Un luz atraviesa tus ojos.

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Imaginemos...

La sensación de mis pies tocando el áspero y frío césped me trae el triste recuerdo de la libertad que añoraba.
Mi vestido revolotea por el aire e intento cubrir mis piernas aunque en este desértico bosque nadie podría verme.
Podía sentir la presencia de mi hermano menor tomar de mi mano y correr alrededor de los árboles.

Apreté las flores en mi mano e intente seguir caminando repleta mi cabeza de dudas acerca si esté se trataba de un buen momento.

A tan solo diez pasos logré divisar el gran árbol que solíamos pasar nuestras tardes, riendo y comiendo nuestras galletas de limón.
Continué caminando para arrojar allí las flores. Mis rodillas cayeron sobre las hierbas y la tierra y con mi cabeza entre ellas, lloré.
Las lágrimas resbalan en gran cantidad sobre mis mejillas hasta empapar el dobladillo de mi vestido, no me importó.

"¿Nunca escuche a mamá, esta bien?"

Su voz resonó en mi mente. Él se había suicidado ese mismo día luego de venir aquí.  Fastidiado, cansado y agotado de escuchar a nuestra madre hablar sobre su vergüenza hacia él debido a su orientación sexual.

Me encantaba escuchar infinitas historias acerca de su novio. Elegante y sofisticado, lo había descrito como el eterno amor de su vida. Aunque jamás se atrevió a presentármelo ni decir su nombre, deseaba que estuviese bien y aún recordase a mi hermano.

La noticia de su muerte había impactado en los diarios y revistas de todo el país debido a ser una de las familias más prestigiosas del país, sin embargo, agradecía que nadie supiese quien era su gran amor, evitando que lo hostiguen.

Un amor puro y secreto entre ambos. Solo eso quería recordar e ignorar las infinitas peleas entre mamá y él.

— Hermano... Aquí estoy, siendo molesta otra vez — Limpie mis lagrimas riendo — Pero realmente no sabes cuanto te extraño. Solo espero que desde allí — Alcé mi cabeza para mirar las nubes — Estés cuidando de mí.

Mi mano se movió de repente sobresaltándome cayendo al suelo de un golpe. Un perrito negro se movía sobre mi vestido y saltó hacia mí.

— ¿Como llegaste aquí pequeño? — Lo tomé entre mis manos.

Me levanté dándole un adiós a mi hermano y camine hacia mi auto. Debía de llevarlo porque sería imposible que su dueño este por aquí.

El perrito lamía la punta de mis dedos mientras el viento volaba mi vestido. Reía. Definitivamente esto era un señal de mi hermano.

— ¡Espera! — Gritó una voz a mis espaldas — ¡Ese perro es mío!

Me volteé a mirarlo, un chico con jeans rasgados y camiseta negra, tenía su cuerpo inclinado intentando recobrar su aliento. Me sonrió.

— ¿Como sabes de este lugar? — Murmuré.

— Mi hermano me hablaba de este bosque — Encogió sus hombros.

Oh él se refería de su hermano en pasado. Esto no podía estar ocurriendo.

Angel Caido | {Imagina}Where stories live. Discover now