ¿con quien crees que se quedará cuando nosotros vayamos al trabajo?

Jullie me miró sin expresión. Genial, no lo había pensado.

–no lo se...pero no creo que sea travieso. Se ve muy tranquilo. ¿Que dices? –una sonrisa se dibujó en mi rostro, era obvio que no dejaría que regresara a la calle.

–ya es nuestro. –me volví a sentar en el sofá. Jullie sacó una manzana de la refrigeradora y se sentó a mi lado dándole una mordida.

–¿como te fue en tu tour? –preguntó. La miré sonriente.

–excelente. No fui a muchos lugares pero...al menos salí. 

–¿y? ¿conociste personas? –la miré seria. No iba a contarle de Matt porque...bueno no fue algo interesante. Pero y si vio algo y le digo que no pensará que no le tengo confianza. Aunque si hubiera visto algo, desde que llegó me hubiera preguntado.

–la verdad no. Tal vez a la próxima. 

Asintió con la cabeza y nos quedamos en silencio viendo la televisión.

Me quité los audífonos de mis oídos y me senté frente a la ventana de mi habitación. Era tarde. El cielo estaba oscuro y adornado por unas estrellas preciosas. Abracé mis piernas con mis manos mientras apreciaba toda la ciudad. Volteé cuando vi que Jullie estaba sentada a mi lado. Como yo.

–¿crees que mis padres estén viéndome desde arriba? ¿o mi abuela? –cuestioné. Jullie soltó un gran suspiro y asintió.

–seguro que lo hacen. Cumpliste tu sueño de estar aquí. Ellos están orgullosos de ti. –sonreí.

–cuando era niña, mi sueño mas grande era venir aquí. Algunas veces lo veía algo imposible y lejano, y ahora estoy aquí. –el silencio volvió a reinar en el ambiente, hasta que Jullie habló.

–¿crees que Ernesto alguna vez me quiso? –la miré. En sus ojos cafés se veía reflejada la duda. Asentí mirando de nuevo al frente.

–lo supe desde la primera vez que me habló de ti. La diferencia es que fue un idiota, ¡ah! y apareció Oliver. –respondo dándole un codazo haciendo que riera. 

–te digo lo mismo. 

–¿que? 

–Cooper. Estoy segura que quería, pero su error fue que dejó ganar su orgullo y su enojo. –dijo– ¡vaya, tienes suerte que no tengas a nadie! no sé con quién molestarte. 

Ambas reímos un momento hasta que Sam llegó hacia nosotras moviendo la cola.

–¡hola, amiguito! –dijo Jullie– esta noche dormirás con Chelsea. 

Nos pusimos de pie mientras veíamos como Sam se subía a mi cama. Sonreí.

–Buenas noches Jullie.