CAPITULO 3
Cuando me despierto son las doce de la mañana, abro los ojos despacio, el sol me ciega, me duele muchísimo la cabeza, no debería haber bebido tanto, me tapo la cara con la almohada, mi teléfono suena en la otra punta de la habitación, ¡dios no me quiero levantar!, arrastro mi cuerpo por la habitación, y voy hasta una silla que hay en un rincón, saco mi móvil del bolso, es Angy ¿Qué querrá?, me pienso unos segundos en si contestar o no, me decido por cogerlo.
-Buenos días Angy-
-Buenos días, llevo llamándote dos horas-dice algo enfadada.
-Estaba durmiendo, no lo he escuchado-
-¿tu? ¿Durmiendo? ¿A estas horas?-
-Si Angy, ¿tan raro te parece?-
-Pues teniendo en cuenta que casi no sales de casa desde hace un año, sí, me lo parece-
-Bueno ¿Qué querías?-
-¿te apetece comer con tu hermana? ¿O tienes mucha resaca?-
-Si claro, que me apetece, ¿a qué hora?-
-¿A las dos?-
-perfecto, ¿Dónde?-
-¿vienes a casa?-
-sí, claro, voy a tu casa y ya vemos donde vamos-
-me parece genial, hasta ahora-
-hasta luego-
-por cierto, me parece muy bien que salgas por ahí, ya pensaba que la mayor eras tú-
-gracias Angy, tú siempre tan amable- digo con tono irónico.
-de nada, adiós enfadica-
-hasta ahora- digo y cuelgo el teléfono.
Voy a la ducha, me desvisto y veo mi cara en el espejo, estoy hecha un asco, todo el maquillaje por la cara, el delineador por los tobillos y pintalabios hasta en la nariz, no me quiero ni imaginar cómo estarán las sabanas, abro el agua caliente y en un minuto me meto debajo del agua que cae por todo mi cuerpo como una caricia cálida y suave, me enjabono el pelo y masajeo mi cabeza, me reconforta bastante, parece que me despejo en cuestión de segundos, viene a mi mente la mano de Hugo en mi espalda y me muevo hacia delante por inercia, no quiero pensar en él ahora, no sé qué quiere de mí, solo sé que no soy una chica de una noche y aunque parezca anticuado, no me va el sexo sin amor, suena raro, pero es la verdad, pongo mi gel de vainilla en la esponja y me lavo el cuerpo, cuando ya estoy lista vuelvo a abrir el agua y me quito todo el jabón, salgo de la ducha y me pongo mi albornoz, me pongo una toalla en el pelo y salgo del baño, voy a la cocina y abro la caja de la cafetera, la pongo en el lugar que he elegido para ella, entre el microondas y el frigorífico, la enchufo y le pongo una cápsula que se llama ''rosseta'', en el folleto dice que son tres tipos de café con un toque de vino y me ha llamado la atención, la cocina se inunda de un olor a café estupendo y cuando está listo, le pongo leche, azúcar y me siento en la mesa de la cocina, oigo mi móvil sonar otra vez en la habitación, pero esta vez es un mensaje, no me voy a ir para eso, seguro que es Sara y yo tengo demasiada resaca para escucharla ahora, me levanto a por un ibuprofeno, y a mi móvil llega otro mensaje, voy a la habitación y son mensajes de un número que no conozco, los abro y dicen así.
De: Número desconocido.
Hola Alex, sé que te puede parecer extraño que te envíe un mensaje, ya te di mi tarjeta y presuponía que me ibas a llamar tú, pero viendo que no lo hacías he decidido pedirle tu número a tu compañera de trabajo, y no me ha costado mucho convencerla de que me lo diese, esta tarde voy a ir a la cafetería donde trabajas, espero poder verte y hablar un poco contigo.
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Solo una noche ©
RomanceAlexandra es una chica de veintitrés años, camarera y con un pasado algo tormentoso, después de que su novio de toda la vida le pusiese los cuernos, no levanta cabeza, ha pasado por la ruptura de su novio y borrar a su madre mapa en el mismo segund...