4.- Un nuevo hogar.

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POV. ___tn Royers.

Desperté removiendome con lentitud, sentía mucho dolor en mi cuerpo, pero sobre todo ardor insoportable.

-Al fin despiertas.- abrí los ojos y mi encontré con Jeff.

-¿Cuánto dormí?

-Cinco horas. ¿Puedes moverte?

-Eso creo.- me senté en la cama con lentitud y cuidado de no lastimarme más.

-¿Tienes hambre?

-No, estoy bien.- intenté levantarme.

-Espera, Slender dice que es muy pronto para...

-Necesito caminar.- lo interrumpí.

-Mh, bueno.

Jeff me ayudó a levantarme y noté que lo que era un pantalón se volvió un short, también tenía varios parches en mis piernas y brazos.

-Te llevaré a la sala mientras te preparo un té.

-No es necesario que seas tan atento.

-Déjame pagar por lo de anoche.

Me sonrojé y sonreí para luego asentir.

Mientras caminaba, sentía el como las heridas volvían a abrirse.

-Ya llegamos, siéntate aquí mientras traigo el té.- me senté en el sofá carmesí.

-Bien.

Después de que Jeff cruzara el umbral de la puerta que lo sacaba de la sala, sentí una presencia detrás de mí. Volteé y me encontré con un hombre alto y pálido, sin rostro y con traje elegante.

-¿Ya estás mejor?

-Mis... Heridas volvieron a abrirse sí a eso te refieres.- dije sin apartar mi mirada del hombre delgado.

-Al parecer fueron más profundas de lo que creí.

Aquel hombre se sentó a mi lado y me miró.

-Soy Slender.

-___tn Royers.

-Me sorprendió el saber que Jeff es tu amigo...

-¿Por qué?

-Porque él disfruta de matar gente... Solo convive con seres como nosotros y siendo sincero, incluso con nosotros le cuesta llevarse bien.

-Entiendo. A mí también me sorprendió el tener una amistad con él, bueno, más me sorprendió el hecho de que no me matara.

-Ese chico es una caja de sorpresas.- miró a otro lugar, como sí eso se lo hubiese dicho a sí mismo.

Cuando quise decir algo, Jeff llegó a la sala y en una bandeja traía dos tazas y las dos tenían té.

-Bien, tomén.

-Gracias Jeff. A veces puedes ser un encanto.

-Cállate Slender.

Sonreí y tomé la taza entre mis manos, al mirarlas noté que tenía rasguños en ambas.

-¿Te duele?- me sobresalté al sentir las frías manos del pelinegro sobre las mías.

-No.- contesté con voz temblorosa y alejé mi mano con nerviosismo.

-Hola.- al mirar hacia mi costado me encontré con un chico rubio, el mismo que me torturó.

-Lamentamos el haberte torturado de esa forma.- al mirar a mi otro costado, la chica idéntica a Jeff estaba entre yo y Slender.

-No hay problema...

-Que linda, nos perdonó después de hacerle todo eso.- habló el chico.

-Sí, lo que más me sorprende es que no hayamos alterado su cordura.

-Mh. Lo mismo digo.- dijo ésta vez la chica de la máscara, apareciendo por la puerta principal.

-Disculpen. ¿Quienes son ustedes?

-Yo soy Ben.- dijo el rubio.

-Mi nombre es Nina the Killer y esa chica de allá es Jane the Killer.- apuntó a la chica seria.

-Yo soy ___tn.

-Un gusto ___tn.- sonrió amablemente Ben.

-Dime ____tn.- interrumpió Slender al ambiente de Ben Y Nina -¿Te gustaría vivir aquí? Por lo menos hasta que tus heridas sanen.

-¿Vivir aquí?

Asintió dando un sorbo a su té.

-Me encantaría.- solté sin pensarlo dos veces, pero entonces el agarre de Jeff en mi brazo hizo exaltarme, el pelinegro me llevó fuera de la cabaña y se detuvo a algunos metros de un árbol muy grande.

-No puedes quedarte aquí.- dijo con voz severa, apretando mi muñeca.

-¿Eh, por qué?

-Porque es peligroso. Aquí vienen muchos asesinos u otros seres y posiblemente te pasen cosas peores que una tortura.

-Jeff, yo no le temo a la muerte.

Me miró y en sus ojos pude percibir preocupación, pero posiblemente fue mi imaginación.

-No te preocupes por mí, estaré bien. Ahora volvamos, que me están sangrando las piernas.

Jeff me miró las piernas y efectivamente, la sangre estaba corriendo.

-Mierda. Ven, sube.- dijo agachandose, para que me subiera en su espalda.

-¿Me llevarás a caballito?- reí despacio.

-Sí, tú tranquila. Aunque no lo parezca soy fuerte.

Reí y me subí con algo de vergüenza.

-Bien, vamos a casa para que Slender vea tus heridas.

· · · R|§As TøRçiDaS · · ·

Mordía con fuerza un palo de madera mientras gemía con fuerza.

-Tranquila, ya casi acabo.- dijo Slender con voz serena.

Ya habían pasado tres días desde que me quedaba en la cabaña, mis heridas casi no sanaban y mi relación con Nina, Ben y Slender se había hecho una amistad, pero Jane parecía odiarme, tampoco me importaba, pero aún no entendía el motivo de su odio hacia mí.

En fin, cada día Slender hacía curaciones a mis heridas, el alcohol casi nunca estaba presente, por lo que Jeff sugirió que usaran vodka como sicatrizante y eso dolía unos demonios.

-Bien, ya terminé. Ahora solo descansa.

-Gracias Slendy.

-No es nada, pequeña.

Sonreí débilmente y cerré los ojos.

-De seguro Lilith estaba preocupada.- pronuncie en un suspiro, dejándome caer en un sueño profundo.

Continuará...

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2016 ⏰

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Risas torcidas [Jeff the Killer y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora