3. El tutor

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OLIVIA

– Olivia, despierta... ¡Olivia!

Abrí los ojos y me encontré a la profesora de economía mirándome cabreada.

– No estaba durmiendo, estaba memorizando. – le dije, haciendo que su enfado aumente. Era obvio que estaba durmiendo.

– Pues lo mejor será que continúes memorizando en la biblioteca. ¡Fuera de mi clase!

Recogí mis cosas y me dirigí a la biblioteca. No era la primera vez que me echan de clase por dormir, pero no es mi culpa que me despierten ruidos en mitad de la noche. Entré en el aula donde se encuentra la biblioteca del instituto. La encargada me preguntó mi nombre y me senté en una de las mesas al fondo. Pensé en Mía y en mi prima Eli. A ellas nunca las habían expulsado de clase, eran muy disciplinadas en sus estudios. Ojalá yo también lo fuera.

La puerta de la biblioteca se abrió minutos después y apareció una cabellera negra alborotada. Wes. Ya me parecía extraño que no estuviera por aquí. Wesley era un alumno de último curso que se pasa más tiempo aquí que en clase. Intimidaba bastante a primera vista, con sus ojos verdes penetrantes, pero cuando lo conocías resultaba ser muy agradable. Se dejó caer en una silla a mi lado.

– Mira a quien tenemos aquí. ¿La pequeña Olivia ha vuelto a ser mala?– dijo más alto de lo que debería, haciendo que la encargada nos fulminara con la mirada.

– Solo si consideras que dormir es ser mala. Y no hables tan alto, es la biblioteca. – le susurré.

– Vamos, solo estamos tú, yo y Caterina. ¿A usted le importa? – dijo dirigiéndose a la bibliotecaria.– Es que no se me da muy bien eso de susurrar.

– Sé que harás lo que te de la gana, Wesley. Por mi no te cortes. – respondió bajo mi sorpresa. Wes le lanzó un beso.

– Bueno, ¿y que has hecho tú esta vez?– le pregunté aburrida.

– Recalcar que el Ramirez está calvo. Tres veces.

– Pobre señor Ramirez. Os pasáis con él.  – dije fingiendo pena.

– Se lo merece. Es un cabrón.

Ambos soltamos una pequeña carcajada. No sé en que punto Wesley y yo nos convertimos en amigos. Aunque tampoco lo definiría como mi amigo. Supongo que simplemente empezamos a hablar cuando coincidíamos en la biblioteca.        

Después de criticar un rato con Wes lo asquerosos que pueden llegar a ser los profesores del instituto tocó el timbre. Me despedí de él y fui en busca de Mía, a la que no había visto en toda la mañana. El día después de la desastrosa fiesta en Inferno, descubrí que no había sido tan desastrosa para Mía. Bueno en parte. Le dieron con una puerta en la cabeza, sí. Pero durmió en la casa de un cantante guapísimo y encima se lió con él. Yo solo fui casi violada y conocí al insoportable Diego pero oye, la vida sigue, a veces se gana y a veces se pierde.

– ¡Olivia! – gritó Mía a mi espalda.

– Hola, te estaba buscando.

– Yo he ido a tu clase pero no estabas.

– Biblioteca.

– ¿Otra vez? ¿Que has hecho? – dijo risueña.

– Dormirme. ¡Pero no es mi culpa!

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2016 ⏰

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