Esto es una mierda.
Me pasé día y noche soñando en un tiempo junto a vosotros, día y noche.
Por ahí. Un mes y medio inolvidable corriendo calle abajo como si se fuese a caer el mundo. Con todo bajo nuestros pies.
Soñando.
Para que la burbuja explote y vea la realidad.
Que estoy encerrado en una casa abierta, en la cual puedo salir y entrar, pero nunca escapar.
Con una rutina implantada como forma de vida, deseando que corran los días hasta Julio.
Pensando, e imaginando.
Pero no, no hay cuentos de hadas para este joven. ¿Todo son puntos de vista? Y una mierda, todo en si es una puta mierda de mundo. Y de egoístas.
Lo reconozco, yo también soy egoísta por querer que después de estar 120 días sin ver a nadie, querer estar algo mas de 12 putos días con ellos. Claro.
Pero él no. El solo tiene que esperar 45 para estar dos años enteros junto a su dama.
Todos felices. Todos contentos.
Y una mierda.
Solo quiero estar con ellos, ¿es muy difícil?
Quiero estar con Yolanda.
Quiero estar con Celia.
Quiero estar con Pablo.
Quiero estar con Paloma.
Quiero volver a casa, quiero ser feliz, correr calle abajo, tirarme a la piscina a las dos de la mañana, gritarle al mundo que nunca me vencerá, y susurrar al oído que soy feliz contigo.
Quiero dejar de llorar por las noches, de tener taquicardias por el estrés y estar en constante pelea-depresión.
Quiero dejar este cubículo de 75 m³ y aventurarme en la vida, darme de ostias, levantarme y sonreir.
Quiero enamorarme y gritarle al mundo que estoy feliz con vosotros.
Que ninguna barrera me derribará.
Me miro al espejo pensando: ¿A donde fue esa sonrisa tuya?
Se quedó con vosotros.
"Yesterday is history.
Tomorrow is your future.
Today is your life.
Live it."
Dime exactamente que quieres que viva, ¿El colegio? ¿Las peleas entre mis amigos? ¿Las horas de estudio o los exámenes con malas notas?
No venga dímelo.
La respuesta no es tan fácil, no soy idiota como para tenerlo delante y no saber verlo.
Solo quiero ser feliz, ver esos ojos azules, o esas trenzas, ese pelo corto, o esa barba.
Quiero ser lo que fui.
Y no ser este patético crío que llora en su cama a las dos de la mañana mientras escribe un texto que nadie leerá jamás.
Corto y cambio, subconsciente.
