Prisionera de tu amor.

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Imaginemos por última vez...

— ¿Y cual es tu respuesta? — Dijo al notar mi silencio.

— No, al menos hoy no, quizás otra noche — Susurré y comencé a desprender su camisa.

Mi boca se movió para formar una parte O por lo impresionada y maravillada estaba por sus tatuajes. Tracé con mi lengua alrededor de esa magnifica y perfecta cruz que tenía en su pecho para continuar alrededor de su ombligo, dandole castos besos en su tatuaje PURPOSE.

— Diablos, vas a matarme — Llevó sus manos a mi cabello y apretó levemente.

Quitó sus zapatos en un tiempo récord que lo continuó sus medias y hasta su camisa que me fue incapaz de tocar.

— Otro día te dejaré disfrutarme — Sonrió malicioso.

— Me agrada ver cuan alto es su autoestima Señor Bieber — Apreté los labios divertida.

— Puedo asegurar cuan grande es tu sonrisa ahora, sabes que deseas lo mismo que yo — Bajó sus pantalones de un golpe y quedó expuesto para mi.

Su caliente y grande miembro rebosando pequeñas gotas de semen, que fueron llevadas a mi boca, como si se tratase de helado de vainilla. Las puntas de mis dedos juguetearon con su cabeza, ya hinchada y completamente roja, hasta acabar en una suave caricia de arriba a abajo.
Relamía mis labios, sintiéndome deseosa de sentirlo, pero él parecía no querer apartarse de mi boca.

Me besaba con tal ferocidad que mi mano aumentaba la velocidad. Gemía en mi boca y hasta me mordía, casi como si me tratara de alentar a seguir a mas o podría ser un signo de cuan bien lo hacía. Preferiría estar con la duda.

— No me hagas acabar — Susurró.

— ¿Por qué? — Me corrí el cabello a un lado con la intención de tener aquel pedazo de carne en mi boca pero no me dejó — Aburrido.

— Gatita, esta noche me quería dedicar a ti y mira como me tienes — Cerró sus ojos y volvió a abrirlos —. Súbete encima de mí... Lento.

Me acomodé entre ambas de sus piernas, siendo sumamente cuidadosa y llevé sus manos a mis pechos.

— Ellos necesitan atención — Y entonces gemí cuando estiró un poco la aureola.

— Todo a su tiempo — Su mano izquierda ahora fue llevada al lado donde estaba el cajón y lo abrió sacando un antifaz para dormir. — Tú dijiste que no es justo que estemos en las mismas condiciones.

Mordí mis labios, sin dejar de ocultar mi amplia sonrisa. Jamas me podría cansar de este hombre.
Deje que lo deslizara por encima de mi cabeza y entonces el mundo se volvió oscuro.

— ¿Que tal ahora? — Dijo dudoso.

— Más perfecto que antes Señor Bieber.

Me besó con tal pasión que creí a mi corazón cobrar vida y salir de mi pecho. Sus manos juguetearon en mi cintura antes de posicionarse dentro de mí.

— Mierda. Estas demasiado estrecha, ¿hace cuánto no te satisface un hombre como lo hago yo? — Mordió mi cuello.

Jamás lo habian hecho y ya presentía el oportuno y mal momento que se avecinaba.

— Dios — Gemí en alto.

—– Joder ¿por qué no me lo has dicho?, podría haber sido mas cuidadoso — Mordió mi labio inferior.

— Lo siento — Balbuceé — Me deje llevar...

— Llevar con un hombre con experiencia siendo una mujer totalmente pura — Echó su cabeza hacia atrás — Muévete y que sea lento, gatita. No quiero que te duela mañana.

Comencé a balancear mi cadera de arriba a abajo. Explorando y sintiendo hasta cual punto era el que sentía hasta que vi las gotas de sangre alrededor de sus piernas.

— No te preocupes por eso, puedo pagar unas sabanas nuevas — Musitó como si leyera mis pensamientos.

¿Y es que acaso, así debía sentirse perder la virgnidad? ¿Ser un objeto comprado por un hombre?

— Y no pienses que eres un pedazo de carne por comprar. Te he elegido desde la primera noche en que te vi — Alzó su pelvis y gruñó — Y esta misma noche, te estas convirtiendo en mi mujer.

Con nuestras manos entrelazadas, sintiéndonos uno. La habitación inundada de nuestros gemidos, olores y respiraciones, fue testigo de cuan acto maravilloso estabamos haciendo. Sentía que creaba artes con sus manos en mí. El climax explotó en múltiples colores alrededor de nuestros cuerpos, que ya sentía haber tocado el cielo.

— Debes — Me besó — Venir — Volvió a hacerlo — Conmigo.

— ¿Que? ¿A donde? — Susurré mientras besaba su pecho —.

— Elige un país e iremos — Rió.

— Lo dices tan facil... No tengo dinero para costear tantas cosas, no hagamos sueños sin haber comenzado — Hice una mueca.

— Contigo no existe principio y tampoco quiero que haya un fin. Simplemente vivamos el momento y dejémoslo que se vuelva eterno — Me besó.

Caí rendida en aquella cama y levanté al dia siguiente sin ninguna nota alrededor y mucho menos el calor de su compañía.

— ¡Vamos! ¡Hora de levantarse! ¡No porque hayas follado al famoso, puedes seguir durmiendo! — Dijo Penny recostada en el marco de la puerta.

— ¿Que ocurrió? ¿Donde esta? — Cubrí mi cuerpo con la sabana.

— ¿Haciendo música o algún concierto? — Dijo como si se tratase de algo obvio.

— Pero sí el no puede ver... — Susurré ahogada en lágrimas. ¿Como pudo haber salido de aquí?. Y entonces recordé su conocimiento de esta habitación.

Y antes de que fuese medianoche, con mi turno completo. Salí a la calle para adentrarme en el oscuro callejón de siempre.

— Ahora — Gritó una voz desconocida desde un lejano lugar y me quedé parqlizada en el lugar.

— Me persigue la policia, he robado algo — Dijo de repente Justin con sus lentes y vestido completamente de negro.

— ¿Que? — Dije sin poder creerlo. ¿Como diablos sabía que estaba aquí?

— Te he robado a ti — Me besó.

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⏰ Última actualización: Feb 09, 2016 ⏰

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