Abrí los ojos con lentitud, al fijar mi vista en el techo, me encontré con un chico, su piel era pálida, sus ojos celestes no se distinguían bien en la oscuridad, pero lo que más me sorprendió fue el hecho de que no tenía parpados y de que su boca estaba formada por una sonrisa bastante macabra.
-Hermoso. Pensé para mi misma.
-¿Quién eres?
-Soy quien te dará la mejor muerte que puedas tener.
-¿Me matarás? ¿Siquiera sabes mi nombre?
-No, pero ahora que lo dices- hizo una señal para que yo hablara.
-__tn Royers.
-Bueno __tn. GO TO SLEEP.
Cerré los ojos, esperando mi muerte. Estaba dispuesta a permitirle que me matara, pero el cuchillo o arma que usaría... Jamás llegó.
Abrí los ojos y miré a mi alrededor, estaba sola.-Me pregunto cual era su nombre.
Eran las 3 pm. Salí para ir al bosque una vez más, al parecer ese chico vive cerca de la casa de los Miller.
-Hola~. Chico asesino- llamé sin esperar respuesta.
Suspiré y seguí mi caminata, todo parecía normal, tranquilo; volví a toparme con el riachuelo, me senté sobre un tronco que estaba tirado en el suelo.
-¿Habrá sido real?
-Oye- volteé y lo vi.
-Tú- me levanté.
-Hola preciosa. ¿Qué haces aquí tan sola?
Alcé una ceja.
-Yo tengo que preguntar. ¿Por qué no me mataste? Y ¿Cuál es tu nombre?
-Tranquila, es solo que... No asesino a gente que quiere morir- aquello no lo dijo muy seguro -y me llamo Jeff the Killer.
-Entiendo...
Miré con más detención a Jeff, es muy lindo, pero más en la oscuridad, pues ella resalta su rostro.
-Entonces, ¿qué haces aquí?
-Vine a hablar contigo.
-¿Conmigo?
-Sí, además de esas dos preguntas. Me gustaría conocerte más.
-Mira linda, no sé que tan bajo sea tu coeficiente intelectual. Pero soy un asesino.
-Que no se atrevió a dañarme- proseguí al ver que me miró desafiante -además, no le temo a la muerte.
Comencé a caminar y Jeff me siguió.
-Mis padres murieron hace poco, muy poco... Y, no quiero otra cosa más que morir para volver a verlos.
-Eso es tonto. Tú debes seguir tu vida aún cuando tus seres queridos mueren o se van.
-Irónico. Lo dice un asesino.
-Lo digo por experiencia propia.
Alcé la mirada hacia el cielo.
-Déjame ser tu amiga.
-¿Amiga?- le confirmé mostrándole mi mano y alzando el pulgar.
-Vale.
-¿En serio?- lo miré y él asintió.
-Pero, te lo advierto. Estar cerca de mí... No es de lo más seguro.
-Eso no lo dudo.
-Eres una suicida.
Reí ante sus palabras, eso podría ser verdad.
Caminamos hasta llegar a la salida del bosque; al querer despedirme de Jeff, él ya no estaba.
· · · R|§As TøRçiDaS · · ·
Me encontraba tendido sobre mi cama, jugando con mis cuchillos, lanzandolos a la pared.
Yo, Jeff the Killer no asesiné a una simple chica. Pero no duden de mí, no fue por debilidad ni duda, para nada -Jeff the Killer no es débil ni duda-.
-Esa chica tiene potencial. Solo debe ser... Corrompida.
Sonreí malicioso, esto sería divertido.
Mi plan era simple: tomar su confianza y corromperla con algo muy doloroso, herir sus sentimientos, matar a algún ser querido o simplemente... Hacerla hermosa -pues me funcionó muy "bien" con Jane-; quién sabe.
¿Qué mejor idea que ésta?
· · · R|§As TøRçiDaS · · ·
Miraba de reojo el balcón, hace poco comenzó a llover con fuerza; la verdad espero a Jeff hace dos horas, ya que me envió un mensaje al celular -ni idea del como consiguió mi número-.
Suspiré cansada, ya eran las 2 am. y al parecer él no pensaba venir.Me levanté de la silla de mi escritorio para ir al armario y cambiarme la ropa por el pijama. Cuando me saqué la blusa, un rayo me asustó y miré con miedo el balcón, ahí mis ojos se encontraron con unas orves celeste.
-¡Jeff!
El mencionado entró, empapado hasta los huesos, yo seguía ahí, mirándolo con sorpresa.
-¿Estás bien, preciosa?
Me miró el torso.
-¿Quieres tener una noche de locura conmigo, ó qué?- rio burlón.
-¡Cállate!- le lancé la blusa y me coloqué la camisa para dormir.
-¿Dormirás así?
-Sí, ¿por qué?
-¿Segura no quieres hacer locuras con- lo interrumpí lanzandole a la cara una almohada.
-Estás empapado... ¿por qué viniste aún cuando está lloviendo?
-Promesa de asesino.
-¿Cómo supiste mi número?
-Una vez vine y vi tu celular ahí, entonces estaba desbloqueado y lo memorisé.
-¿Vienes cuando duermo?
-Sí. Suelo incluso espíar lo más íntimo de ti.
-¿I.. Íntimo?- la sangre se me subió a las mejillas.
-Tú sabes- me hizo el gesto qué todos conocen como "1313" y miró mi entrepierna -aunque me llevé una de tu bragas y tú no lo has notado, debería hacerlo más seguido.
-Eres un pervertido.
-Así es nena- en ese momento estornudó.
-Ah... Será mejor que te preste ropa.