Capítulo 2

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Al voltear me encontré con, no lo podía creer en frente de mi tenía a un chico con una capa negra. No podía ver su rostro solo podía distinguir un pequeño mechón de pelo color café que salía por aquella capa azabache y de un momento a otro me di cuenta que aquella silueta se encontraba cada vez más cerca de mi. Por impulso cerré mis ojos y apreté mis puños con una fuerza que creía inexistente, sintiendo la respiración de alguien frente a mí. No sabía cómo reaccionar, el miedo me estaba consumiendo hasta que escuché que un par de voces muy familiares se aproximaban a dónde estábamos.

–Chris, ¿dónde estás? – escuché decir a Sara, creo que se encontraba tan solo a unos metros de nosotros.

De repente dejé de sentir la respiración de aquel encapuchado misterioso y abrí mis ojos rápidamente encontrándome con tan solo una sombra que desapareció por otro callejón. ¿Qué acababa de suceder? ¿Quién era aquel chico con cabellos color avellana? No lo sé, pero debía averiguarlo.

Cuando aquel personaje misterioso desapareció de mi vista, trate de levantarme del suelo, pero era inútil. La caída que había tenido había lastimado mi brazo dejándolo sin fuerza, me dolía demasiado y el dolor incrementaba conforme pasaban los minutos. Cuando mis amigas llegaron a dónde estaba, miraron mi brazo con cara de preocupación, estaba hinchado y un líquido color carmesí emanaba de mi codo, por lo tanto, me ayudaron a levantarme. Mis amigas al verme de esa manera se apresuraron a levantarme, pero no antes sin preguntar qué me había pasado y sobre el collar que tenía entre mis manos.

–Chris, ¿Qué es eso? – me pregunto Camile haciendo una cara de niña curiosa. –N nada, solo es algo que me encontré tirado por ahí – le contesté con un tono de voz nervioso. –No quiero interrumpir, pero creo que deberíamos ayudar a Chris a levantarse, ¿no lo crees? – le dijo Sara a Camile, quien observaba aquel collar como un niño a un caramelo.

Después de caminar un rato el dolor de mi brazo fue cediendo. Sin embargo, al llegar a la escuela, Javier se sorprendió y me ataco con una avalancha de preguntas, las cuales me parecían infinitas. Cuando entramos a nuestra primera clase no tuve ningún problema acerca de lo sucedido en aquel callejón, de hecho, todo lo que había ocurrido al parecer se estaba desvaneciendo en mis recuerdos. Bueno, eso es lo que creía hasta la quinta hora, matemáticas. Estábamos viendo ecuaciones de tercer grado. No podía concentrarme, estaba a punto de quedarme dormida hasta que metí mis manos a mi sudadera y sentí la presencia de algo, el collar. Lentamente saqué el collar y lo puse encima de mis apuntes. Me quede observándolo por unos segundos y de repente los pensamientos que creía extintos regresaron hacia aquel encapuchado misterioso. Las preguntas que habían rondado por mi mente en aquella escena regresaron a cuestionarme nuevamente, pero la única a la que me interesaba encontrar respuesta era "¿Quién es aquel encapuchado misterioso?".

El amor tras una sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora