Quimera

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El sol daba de lleno sobre sus ojos cansados, la cabeza le palpitaba con la fuerza de una retroexcavadora y la lengua se le pegaba a las mejillas y el paladar por lo reseca que tenía la boca, odiaba los efectos que tenía el alcohol sobre su cuerpo, pero no importaba la resaca si había logrado sentirse vivo la noche anterior.

- ¿Quién es él? –preguntó con curiosidad cuando vio a la pareja de mimos dándole globos de helio a todos los niños que pasaban a su lado. Uno de ellos era más alto y moreno, vestía como lo haría un rapero cualquiera de los barrios bajos de una ciudad cualquiera, pero Zelo podía ver en su rostro cubierto de pintura blanca y negra la sonrisa más brillante y maravillosa que había contemplado en su vida. Entonces vio como el moreno le sonreía a su amigo más bajo y sintió que todo en su interior se revolvió y gimió en agonía.

- ¿Cuál de los dos? –JongUp siguió la mirada del menor y cuando comprendió a quienes miraba, frunció el ceño con enojo.

- El moreno.

JongUp permaneció en silencio por un momento, como no queriendo responder la pregunta que Zelo tan desesperadamente había formulado.

- Se llama Bang YongGuk, su acompañante es Kim HimChan –dichas esas palabras, el mayor comenzó a caminar en la dirección contraria a la pareja y el menor se vio en la obligación de forzar sus piernas a moverse y seguirlo cuando todo lo que deseaba era contemplar esa sonrisa durante unos segundos más.

- ¿Quieres ser un poco más específico?

JongUp se detuvo de golpe y lo encaró, provocando que Zelo se detuviera abruptamente y casi cayera sobre él.

- Está bien, el idiota moreno de sonrisa babosa se llama Bang YongGuk y está a años luz de lo que alguien como tú puede conseguir, ¿contento?


--o--


La estúpida feria duraba una semana y un par de días más, Zelo la odiaba con cada parte de su alma porque le recordaba a todos los traumas provocados por sus padres y todo su entorno social, pero necesitaba recorrerla nuevamente, necesitaba volver a contemplar esa sonrisa y demostrarse a sí mismo que era real, que algo como eso podía existir más allá de sus sueños.

JongUp estaba teniendo otros de sus SPM así que no se molestó exigiéndole volver a acompañarlo, simplemente se dirigió al lugar y recorrió las calles abarrotadas de gente alegre y niños ruidosos de principio a fin.

El puesto de globos de helio no estaba en el lugar del día anterior, solo había un idiota oso de peluche gigante regalándole osos de goma los niños que pasaban por ahí.

Tentado a preguntar por la pareja que el día anterior regalaba globos, se acercó al oso pero se detuvo antes de lograr alcanzarlo con un brazo, comprendiendo lo idiota que sería de su parte preguntar por un desconocido, ¿qué le diría al oso cuando este le prestara atención? No podía solo acercarse y decir "hey, Yogi, ¿qué pasó con el tipo de sonrisa deslumbrante que ayer estaba en tu lugar?" Si en su cabeza sonaba como una idea ridícula no podía imaginar cómo sería llevarla a cabo.

De todas formas, ¿por qué lo estaba buscando? ¿Acaso se había enamorado a primera vista como una colegiala fantasiosa?

- Sí, claro –bufó frustrado y se dio la vuelta para alejarse, pero una mano peluda lo jaló del brazo y le impidió avanzar.

Con el ceño fruncido encaró al oso gigante, encontrándose con un disfraz inmenso de pelaje suave que se agitaba con las corrientes de aire que lo golpeaban. Se preguntó si el imbécil al interior estaría asándose y decidió que ese no era su problema, enarcando una ceja burlesca.

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