Prólogo: Cleopatra

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Las fiestas son aburridas y más aún si tienes dos pies izquierdos. A pesar de ser el cumpleaños de mi mejor amiga no lo estaba pasando tan bien como los demás.

Me habían asignado en una mesa junto a una chica que no conocía y su familia. Mi madre charlaba muy animadamente con la suya al igual que nuestros padres. Su hermana menor no quitaba la mirada del lujoso celular que su madre le había prestado. Ella y yo simplemente nos quedamos en silencio sin haber intercambiado más que un saludo al comienzo de la velada.

Pauline aún no entraba, después de todo cumplía 16 años y se estaba tomando su tiempo para quedar adecuadamente. La fiesta era muy elegante y, al parecer muy costosa.

El aire se sentía incómodo debido al silencio abrumador que envolvía nuestros cuerpos, tanto el mío como el de la chica cuyo nombre no conocía. Su cabello castaño era enrulado y sus ojos de un exquisito color miel. Sonreía abiertamente sin razón alguna pero, notoriamente irradiaba optimismo.

Pasaron varios minutos hasta que, a través de un altavoz anunciaron la llegada de Pauline quién entró al costoso salón con un increíble vestido color carmín, labios de igual color y su cabello moreno recogido en un peinado alucinante.

Como era de esperarse todos quisieron felicitarla primero pero ella solicitó mi presencia de inmediato. Huyendo del incómodo silencio entre la castaña y yo, me acerqué al centro del lugar dónde Pauline aguardaba impaciente por mí. Me lancé sobre ella con cuidado de no arruinar su apariencia y la abracé fuertemente para la foto.

— ¿Cómo lo llevas, Cleo? —preguntó la ansiosa chica como la buena anfitriona que era.

Su sueño era trabajar planeando eventos, sobre todo en bodas. Tenía cierta obsesión con la elegancia, el color cuarzo, trajes y vestidos formales. Todos los componentes de una boda. Ella misma planearía su boda cuando decida casarse al igual que lo hará con la mía. Hemos discutido por años como sería la ceremonia perfecta. Ella siempre iba a lo tradicional y elegante mientras yo prefería una celebración más informal y sumamente divertida y dinámica.

— ¿Quién es la chica junto a mí? —me atreví a preguntar causando su sonrisa pícara.

— ¿Te gusta acaso? —subía y bajaba las cejas exageradamente rápido.

El tema de mi sexualidad requería tiempo para ser comprendido. Actualmente todo el mundo lo sabe luego de mi repentina confesión hace un año y las cosas en el instituto no cambiaron, siempre he sido muy popular gracias a mi confección física ya que mi cabello es rubio y mis ojos son verdes además de mi figura y estatura ideal. Pauline fue la primera persona en saberlo y en verdad me había tranquilizado bastante el que ella lo aceptase de manera tan normal pero, luego de mi confesión, mis padres se negaron a volver a hablar del tema como si tuviese alguna clase de enfermedad, solo ignoraron el tema diciendo que era una fase.

— Cállate, no es eso —negué rotundamente. Si, la chica era cuanto menos llamativa pero no me gustaría con tan solo mirarla. No era esa clase de persona— he pasado al menos una hora con ella en la cual no nos hemos dicho ni una sola palabra ¿Comprendes? Es lógico que quiera conocer al menos su nombre —.

— Así que Selena no ha hablado —reflexionó para sí misma. Selena, su nombre era precioso— es bastante tímida al conocer gente pero, una vez que se encuentra a gusto no lograrás hacerla callar. Ustedes tienen eso en común —se burló Pauline recibiendo una mirada de reproche por mi parte.

— ¿Qué más sabes de ella? —Indagué un poco más sobre mi nueva compañera durante esta noche.

— Compartimos clases de inglés dos veces a la semana, va a nuestro instituto y tiene nuestra edad —comentó mi amiga aclarando varías de mis dudas e intentando en ser lo suficientemente específica para que dejara de hacerle preguntas— es muy inteligente, adora leer y creo que también escribe. Es graciosa, positiva y obsesiva con ciertas cosas pero es una buena chica —.

Sleo is a Friendship ↠Lesbian↞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora