trapped » donghyuk

둘 ㅡ DOS

Los rayos de sol iluminaban la ventana del cuarto de la castaña. Seguramente eran más de las nueve de la mañana. Cuando se despertaba para ir a clase solía ser de noche y tenía que ir con cuidado por las calles para no encontrarse a ninguno de esos seres nocturnos que salían de fiesta hasta las tantas entre semana. Simplemente no podía imaginarse una vida así, aunque quizás dentro de unos años le daba la estupidez y eso se convertía en su modo de vida. El despertador había sonado hace un par de horas. Y Jiae no había escuchado el pi pi ruidoso y molesto que caracterizaba a su reloj de color verde lima.

Exacto, no lo había escuchado.

Sacó las mantas de encima suya con demasiada prisa y se vistió a la velocidad de la luz. Tomando una rebanada de pan con la boca y un zumo de caja con la mano salió corriendo por los pasillos del edificio. Tampoco era la primera vez que llegaría tarde, pero ya era la quinta o la sexta, y eso podía costarle muy caro dentro de las clases. Cuando salió, se llevó las manos a la cabeza, intentando taparse con su chaqueta mientras corría. Había comenzado a llover como si del karma hacia la más bajita se tratase y parecía que no iba a escampar en poco tiempo. La mala suerte estaba de su parte ese día. Y...quería seguir haciéndose notar.

Recordó entonces que hacía solo cinco minutos que su madre le había gritado que saliese con el paraguas a la calle, pero con las prisas de salir corriendo por la puerta apenas le había hecho caso. Maldició al aire y siguió caminando, usando su chaqueta para tapar su cabeza y que no se mojara con la lluvia. Apenas se había peinado, pero si su pelo se mojaba iba a ser aún peor.

Suspiró con cansancio, pegando un grito cuando se resbaló con la acera, terminando encima de un chico desconocido. Rápidamente Jiae comenzó a disculparse.

ㅡ Diablos...digo...esto ¡lo siento mucho! ㅡ la chica hizo una leve reverencia con la cabeza y protegió al chico con su chaqueta, para que parase de mojarse. Donghyuk maldecía por debajo de la chica. Jiae miró alrededor, captando el mensaje y poniéndose de pie para dejar libre a la persona con la que se acababa de cruzar. El chico se levantó, lanzándole una mirada no muy agradable a la chica y quitándose la chaqueta para intentar secar algo de su uniforme. Estaba completamente empapado, de pies a cabeza y parecía llegar también tarde al horario escolar.

ㅡ Ups...eso es culpa mía... ㅡ Jiae bajó la cabeza, notando desde su reloj que eran casi las 10 y que, cuanto más tarde llegara, peor sería su castigo. Iba a salir corriendo pero se quedó quieta unos segundos, sacando un paquete de pañuelos de su bolsillo y dándoselos al chico. ㅡ  Toma, sécate con esto, espero que te sirva. ㅡ Se quedó con la mano tendida. El chico no tenía la menor intención de recibir algo por parte de la chica por lo que simplemente se dió la vuelta y comenzó a caminar de nuevo, parándose al llegar a la puerta del instituto. Sonrió al notar que estaba abierta y se coló por esta, cerrándola para que la chica que sabía que iba por detrás suya no entrara. Se escabulló de que la profesora lo viera y se metió en los baños de hombres, intentando secarse un poco y haciendo tiempo hasta que llegara la hora del almuerzo. Escuchó un estruendo cuando la puerta de la entrada se cerraba de nuevo y soltó un suspiro al aire, suponiendo que la chica ruidosa de antes había entrado. Se asomó por la puerta del baño de los chicos y puedo observar como, ella misma, corría por los pasillos intentando que la directora no la viera. Sonrió al ver a Donghyuk y le empujó para que entrara al baño, metiéndose detrás de él. Cerró la puerta con rapidez y pegó la espalda a la puerta del baño, bajando hasta quedarse sentada en el suelo, solo alzando la mirada para ver el rostro del chico.

ㅡ Uf, llegué y no me vio. Menos mal. ㅡ volvió a tenderle el paquete de pañuelos al chico y este, a regañadientes lo aceptó.

ㅡ Ya tomé tu bendito paquete de pañuelos, ¿puedes salir del baño de  hombres por favor? ㅡ Jiae suspiró y se asomó por la puerta, notando que la directora daba paseos por allí, observando quien salía de las clases cuando no debía o quien entraba a la hora que no era.