Prólogo

108 8 1
                                    

MÍA

—¿Sabes? No me apetece nada entrar a clase.—oí decir a Olivia a mi lado, mientras las dos mirábamos fijamente la entrada del instituto.

—Pues no entremos. —dije. Y como si el universo me hubiese escuchado y se hubiera puesto en mi contra, como me suele pasar, el profesor de matemáticas apareció salvajemente detrás nuestra.

—Mira a quién tenemos aquí. Olivia y Mía, si no os dais prisa vais a llegar tarde a clase. Y si no me equivoco, —dijo mirando su reloj— tenemos examen en unos diez minutos.

¡Mierda! Lo había olvidado. Por suerte se me dan bien las matemáticas, y sí, sé que es raro. No creo que me sea muy difícil aprobar el examen. Aunque por la cara que tiene Olivia en estos momentos, creo que ella no va a tener esa suerte.
El profesor corta-rollos nos acompañó a clase y nos dejó cinco minutos para repasar.

Después de unas largas e interminables horas, salimos de clase y nos dirigimos a la cafetería. Vimos a Eli sentada en una mesa leyendo un libro. Eli, la prima menor de Olivia, era una chica agradable, lista y dulce. Todo lo contrario que mi mejor amiga. Nos sentamos junto a ella.

—Dicen que si lees las veinticuatro horas del día te quedas tonto. —dijo Olivia revoloteando el pelo de Eli.

—Y si no lees también. —Eli dejó el libro en la mesa y nos miró fijamente.

—Bien, Eli. ¿Alguna novedad? —preguntó Olivia.

—No sabéis lo que se puede llegar a oír si pones la oreja en el baño de las chicas. Todo el mundo está hablando de la broma que le hicisteis a Stella.

—Esa zorra tenía que aprender que los falsos rumores están siempre de más—dije chocando la mano con Olivia.

La estúpida de Stella iba diciendo que nos había visto a Olivia y a mí liándonos con Noel Green. Como si no tuviéramos cosas mejores que hacer que montarnos un trio con Noel. A sí que le pusimos un pescado apestoso en la mochila. El grito que pegó cuando vio al animal fue genial.

Estuvimos hablando un rato más con Eli, hasta que se acercó una chica de último curso, Kaya creo recordar que se llamaba.

—¡Mía! ¡Olivia! Mañana voy a dar una fiesta en mi casa. Pasaros por allí un rato. ¡Va a ser genial!

—Perfecto, nos vemos allí. — dijo Oli si prestarle mucha atención.

Kaya se fue sin decir nada más y con el paso acelerado para alcanzar a otras chicas que se movían por el pasillo.

—Yo no voy a ir a esa fiesta.—dije con una risa seca.

—Yo tampoco. ¿Por qué no vamos a algún club de esos que hay por el centro?

—Sí, por favor. La última vez no estuvo nada mal.

—Mía la última vez acabaste tan borracha que es imposible que recuerdes algo. — Olivia soltó una carcajada y yo la seguí. A continuación miró a su prima —Eli, ¿te quieres venir?

—Oh, no. Tengo que estudiar y además no me gustan las fiestas.

—Si que eres rara. —soltó Olivia. —Bueno, nos vemos después de clase.

Las últimas clases se pasaron rápido GRACIAS A DIOS. Oli y yo salimos de clase juntas, como todos los días. Vivimos en la misma calle desde que tengo uso de razón. La verdad es que no me apetecía irme a casa aún, a si que le propuse a Olivia hacer un picnic. Fuimos al bosque, que estaba a unos cinco minutos del instituto. Subimos a una pequeña colina y nos sentamos en la hierba. Se podía ver toda la ciudad. Le pasé una barra energética que llevaba en la mochila a Olivia y yo me quedé con un batido de chocolate, que encontré de milagro en el bolsillo delantero.

GirlsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora