Me levanté, eran las siete de la mañana, tenía que repasar un examen antes de ir al instituto en lo que mi mama me preparaba el desayuno. Rápidamente fui a la cocina para que mi madre me preguntara la lección, me lo sabía genial, otro diez, pensé.
Llegué al instituto, me reuní con mis amigos: Raúl, Sandra, Victor, Marcos, Pablo... También estaban nerviosos como yo, era un examen importante y decisivo.
Durante el me sentía bien conmigo mismo ya que me estaba saliendo bastante bien.
Era la hora del recreo, entre mordisco y mordisco de bocadillo, uno del grupo tuvo la idea de irnos el fin de semana a pasarlo en el campo, solo nosotros sin padres ni cosas de esas, pensé: esto no va a salir muy bien.