Capítulo 21: Parte 1.

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En el castillo de Arrendelle.

Narra Elsa.

¡¡¡¡Hoy es el día!!!! ¡¡¡¡Mi hermana y mi prima se casarán hoy!!!! ¡¡¡Estoy súper nerviosa!!! Anna ha estado esperando este día toda su vida, ahí encerrada en el castillo no tenía ninguna oportunidad, pero ahora que conoció a Kristoff, se comprometió y se va casar hoy... aaah, el tiempo pasa rápido. Recuerdo cuando yo la lastimé, núnca me había sentido tan horrible en toda mi vida, pero fue peor cuando ella murió, me sentí tan sola.
Ahora va a formar una familia con alguien que ama, y lo mejor de todo es que tal vez en unos años sea tía ¡¡¡yeyyyyy!!!
Rapunzel ah estado siempre con la cabeza en las nubes y Eugene con los nervios hasta en la boca, no deja de pensar en todo lo que va a poder hacer en la fiesta. Eso dice él, pero pienso que lo dice en broma, ya que odia estas cosas. Tengo pensado decirle a Rapunzel, a ver si le da un poco de ánimos.

Estoy arreglando algunas cosas para la fiesta, porque, al parecer, alguien se metió en la cocina y se comió la mitad de la comida dulce, la mayoría de chocolate, así que supongo que ya sé quién fue. Luego iré a hablar con Anna.

-Señorita-la llamó una de las reposteras- necesitamos más chocolate o no podremos terminar todo a tiempo. Usted sabe muy bien lo que se tarda en derretirlo.

-¡Oh! ¿cuántos kilos necesitamos?

-Harán falta unos veinte kilos.

-Muy bien-se levanta de la silla en donde estaba para poder anotar bien las cosas que faltaban y luego le dirige un saludo- nos vemos, Luana.

-Hasta pronto, señorita- observa unos segundos a la jóven y luego se retracta-. ¡¡Hasta pronto, Elsa!!

-Hahaha no se preocupe, Luana, nos vemos.

Cierra la puerta de la cocina con delicadeza y luego se dirige a las escaleras para ir a hablar con Anna.
Cuando llega a la habitación de su hermana, logra distinguir unas pequeñas risitas que provenían del otro lado de la puerta. Las había descubierto.
Esperó un par de segundos y luego abrió la puerta con tal rapidez que nadie la vio entrar.

-¡¡ENTREGUEN TODO EL CHOCOLATE SI NO QUIEREN MORIR!!-gritó al ver a su hermana y a su prima con todo la boca llena de chocolate- HA, las descubrí.

Anna, muerta del susto, lanzó los banquetes de de panecillos de chocolate, bañados en chocolate y rellenos de chocolate, al suelo, mientras gritaba.

-¡¡RAPUNZEL, NOS DESCUBRIERON, CORRE!!-y, al ver que era su hermana, quedó con cara de disgusto-. ¡¡ELSA!!-le gritó- ¿¿¡¡¡AHORA QUE VOY A HACER CON LOS PANECILLOS EN EL PISO!!!??

-Tendrás que reponerlos comprando veinte kilos de chocolate, porque, sino, lo único que quedará será la fuente de chocolate... al menos que ya se la hayan tomado, claro.

-¡¡¡¡HAHAHAHAH DEBISTE HABER VISTO TU CARA, ANNA, ERA PARA MORIRSE!!!!
Reía Rapunzel mientras se atragantaba con un caramelo.

-Ha ha, que gracioso, Rapunzel. La próxima serás tú la asustada.

-Chicas- las llamó Elsa-, necesito que me ayuden con la organización de la fiesta, no puedo hacer todo sola.

Anna y Rapunzel bajaron sus cabezas con culpa.

-Lo sentimos, Elsa.
Dijeron ambas al unísono.

-Aaah... lo sé... Ahora, si me permiten, quiero descanzar un poco.

-Ha!! Seguro te irás a encontrar con tu noviecito ese que tienes.

Con la sola pronunciación de Jack, Elsa se quedó estática. No era su novio, pero ella lo empezó a querer tanto, que a veces pensaba que ese sentimiento pasaba lo que sentía por Anna.

Dear parentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora