Sólo un soldado. (EDITANDO)

II

Vaya suerte de mierda que estaba teniendo pensó mientras arrastraba el enorme cuerpo a la parte de atrás de su camioneta.

Ella solo quería salir del trabajo temprano, llegar a casa y darse un largo y merecido baño.
Pero no, el universo tenía que alinearse para mandarle los planes a la misma mierda.

Y no es que no estuviera aterrada por el pobre hombre que estaba ahora inconsciente en su camioneta, es sólo que no sabía cuanto de "Pobre hombre" había en ese individuo misterioso.

Y si alguien le preguntase, el por qué lo estaba ayudando,  daría una respuesta bastante clara. No tenía ni puta idea de que es lo que estaba haciendo.
Pero a estas alturas ya estaba conduciendo hacia la mejor clínica veterinaria que conocía. Sus manos estaban manchadas con sangre, al igual que toda su ropa. Honestamente estaba a dos segundos de un colapso mental.

Todo pasó de la siguiente manera; salió del trabajo temprano porque el mundo se estaba acabando, o algo así escuchó.
Se dispuso a conducir hasta su hogar pero todas las carreteras principales estaban cerradas, porque adivinen, ¡El mundo se estaba acabando!
Tuvo que tomar un camino secundario, donde encontró la causa de todos sus males actuales medio muerto en la mitad de la carretera y bueno casi lo atropella.
Pudo haber seguir de largo, ¿Pero saben qué?.
El mundo se estaba acabando y de algo hay que morirse, así que frenó de golpé, mandó el mundo a la mierda y comenzó a acarrear al tipo hasta su camioneta.

Aunque ahora resulta, por muy divertido que suene, que el mundo no estaba ni cerca de acabarse.
Sólo un par de naves gubernamentales que se estrellaron en el río, algo sobre los Nazis conquistando el mundo y una que otra agencia corrupta.
Básicamente un día normal en América.

Ahora, ¿Era demasiado tarde para dar vuelta la camioneta y tirar el bulto de vuelta de donde lo había encontrado?
Probablemente no pero ya lo había subido y ni muerta lo iba a volver a bajar, así que ahí fue, con media tonelada de hombre con olor a perro mojado en la parte de atrás del auto.

Estacionó la camioneta con cuidado, que el mundo podría estar acabándose pero no sería ella la idiota que ocupa el espacio de discapacitados. No señor, antes muerta.

Se bajó y caminó hasta la parte de atrás de la camioneta, se quitó uno de los tacones y lo utilizo para picar al hombre. Ni siquiera un movimiento fuera del subir y bajar de su pecho al respirar.

Genial, seguía vivo.

"Cuando dije que podías traerme cualquier cosa y lo arreglaría, no me refería a esto." –dijo el veterinario apuntando en la dirección general del hombre en su camioneta.

"¿Qué?, ¿No puedes arreglarlo?".

"No dije eso" –respondió el doctor, una mirada super siniestra en su cara de rata. "sólo que te va a costar" –y ahí estaba, obvio sí,  vocación las pelotas. Pensó ella.
"Ya normal, si tienes la costumbre de cobrarme hasta por las molestias."

Ya había oscurecido cuando lograron ponerlo en una camilla para meterlo dentro de la "clínica".
Y luego mucho más para despojar al infeliz de los kilos y kilos de ropa negra.
El veterinario lo observó contemplando la situación en la que se encontraba, ocasionalmente picaba sus costillas con sus dedos.

"Y bien Doc, ¿Vivirá?" preguntó mientras mordía su labio inferior.

El hombre pareció deliberar la respuesta, picó al hombre de nuevo. " Supongo que sí." respondió finalmente encogiéndose de hombros.

"Aunque no tengo ni idea de donde salió tanta sangre porque no hay una herida, sólo un hombro dislocado y uno que otro rasguño, ¿Estas segura que no lo atropellaste?, y además, ¿Que mierda el brazo de metal?."

Ella se encogió de hombros. "Como dije, lo encontré desmayado a un lado de la carretera, tenía una herida. Lo sé porque me dejó toda sucia con su sangre, en cuanto al brazo de metal, no tengo ni la menor idea." respondió de manera antipática, su paciencia se había ido al igual que sus ahorros después de pagarle al veterinario.

El doctor levantó una ceja. "Entonces si no lo atropellaste tú, ¿Por qué no lo llevaste a un hospital?."

La única pregunta importante.
Ella también se había preguntado lo mismo, perfectamente pudo haberlo llevado a una clínica y que ellos se hicieran cargo, incluso pudo haber llamado a la policía y dejarles su problema a ellos.
¿Por qué no lo hizo? No tenía ni idea.

Frunció el ceño. "No sé pero este tiene cara que lo busca la INTERPOL y yo de que me busca la migra. ¡Y ya! No sea chismoso, que para algo le pago." respondió finalmente con frustración.

Después de eso el veterinario se encogió de hombros y como si nada comenzó a reponer el hueso dislocado. Finalizó limpiando las heridas que quedaban y poniendo vendajes sobre los cortes.

"Terminé." –dijo el doctor mientras se limpiaba los restos de sangre de sus manos.
Ella asintió y pagó de mala gana la suma de dinero. Lo único que le faltaba era quedar en bancarrota.

Fijó sus ojos en la forma que yacía inconsciente sobre la mesa de operaciones. Aquel asunto que había apartado de su mente todo este tiempo comenzó a hacerse cada vez más real.

Su plan había sido simple; Paso uno, meterlo a la camioneta; Paso dos llevarlo al veterinario y ahí terminaba todo.
¿Debería llevarlo a su casa?.
¿Y si es un asesino? ¿Si era un Cyborg del futuro enviado para destruir la raza humana?.
Si era lo último, no estaba haciendo un muy buen trabajo honestamente.

"¿Qué mierda voy a hacer con él?." –preguntó más a si misma que al hombre que estaba junto a ella.
"Yo no sé, pero será mejor que te vayas y te lleves ahora antes de que venga alguien" –respondió el doctor.

Genial, pensó mientras volvía a meter el ahora semidesnudo bulto de vuelta a su camioneta.
"Hoy ha sido un día genial." – Se dijo a si misma mientras estacionaba la camioneta fuera de su casa.

Observó al hombre que estaba ahora acostado en su cama con los brazos esposados con las esposas rosa felpudas que le regalaron como una broma en su cumpleaños. Hey, al menos tenía el derecho de tomar precauciones.

"Definitivamente fue un buen día, sip, un día completamente normal" –dijo mientras comenzaba a servirse un enorme vaso de whisky, para luego olvidarlo y comenzar a beber directo de la botella.

Sería una larga semana.