POV. __tn · · ·
Secaba el cabello de Jeff con calma, él simplemente se mantenía quieto, mirando el suelo.
Estaba vestido con unos pantalones negros y una sudadera verde que por suerte tenía entre mi ropa -algunas veces me relaja llevar ropa de chico-.
-Tu ropa estará seca dentro de poco.
-Bien, gracias.
Sonreí y me senté a un lado del asesino, la noche aún era joven, por lo que fuera todo era oscuridad.
-Oye, ¿dónde sueles pasar la noche?
-Hay una cabaña en el bosque, varias veces me he quedado ahí.
-Ya veo.
-¿Sabes?- lo miré, sin embargo aún miraba el suelo y su cabello cubría su rostro, por lo que no podía mirarlo directamente -desde que te vi por primera vez... Noté que llevas sombras bajo los ojos.
-Sí, ¿eso qué?
-¿A qué se debe tu falta de sueño?
-La muerte de mis padres, supongo. No duermo bien desde entonces.
-Deberías dormir más.
-Lo hago, pero a horas diferentes; es como un desorden.
Se enderezó y con su mano quitó su cabello del rostro.
-Yo tampoco he dormido... Más o menos desde hace dos días.
Lo miré, miré su perfil. Hermoso.
-¿Quieres dormir?- me miró al fin y sin saber por qué, asentí.
Lentamente se acercó a mí y dejó caer su peso sobre mi cuerpo.
-¿Jeff?- lo miré y noté que dormía.
Sonreí y lo acosté sobre la cama para luego ir en busca de un antifaz para dormir y al volver, se los coloqué con cuidado.
Después de eso, me acosté a su lado y sin más me dormí.· · · R|§As TøRçiDaS · · ·
Al despertar y mirar el ventanal, noté que el cielo ya estaba claro, de seguro eran las 7 am. Miré a mi lado y estaba sola, no había rastro alguno de Jeff, miré la habitación y me encontré con la ropa que le había prestado, doblada en los pies de la cama.
-Dormí bien.
-__tn- escuché desde fuera de mi habitación, era Lilith.
-¿Sí?
-Yo, Javier y Ryan iremos a un bautizo, posiblemente nos ausentaremos por dos días.
Abrí la puerta.
-¿Dos días?
-Sí, espero no te moleste.
-No, tranquila... ¿Se van ahora?
-Sí, Ryan está dormido en el auto, así que no podrá despedirse.
-Está bien, nos vemos en dos días.
-Adiós, cariño.
-Adiós- volví a cerrar la puerta y me lancé a la cama.
Estuve ahí unos minutos y volví a levantarme. Me vestí simple, unos jeans azules, una blusa blanca y encima, la sudadera que le presté a Jeff.
Salí comiendo un emparedado, caminando en dirección al bosque. No sé por cuanto caminé, pero la verdad no pasó mucho para cuando noté que estaba más allá de mis limites, estaba pérdida.