Nervios, miedo y confusión no son los sentimientos que me define totalmente, pero hoy seguramente son las únicas palabras que lo hacen.
¿Listo?- me pregunta Samuel a mis espaldas.
Sí, ya casi- le respondo mientras acomodo mi esmoquin.
Apurate- dice y se acerca hacía mi con los ojos cerrados.
¿Porque haces eso?- le digo confundido.
Es de mala suerte ver al novio antes de la boda- dice y ambos soltamos una risa, de esas que hemos compartido tanto tiempo, las mismas que comparto sólo con él.
Felicidades, ya llegó el gracioso de turno- le digo riendo.
Te veo a fuera- me dice cortando el momento mientras sale de la habitación.
¿Confirmamos?- le susurro antes de que saliera de ella.
Confirmamos- me responde y sale.
Dejandome sólo.
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Parado ante el altar, sintiendo mis miedos subiendo por mi garganta amenazando por salirse de ella.
¿Acepta usted a este joven en matrimonio, en la salud y en la enfermedad?- pronuncia el padre sin ninguna emoción.
Salgo de mis pensamientos y miro nervioso a los invitados, a mis padres, a mis amigos, a donde quiera buscando un apoyo.
Acepto- dice mi novio con un tono seguro.
Vuelvo la vista a él, ni siquiera en el puedo apoyarme.
¿Y usted, jura amarlo, respetarlo y cuidarlo?- dice el padre y siento los ojos de todos en la sala fijos en mí.
Mi mirada se pierde entre todas, siento caer, todo me da vueltas, hasta que mis ojos apuntan a mi compañero de aventuras, Samuel, el que mira expectante y tan ajeno a todo, ajeno y extraño a mis sentimientos por él.
No puedo- logró pronunciar tan bajo, como intentando hacerme creer que es verdad - lo siento- digo y salgo corriendo de la iglesia, sin importarme las miradas de asombro, confusión y sorpresa de los invitados.
Pero aún así lo hago, corro hasta alejarme de todo, hasta que me olvide de todos, incluso de mi mismo, corro para refugiarme de mis sentimientos a Samuel.
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Miro las calles desde la terraza de la casa de mi infancia, aquella a la que recurría como refugió de niño y ahora de adulto.
Sabía que estaría aquí- dice una voz a mis espaldas.
Entonces, ¿Porque tardaste tanto?- le pregunto sonando más brusco de la usual.
Quería darte tu tiempo- me dice acercándose hacia mi y colocándose a mi lado.
Gracias- le digo y las lágrimas salen de mis ojos.
Esta bien- me responde y me abraza.
Nos quedamos así por unos segundos, abrazados y callados, puedo sentir las lágrimas caer por mis mejillas, trató de contenerlas debido a que no quiero mojar su sacó con mis lágrimas.
Esta bien- responde, casi como si leyera mi menté.
No, no lo esta- le respondo y las lágrimas que trataba de contener salen a la luz- no lo entiendes- le digo escondidome en su pecho.
¿Que no entiendo?- me pregunta y pone su mano en mi barbilla para que le viera los ojos.
Que en verdad...- le digo pero las palabras se atoran en mi garganta.
¿En verdad qué?- pregunta mirando a mis ojos.
Tartamudeo al inició y trastabilló.
Me gustas- le respondo al último y alejó su mano de mi mentón para poder esconder mi cabeza.
Willy...-dice y se acerca más a mí.
¿Porque tuvo que pasar esto?- le digo- ¿porque me enamore de ti?- suelto por último antes de alejar un paso de él.
Porque nosotros no escogemos a quien amar- me dice y sostiene mi brazo con suficiente fuerza para hacerme volver hacia èl- porque también me enamore de tí - dice antes de unir mis labios con los suyos.
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