Narradora.
Habían pasado dos semanas en Arendelle desde que se anunció la boda de la princesa Anna. Los días cada vez se hacían más cortos. Eso significaba que el invierno se acercaba.
La boda de Anna y Kristoff ya era tema de conversación. Rapunzel y Eugene también anunciaron su compromiso, así que harían una doble boda.
Las personas corrían de acá para allá. Siempre llegaban embarcaciones con mercadería de otras ciudades o reinos. El otoño estaba llegando a su fin y ya no había tantos animales en el bosque. Rapunzel fue la primera de la familia en notarlo.
Tanto ella como Eugene se sentían a gusto en Arendelle, pero cierto muchacho estaba cada día más insoportable.
Ambos jóvenes habían decidido que ya era hora de casarse y eso lo ponía nervioso. Pensaba que sería un mal marido y, en el futuro, un mal padre. Se sentía vacío, como si le faltara algo.
-Eugene ¿pasa algo? -le preguntó Rapunzel-. Últimamente estás bastante raro.
-No me pasa nada, Punzi. Estoy bien.
-Está bien, te creo.
Eso no era cierto. Rapunzel veía que cada día de la semana Eugene estaba con peor carácter. Se levantaba de mal humor, se comía cada nariz de Olaf, le contestaba mal a todos y otras cosas más.
Cierto día, un domingo por la mañana, Rapunzel lo invitó a un picnic en el bosque. Serían solo ellos dos. Sin discusiones e interrupciones.
Habían quedado verse en el comienzo del bosque a las 15:00hs así que los dos tenían tiempo suficiente para prepararse.
La primera en salir del castillo fue Rapunzel. Tenía la intención de ir a buscar a su novio, pero decidió que eso sería trabajo de él.
Paseaba por las pasillos del castillo, admirando los cuadros, hasta que se encontró con Elsa.
-¡¡¡Rapunzel!!! No te había visto -decía nerviosamente-. ¿Qué cuentas? Si querías hablar conmigo tendrás que esperar, tengo que juntarme... irme rápidamente ¡¡Nos vemos luego!!
*Pero ¿qué le pasa? Parecía apurada y nerviosa* pensó Punzi *Como si se tenga que... juntar ¡¡Eso dijo!! ¡¡¡Se iría a juntar con alguien!!! ¿Será un muchacho o una joven?* se preguntaba *La seguiré y veremos lo que ocurre.*
Sale de sus pensamientos y centra su vista en el reloj que tiene frente suyo. Tenía suficiente tiempo para ir y volver sin ser descubierta por Elsa.
Empieza a seguir a su prima de escondite en escondite, hasta llegar al centro del bosque.
-¿El bosque? ¿Qué hará en el bosque a esta hora del día?
Se preguntaba Rapunzel.
Había esperado veinte minutos y no pasaba nada. *Esto se está poniendo aburrido* se decía Punzi *Creo que me iré*.
Al pensar eso se da la vuelta para marcharse, pero de la nada siente una brisa calida detrás suyo. Se da la vuelta lentamente y se queda boquiabierta al ver lo que veían sus ojos.
Un chico peliblanco estaba sobre un tipo de bastón ¡¡flotando en el aire!!
¿Era posible aquello? o ¿se lo imaginaba? Seguro eran alucinaciones. Tenían que serlo.
Parpadea un par de veces, se frota los ojos, pero nada. El muchacho seguía ahí, hablando con su prima, Elsa, animadamente.
Punzi podía ver que ambos no paraban de hablar. Eran tan tiernos. Los dejaría tranquilos.
Dio la vuelta y se fue caminando hacia la entrada del bosque, donde la esperaba (supuestamente) Eugene.
-Llegas tarde.
Le dijo éste cuando la vio aparecer entre los arbustos.
Traía una canasta en la mano.Y a juzgar por el tamaño había muchas cosas adentro.
-¿Qué traes ahí? -le pregunta Punzi-. Eso es más que un pequeño picnic.
-Lo sé -se acerca a ella y le dice- Te traigo una sorpresa.
