Utopía

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["¿Por qué llueve en la utopía?

¿Por qué tenemos que matar la idea de quiénes somos?"

Utopia ~ Within Temptation]


JunHong, con ocho años, escuchaba los gritos de sus padres en el primer piso. JunHae le acariciaba la cabeza y la espalda mientras le contaba cuentos sobre reyes malignos y dragones despiadados, sobre héroes protectores y rescates arriesgados. Nunca se imaginó como un héroe, tampoco como un tirano, un monstruo destructivo o una víctima esperando ser rescatada, en su cabeza simplemente era un testigo ausente, cobarde, que se escondía tras los arbustos mientras el caballero vestido con su reluciente armadura se enfrentaba al destino y la muerte.

- ¿Crees que todos tengamos un héroe dispuesto a salvarnos?

JunHae cerró los ojos con fuerza y lo abrazó sobre los hombros, meciéndolo tanto como el apretado closet se los permitía. Abajo, los platos caían sobre el piso y las copas colisionaban contra las paredes cuando los gritos de su madre rasgaban el aire como cuchillas afiladas cortando mantequilla.

- Todos deberíamos tener a un héroe queriendo rescatarnos –susurró su hermano y en su voz las lágrimas eran evidentes-, el problema es que las personas rotas como nosotros y nuestros padres no, así que debemos ser quienes vistan las armaduras y porten las espadas para poder rescatarnos.


--o--


Zelo nunca pensó que podría amar a alguien tanto como amaba a YongGuk. Nunca creyó que pasaría las noches anhelando la salida del sol para poder correr a sus brazos. Nunca creyó que sería tan feliz solo con tomarse las manos mientras caminaban por la calle, o sonriéndose a la distancia cuando sus miradas se cruzaran. Zelo nunca creyó que amar y ser amado sería suficiente para ser feliz.

- Quiero que este fin de semana vayamos a mi casa –susurró el mayor cuando Zelo terminó de leer los apuntes que tenía sobre la mesa.

- Hyung, ya conozco tu departamento –de hecho, ahí estaban estudiando. Zelo pasaba la mayor parte de las tardes en ese lugar, a veces solo veían películas o se divertían improvisando en la cocina, pero siempre con risas y caricias fervientes que los obligaban a mirarse avergonzados cuando la comida se quemaba o las películas acababan sin que ninguno las comprendiera.

- Me refiero a que quiero que conozcas a mi familia.

Zelo dejó caer el lápiz que tenía entre los dedos y fijó la mirada sobre la mesa de madera. Él quería conocer a la familia de YongGuk, agradecerle a sus padres por su vida y por lo feliz que estaba siendo gracias al maravilloso hijo que criaron, pero conocer a sus padres y hermanos significaba que él también debería presentarle a su familia. Quería que YongGuk conociera a Nana, sabía que se amarían mutuamente, pero le aterraba la idea de obligarlo a soportar uno de los desplantes de sus padres, porque no había duda de que su padre lo insultaría por maricón o algo peor y su madre se le lanzaría a la garganta.

- ¿No crees que es muy pronto?

Llevaban más de tres meses siendo pareja oficialmente. Aunque ninguno lo pidió, ambos llegaron al consenso de que ya eran una pareja consolidada sin tener que hacer la pregunta (que a sus ojos sería realmente gay) de si querían o no ser novios. Así que, así como así, eran novios, amigos, compañeros, todos esos sinónimos que en la mente de Zelo unían sus almas por toda la eternidad.

- Sé lo que estás pensando y comprendo que no quieras que yo conozca a tu familia, pero eso no quita que yo quiera que tú conozcas a la mía –YongGuk se sentó a su lado y lo encerró en un reconfortante abrazo para besarle la cabeza y enterrar el rostro en su cuello-. Mis padres te amarán y mis hermanos también. Todos están ansiosos por conocer a mi primer novio.

PantomimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora