Capítulo 1

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¿Qué sucede?, ¿En dónde estoy? Esas preguntas rondaban mi mente mientras observaba a mi alrededor, no había nada ni siquiera un rayo de luz, todo era vil oscuridad. Mi mente no sabía qué hacer, solo uno de mis cinco sentidos me respondía ya que estaba siendo poseída por mi peor miedo, la oscuridad. Sin embargo logró escuchar que una voz comienza a pronunciar mi nombre "Christine, Christine" trato de seguirla pero cada vez que trato de aproximarme la voz se aleja cada vez más y más. De repente, ¡Pum!, me había caído de la cama. Otra vez había tenido el mismo sueño, o mejor dicho pesadilla. No sabía por qué lo tenía o qué significaba, pero ese no era el mejor momento para averiguarlo ya que era el primer día de escuela y no planeaba llegar tarde.

Me levanté del suelo y caminé hacia mi armario para poder escoger la ropa que usaría. Después de lidiar un rato con mi ropa, al final me decidí por unos jeans azul marino, una blusa blanca, unos tenis rojos y mi clásica chamarra de mezclilla. Mi cabello café obscuro, casi negro, lo acomodé con una pinza negra de tal manera que mi fleco cubriera tan solo un poco de mi ojo izquierdo.

Cuando terminé de arreglarme, bajé las escaleras corriendo como loca de tal manera que casi me caigo, ya que solo tenía diez minutos para desayunar y despertar a mi hermano antes de que llegara el camión. Al llegar a la cocina tomé lo primero que vi, y eso era un rico pan con mantequilla y mermelada. No sabía quién lo había hecho ya que nuestros papás ya habían salido al trabajo y nos encontrábamos solos en casa, pero me dio igual y me lo comí.

De repente escuché el sonido de un claxon, salí y era el autobús. Lo había logrado, había tenido tiempo de hacer todo. ¡Bien Chris!, ¡Lo lograste!, me dije a mi misma, aunque no se por qué siento que falta algo. Logré encontrar mi ropa, desayuné algo, desperté a mi hermano, encontré mi mochila, ¡Mi hermano! Se me había olvidado despertar a Javier.
–¡Ay no!, esto no puede estar sucediendo.– exclamé con desesperación. En eso veo a mi hermano salir de la casa muy campante, ya listo para ir a la escuela. –Hola hermanita, gracias por despertarme y comerte mi desayuno.– me dijo mi hermano con tono sarcástico. –Jaja, buenos días para ti también, por cierto muchas gracias por el pan, estaba delicioso.– le contesté, recibiendo una mirada amenazadora que me decía que pronto se vengaría y tengo que admitirlo eso me ponía los pelos de punta.

Ambos subimos al autobús en donde nos sentamos con nuestros respectivos amigos, yo me senté con Camile y Sara, mis mejores amigas, y él con Robert, un chico que se había mudado a nuestro vecindario durante las vacaciones y ahora asistiría a nuestra escuela. Robert era un chico alto y moreno con ojos azules que solía pasar el tiempo jugando fútbol con mi hermano. La verdad era que yo sentía algo por él. Sin embargo nunca hablábamos ya que yo era demasiado tímida para dirigirle la palabra.
–Hey, mundo llamando a Chris. Yuju, ¿hay alguien en casa?– escuché decir a mi amiga Camile, mientras yo regresaba a la realidad ya que me había quedado embobada viendo a Robert. –Déjala Camile, qué no vez que está ocupada observando a su novio– dijo mi otra amiga haciéndome burla y causando que se me ruborizara toda la cara. –¡Qué les pasa a ustedes dos, eh! , como que el día de hoy están muy burloncitas, no les parece– les contesté tratando de ocultar el sonrojo que adornaba mis mejillas. En eso, ¡Bam! un fuerte sonido de una explosión asusto a todos los del autobús causando un silencio sepulcral. Ese sonido provenía del cofre del autobús, así que todos bajamos rápidamente y de lo único que nos enteramos fue que tendríamos que ir solos a la escuela ya que el motor había fallado. –Bueno chicas, creo que tendremos que caminar– les dije a mis amigas y nos encaminamos a la escuela.

Después de quince minutos de andar caminando y platicando sobre nuestras vacaciones, las tres nos aburrimos hasta que Sara, la más valiente de las tres, logró ver un callejón con aspecto tenebroso que recortaba el camino hacia la escuela. Cuando Sara vio esta nueva ruta decidió seguirla para así poder llegar más rápido que nosotras. Sin embargo, Camile no se quedó atrás y la siguió, y yo como soy una miedosa de lo peor me quede ahí viéndolas con cara de "¡Qué están haciendo!, yo no pienso entrar a ese lugar". –¿Qué sucede Chris?, ¿Acaso tienes miedo?– escuché decir a Sharon, tratando de convencerme para que fuera tras ellas. –No, no es eso, solo creo que ese camino es un poco peligroso. ¿No creen?– le contesté justificando mi miedo. –Chris, te conocemos, es obvio que lo que tú tienes es miedo. Así que mejor tú ve por el camino de siempre y nosotras vamos por este, y la que llegue al último tendrá que pagar los boletos del cine, ¿vale?–sugirió Cam. –Vale, pero yo voy a entrar a ese callejón con ustedes aunque sea lo último que haga– les dije tratando de sonar valiente, porque en mi interior estaba siendo poseída por el miedo. –Bueno entonces sin más preámbulo que esta carrera comience. En sus marcas, listos, fuera- escuché decir a Sara.
Las tres arrancamos rápidamente para así poder ganar la carrera, de las tres yo llevaba la delantera, a tal grado que ya no podía ver dónde estaban. En ese momento me sentía libre ni siquiera me importaba el estar en aquel callejón oscuro, bueno eso era lo que sentía hasta que me resbalé con una botella de vidrio, que hizo que fuera dar contra unos botes de basura y me diera un fuerte golpe en mi brazo derecho. Sin embargo, el dolor no era lo que importaba en ese momento, al caer contra aquellos botes pude notar que algo brillaba de entre los escombros. Me acerqué curiosamente hacia aquel objeto y lo tome en mis manos, era un hermoso collar de plata con forma de corazón. Aquel collar era hermoso, tenía unos detalles muy sencillos de color azul en los bordes y en el centro había una letra "A". Tenía la impresión de que ya había visto ese collar en alguna parte, pero no sabía en donde. De repente sin previo aviso escuche como alguien se acercaba a mi. –Vaya, veo que encontraste mi collar.–escuché decir a la persona que se encontraba detrás de mí. Al escuchar aquella voz abrí los ojos como plato y me quede paralizada del miedo. Al igual que el collar, me parecía haber escuchado esa voz antes, solo que no podía recordar en donde. Entonces, a pesar del miedo que sentía, voltee rápidamente para ver quién era aquella persona misteriosa cuya voz se me hacía familiar. Al voltear me encontré con, no lo podía creer en frente de mi tenía a .....

Juvia_spades

El amor tras una sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora