Diecinueve años, nunca has llorado, porque eres fuerte, por eso nunca viste la necesidad de llorar.
Diecinueve años, nunca le pides ayuda a nadie, porque eres muy terco, por eso nunca le pediste ayuda a nadie.
Diecinueve años, todas las noches me gustaría poder abrazarte, besarte y amarte. Me digo a mismo que no le debería dar mucha importancia a eso.
Tienes solamente diecinueve años, eres muy joven para forzarte a ti mismo a ser fuerte y valiente. Me tienes a mi, a este calvo idiota que sólo puede darte este pequeño cariño, así que, puedes confiar en mi, en cualquier momento y lugar que desees.
-"Ámame, como nunca antes lo has hecho, ¿Si?"- Y dándote un pequeño beso en la cabeza, me meto contigo bajo las tibias sábanas, donde, abrazándote, busco el lugar de los sueños.
Es una noche fría y hay pequeñas gotas de lluvia que caen con suavidad. Me pregunto si tienes frío, pero la duda se va cuando escucho tus estornudos.
Diecinueve años, me dijiste que nunca habías amado a alguien. No amabas a tu padre, no amabas a tu madre, no amabas a tu familia, incluso crees estar seguro de que tu eres tú propia familia. Y lo único que sabes es que no tienes un lugar al cual regresar. Por lo que nunca supiste lo que se siente amar a alguien, o estar enamorado.
-"¿Cómo es?"- Me preguntaste, mirándome.
-"Es como tú, como yo, como el cactus en frente de casa. Porque si amas al cactus y lo cuidas correctamente, entonces al cactus le crecen flores para devolverte el amor que le diste. Porque me amas es que te dejo estar aquí para que me ames aún mas. Eso es amor, es algo muy simple. No necesitas entenderlo, solo necesitas amarlo."- Te respondí, sonriendo calmado.
-.-.-.-.-.-.-
Diecinueve años, miraste el enorme cielo azul, cuestionándote si siempre tuvo ese azúl antes, alzando tus delgados dedos para atraparlo.
-"Alguien siempre me decía que el cielo no es azul"- Susurraste- "Esa persona decía que el cielo es gris, tan gris como el humo del cigarrillo. Creía que estaba en lo cierto, pero resulta que estaba equivocado."
-"¿Quién te dijo eso?"- pregunté, sintiendo una pesadez en mi corazón.
-"No lo sé."- Meneaste levemente tu cabeza - "Pero puedo oir la voz de esa persona. En mi cabeza. Siempre distante, haciendo eco."
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Diecinueve años, no sabias que ibas a morir a los diecisiete años.
Diecisiete años, eres igual de hermoso e inocente como cuando tenías diecinueve. Aún sigues igual de terco, fuerte y valiente.
Ahora, en tus diecisiete años de edad, no eres tan diferente a cuando tenías diecinueve. Sin embargo, el tú de diecinueve años no llora o brilla como el tú de diecisiete.
Diecisiete años, moriste en la tarde de un verano nublado.
Antes de irte, me dijiste que ibas a salir y que volverías en un momento, así podríamos seguir jugando videojuegos, comer manzanas y beber té.
-"Espere por mi, sensei. Duerma un rato. Yo regresaré pronto."- Me besaste y te fuiste. Te hice caso, y me dormí de inmediato, así, cuando despertara tú ya estarías de vuelta. Pero, extrañamente aún no habías vuelto. Volví a dormir, una, otra y otra vez, pero seguías sin regresar.-"Tal vez... ¿Debería dormir una vez más? ¿Cuánto más tengo que dormir para que regreses?"- Me pregunté a mi mismo.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
-"Genos murió, se auto-destruyó en la pelea. El enemigo era muy fuerte. Realmente siento el tener que informarte esto."
-"Entiendo doctor. Es solo que, yo..."
-"No llores Saitama."
-"¿Qué debería hacer? Doctor, ¿Qué... debería..?
-"Si quieres, puedo ayudarte, podría restaurar a Genos ya que su data esta aquí. Sin embargo, es vieja, ya que sus recuerdos fueron destruidos. Él no sabrá quién eres, no te amará y te tratará como a un completo extraño. ¿Esta bien para ti?"
-"Confío en usted, doctor. Sólo quiero verlo una vez más."
Diecisiete años, me dejaste solo por dos largos años, pero regresaste con la apariencia de un joven adolescente.
Diecisiete años, luego de mucho tiempo, lloré, y lloré bastante por el insoportable dolor de no tenerte aquí, conmigo, y, finalmente a tus diecinueve años de edad, volví a llorar porque habías regresado a mi de nuevo.
-"Hola, mi nombre es Saitama, es un placer conocerte."
-"Hola, me llamo Genos, también es un placer conocerlo."
Con diecinueve años ahora, vives una vez más, conmigo, en completa tranquilidad y armonía. Pero esta vez, hasta el final de nuestras vidas.
