PARTY

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―¡Así es como se baila Gian! ―grita Danna, mi mejor amiga.

―¡Quiero más alcohol inútiles!, ¡Esta noche tomaré como si no hubiera mañana! ―grito y enseguida un camarero me trae otro trago. Sigo bailando sobre una mesa, meneando sensualmente mis caderas ante la atenta mirada de la mayoría de los varones de aquí.

―Me fascina como se mueve ese gran trasero tuyo nena― grita un idiota que me observa seductoramente.

―¡Muérete perro!― le muestro mi dedo de corazón y sigo bailando― One, Two, Three.. One, Two, Three Drink ―canto Chandelier de Sia, que resuena por todo el antro. Respiro hondo e inhalo el aroma del lugar; extrañaré este olor a alcohol, sexo, pasión desenfrenada e idiotas.

Se preguntarán ¿Que hace la hija del mejor empresario en un lugar así?, ¿Acaso no te importa lo que los medios dirán de ti y pueda afectar a tu padre?

Pues sí, me importa, por eso siempre que vengo al bar con Danna estamos disfrazadas, usamos peluca, pupilentes, ropa algo exótica, incluso de vez en cuando me coloco algo de relleno, y Danna igual, todo para que no nos reconozcan. Justo ahora llevo puesto un vestido rojo simple, entallado y bastante corto que deja ver todo mi esplendor, una peluca rubia lacia y larga, pupilentes azules y tacones rojos muy altos.

No quiero que la prensa se entere que la hija de Linden Black, está bailando sobre una mesa, y mostrando sus atributos a los presentes; eso no sería bueno para el negocio.

―¡Danna! ¡Danna! ¿Dónde estás? ―bajo de la mesa e intento encontrarla entre tanta gente, pero me es imposible visualizarla.

De repente siento unas fuertes manos en mi cintura, y alguien me pega más a él, que está detrás mío; su cálida respiración esta en mi oído.

―Que bien bailas nena ―susurra, su voz gruesa y varonil me hace estremecer, además siento sus fuertes bíceps muy cerca de mí.

―¿Eres el idiota que me grito mientras bailaba? ―cuestiono burlona.

―No, él está afuera, sangrando por la paliza que le di, porque así no se trata a una señorita ―río por su comentario.

―Muy bien, ¿Puedes soltarme?, Quiero ver el rostro del caballero― espeto en tono irónico― que me está acosando sexualmente― ahora él es quien ríe, e incluso su risa es sensual.

―No te estoy acosando― ríe un poco más― Pero si te suelto ¿Prometes no escaparte? -cuestiona coqueto.

―¿Porque escaparía?, ¿Acaso vas a hacerme algo malo? ―pregunto traviesa.

―Solo te haré lo que quieras que te haga― me suelta; iba a correr, pero me dio curiosidad ver al propietario de esa magnífica voz.

Volteo y quedo impresionada; aunque todo esta medio oscuro, y solo las luces de colores tintineantes nos iluminan un poco, puedo ver que es un adonis, la ropa casual que trae hace que sus grandes músculos se vean perfectamente; de su rostro lo único que puedo ver es su brillante sonrisa, pero puedo notar que su paquete está bien equipado y listo para trabajar, además aunque no lo vea, puedo jurar que tiene un gran trasero.

Muerdo mi labio y me aproximo más a él. Coloco mis manos sobre su pecho; ya que es más alto que yo, me pongo de puntillas, y acerco mis labios a su oído.

―Tristemente por la falta de luz, no puedo ver bien al caballero frente a mí― muerdo el lóbulo de su oreja; me alejo un poco y finjo hacer un puchero.

―Vamos a un lugar más privado, y te muestro lo que quieras― río coqueta, me toma de la mano y comienza a caminar.

Avanzamos entre toda la gente, y sigo sin ver a Danna, bueno, ella puede esperar un poco más. De repente llegamos a un pasillo algo vacío, nunca había visto esta parte del antro, y no es como si hubiera venido muchas veces, supongo que aquí es donde tienen sexo los ebrios.

TU DUEÑA SOY YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora